miércoles, 6 de marzo de 2019

Debate de Craig vs. Carrier sobre la resurrección.

Un debate interesante entre William L. Craig y Richard Carrier sobre si Jesús resucitó o no:
https://www.youtube.com/watch?v=5ReaTOwLndE

Carrier va a basar su argumentación diciendo que los Evangelios no son históricamente fiables porque están llenos de simbolismos. Por ejemplo, que la elección para la liberación de Jesús o de Barrabás es un simbolismo de la fiesta de Iom Kipur en que los judíos elegían a un cordero para el sacrificio y otro lo dejaban libre. Así, en el relato Barrabás sería dejado libre y Jesús sería el cordero para el sacrificio.
Carrier, entonces, no los aceptará como eventos reales (o los pondrá en duda) y aplicará la misma lógica a los relatos de la Resurrección: el ángel, su posición en el lado derecho, las mujeres, etc, no son más que mitología simbólica.

Ahora, decir que los relatos de la Resurrección son puro constructo mitológico debido a que contienen simbolismo, es tan absurdo como decir que la existencia y muerte de Jesús es una ficción por el simbolismo que el mismo contiene y que señala Pablo en Hebreos. Es un simple non sequitur. Y quizá también un arenque rojo.

Como dice San Pablo: Lo antiguo prefigura lo nuevo. Si Jesús realmente resucitó, entonces ¡es obvio que habrá coincidencias del Nuevo Testamento con el Antiguo Testamento y que habrá simbolismo!
No hay que ser muy listo para darse cuenta; Jesús mismo decía que debía ser levantado como la serpiente en el desierto. ¿Vamos a negar, entonces, que Jesús de verdad fue crucificado porque eso simbolizaba la serpiente de bronce? No, sería absurdo.
Pues en eso se basa toda la argumentación de Carrier.

Y como bien le respondió Craig y que pasó desapercibido: No es que se inventaban relatos en base a textos del Antiguo Testamento, ¡sino que precisamente era al revés!, ocurrían los los eventos y todos iban al Antiguo Testamento a ver si podían hacer encajar lo que sucedió con pasajes de la Escritura.

Ya luego no le queda más que afirmar "Bah, son alucinaciones". Pero no explica cómo es que pueden ocurrir las alucinaciones colectivas. Eso queda rechazado por le hecho de que ¡Los mismos Evangelios dicen que los Apóstoles creían ver un fantasma! Es Jesús quien les dice "Tocadme, palpad, y ved que un espíritu no tiene carne y huesos". Y luego es el mismo Tomás quien ve y cree.
Por tanto, no eran locos que alucinaban. Si vamos a aceptar que vieron algo (Como hace Carrier), entonces que no se tuerzan los hechos.

Por otro lado, dice que la explicación de las alucinaciones es plausible porque en la Iglesia Primitiva se la pasaban viendo cosas y hablando en lenguas. Pero otra vez, una banalización del asunto.
¿Vamos a aceptar que veían cosas? Pues bien, las alucinaciones colectivas no existen. Dice Carrier también que las alucinaciones y el hablar en lenguas eran tal que San Pablo tuvo que poner orden. Pero si vamos a aceptar que hablaban en lenguas, bien, aceptemos lo que en realidad ocurría: había personas que comenzaban a hablar en lenguas que NO CONOCÍAN, no eran personas balbuceando cosas incoherentes y sin sentido. Es por eso que Pablo dice que si no hay traductor, entonces que se callen. Eso también es lo que pasó en Pentecostés, cuando los Apóstoles comenzaron a hablar en lenguas a las personas de distintos lugares, y les acusaron de estar ebrios. O sea, una acusación similar a la de Carrier ya tuvo que ser respondida por los Apóstoles.
Eso es completamente distinto al hecho de que sean unos locos esquizofrénicos.

También habla de que Pablo tenía alucinaciones o que estaba esquizofrénico, y así busca explicar su conversión. Pero otra vez: Si vamos a aceptar los relatos entonces aceptémoslo completos. Pablo no solo tenía visiones, sino que realizó milagros. Suponiendo que igualmente tenía "alucinaciones"; no logra explicar el hecho de que creyendo tales alucinaciones como reales, luego realizara milagros. Podrá decirse que "Bah, los relatos de los milagros no ocurrieron".
Bien, entonces ¿Bajo qué criterio van a aceptar solo UNA PARTE de lo que relatan o no la OTRA? Si rechazan que hicieron milagros, ¿por qué no rechazan también el hecho de que se convirtiera?
El mensaje Cristiano no se basa en mentir, sino precisamente en decir la verdad. Y éstos hombres como Pablo y los demás Apóstoles prefirieron sufrir y morir por lo que habían visto y que sabían que era verdad antes que renunciar a ello.
Y realizaban milagros, no trucos. Hacer que un ciego vea, que un paralítico camine, que un sordo escuche y demás, son milagros que no pueden explicarse más que por intervención divina. Alegar "Invención" no explica nada. Tendrían que explicar:
1° Por qué nadie puso en duda la existencia de los milagros. Lo que se alegó contra Jesús, por ejemplo, era que realizaba prodigios por el poder de Belcebú. Los paganos como Celso decían que realizó prodigios por la magia aprendida en Egipto. De un modo u otro, siempre buscaron explicarlo, pero nunca negarlo.
2° Por qué predicar la verdad cuando están mintiendo y nunca realizaron tales milagros. Una cosa es malinterpretar lo que ocurrió y pensar que hubo un milagro cuando en realidad hubo un suceso con explicación natural. Pero con los milagros de Jesús y los Apóstoles no sucede esto: al contrario, no hay explicación natural a los hechos que narran, como para decir que ellos interpretaron como milagros los hechos. Así que la única opción que queda es negar que ocurrieron y acusar a los Apóstoles de mentirosos. Pero el problema de ésto es que éstas personas, precisamente ¡murieron por sostener la verdad! No eran personas sin escrúpulos, sino que al contrario; se entregaron completamente a Dios y predicaron lo que ellos habían visto.

Así que alegar las alucinaciones es dar patadas de ahogado, y caer en una falacia de evidencia incompleta.

También algo que Carrier dice por ahí es que solo Mateo registra la controversia judía sobre la tumba vacía, y que por tanto no es confiable. Pero eso es falso: El mismo Talmud viene a decir lo mismo que Mateo, los judíos acusaban a los Apóstoles de haber robado el cuerpo.

Por otro lado, Carrier no da ninguna explicación de la tumba vacía. Lo único que hace es decir "Oh, bien, no sabemos qué pasó con el cuerpo, pero los cuerpos que desaparecen no es porque hayan resucitado.":
Pero eso es una tremenda falacia de falsa analogía.
Si no hay ninguna explicación de por qué desapareció el cuerpo pero tenemos razones para pensar de que Jesús resucitó, simple: Jesús resucitó. Decir "Oh, no sabemos qué pasó" es falaz, porque precisamente el conocimiento de qué pasó con el cuerpo nos viene por los hechos posteriores, que no fueron contrastados. Solo se los enfrentó diciendo "Ah, alucinaciones", que como se ve, no es una gran respuesta. Por tanto, sí sabemos qué pasó con el cuerpo.
Y además, justamente los cuerpos no resucitan y eso es enseñanza cristiana. La enseñanza cristiana no dice que todo el mundo anda resucitado o que gente al azar resucita. Sino que enseña que una persona específica resucitó.Y ésto no basado simplemente en que el cuerpo desapareció, sino en otros hechos:
1° Que Jesús mismo dijera que iba a resucitar.
2° Sus milagros, que confirmaban su divinidad y su veracidad.
3° Sus apariciones estando ya resucitado.
4° Las profecías del Antiguo Testamento, y todas las prefiguraciones al Nuevo Testamento.

Así que son muy mayores las razones para pensar que el cuerpo desapareció porque resucitó, a que simplemente decir que no sabemos qué pasó con él.


Aparte de eso, para dudar de la veracidad de lo relatado en los Evangelios, dice que no existían costumbres tales como liberar a un prisionero, menos a un asesino; y no hay evidencia alguna que registrara el eclipse durante la muerte de Cristo, el terremoto, la partida del velo del Templo, la salida de la tumba de muchos muertos y demás. Dice que serían cosas sorprendentes y que debería haber quedado evidencia.
Pero es una autocontradicción: el hecho de que fuentes como los Evangelios lo narraran muestra que sí ocurrieron. Simple, si se quiere alegar que los Evangelios no son confiables porque relatan esos hechos, bien, ¿Qué evidencia existe de que tales hechos son falsos? ¡Ninguno! Les podemos devolver a los ateos o agnósticos como Carrier la objeción, ya que así quieren jugar: Si no se rasgó el templo, ni hubo un terremoto ni un eclipse, bien, ¿Por qué no hay evidencia de que tales hechos no ocurrieran?
Podrá decirse "Lo que se debe demostrar es lo que se afirma, no la negación". Falso. Cuando los cristianos afirmaban algo o creían algo, se les buscó algo con qué responderle sus afirmaciones. Con que Jesús fuera concebido virginalmente, se buscó negarlo alegando que María tuvo a Jesús con un tal Pantera, y con el ejemplo de los milagros ya citados, se decía que hacía prodigios por Belcebú o por la magia de Egipto. Y sobre la tumba vacía, se respondió diciendo que los Apóstoles robaron el cuerpo. Ahora bien, si no ocurrió, ¿por qué no lo negaron? Hubiese sido un punto muy a favor de los judíos y podrían haberlo sobre-explotado.
Y por otro lado, sabemos que el viernes 3 de abril del año 33 (que fue 14 de Nisán), hubo un eclipse de luna. Sin olvidar que los geólogos Jeffeson Williams, del Supersonic Geophysical, y Markus Schwab y Achim Brauer, del Centro de Investigación alemán de Geociencias, concuerdan en que entre el año 26 y el 36 hubo un terremoto.
Entonces, como se ve, es absurdo recurrir a eso para negar la veracidad de los Evangelios.



En conclusión, vemos que los argumentos de Carrier no son muy consistentes.

lunes, 21 de enero de 2019

Aniversario de la muerte de Luis XVI.

 El 21 de enero de 1793 el Rey de Francia Luis XVI fue martirizado en la guillotina, condenado injustamente por odio último a la fe y civilización cristiana. Dios Todopoderoso lo tenga en su gloria al Santo Rey, Hijo de San Luis IX.
Luis XVI, ruega por nosotros.
San Luis IX, ruega por nosotros.
Santa Juana de Arco, ruega por nosotros.


El Señor restablezca algún día, si es su voluntad, a la casa de Borbón (Reinante también en España, nuestra Madre Patria) para reinar sobre Francia, Hija primogénita de la Iglesia. Así sea.

sábado, 5 de enero de 2019

San Atanasio refuta a los arrianos.

Resumen de los Discursos contra los arrianos, de San Atanasio de Alejandría.

Éstos son los argumentos de los arrianos, que el Santo responde:

1.- Hubo en tiempo en que no existía el Hijo (pág. 40).
2.- Si el Hijo es coeterno con el Padre (no habiendo así un tiempo anterior al Hijo), entonces el Hijo es hermano del Padre.
3.- El Logos ha sido creado y es llamado "Logos", "Sabiduría" e "Hijo" por participación.
4.- Si el Hijo es engendrado por el Padre e imagen suya y es en todo semejante al Padre, sígase como necesario que así como el Hijo fue engendrado, Él mismo también engendre y sea Padre. Y así podría sucederse ad infinitum (pág. 57-58).
5.- ¿El que Existe, ¿Ha hecho al que no existía a partir de la nada o al que existía? ¿existían sus hijos antes de ser engendrados?(CA. I, 22).
6.- Dios no necesita tener un Hijo eterno para ser Padre, como no necesita tener una creación eterna para ser creador (Pág. 70).
7.- ¿Lo que no ha sido engendrado es uno o es dos? (Pág. 71-72)
8.- El Hijo fue ensalzado (Filipenses 2,9-10), y también se lo ungió (Salmo 44,8). Siendo así, entonces recibió recompensa de su elección, y si obró por elección entonces es inmutable.
9.- El Apóstol dice "Ha llegado a ser en tanto superior a los ángeles, cuanto ha heredado un nombre más distinguido que ellos" (Hebreos 1,4). Por lo que fue creado.
10.- Más adelante, el Apóstol agrega "Considerad al Apóstol y Sumo Sacerdote de nuestra confesión, a Jesús, el que es fiel a quien lo ha hecho" (Hebreos 3,1). Si fue hecho, fue creado.
11.- E incluso, dice el Apóstol "Dios ha hecho a este Jesús, a quien vosotros crucificasteis, Señor y Cristo" (Hechos 2,36). Si Dios lo hizo, Dios lo creó.
12.- Proverbios 8,22 dice "El Señor me creó al principio de sus caminos", refiriéndose a la Sabiduría, que es el Logos. Así, el Logos fue creado.
13.- "Yo estoy en el Padre y el Padre está en mí" (Juan 14,10).  El Padre está en el Hijo como está en nosotros (Hechos 17,28). También, el Hijo esté en el Padre porque su discurso no es suyo, sino de quien lo envió (CA III, 2,1).
14.- "Yo y el Padre somos una sola cosa" (Juan 10,30). Debe entenderse por la concordancia en su obrar con el Padre. Así, están en sintonía (CA III, 10,1, pág. 268).
15.- En Juan 17,11 el Hijo pedía que seamos uno como Él y su Padre son uno. No tiene nada que ver el ser igual en sustancia (CA III, 17,1, pág. 280).
16.- Dice el Apóstol "Un solo Dios, el Padre" (1 Corintios 8,6). También se dice: "Yo soy y fuera de mí no hay otro Dios" (Deuteronomio 32,39). (CA III, 7,1).




Respuesta a las objeciones.

1.- Hubo en tiempo en que no existía el Hijo (pág. 40).

Respondo:
Es una afirmación gratuita. Decir que hubo un tiempo en que no existía el Hijo implica afirmar que el Padre es anterior en el tiempo al Hijo, pero eso es blasfemia porque no es lícito decir que el Padre existía en un tiempo o dar a entender que existe en un tiempo, ya que existe siempre. ¿Cómo va a ser, entonces, que el Padre existía y no existía?
La Escritura dice que el Logos es eterno.
"En el principio existía el Logos, y el Logos estaba junto a Dios, y el Logos era Dios" (Juan 1,1).
"De los cuales procede según la carne el Cristo, el que está sobre todas las cosas, Dios bendito por los siglos"  (Romanos 9,5).
"Desde la creación del mundo, lo invisible de Dios es contemplado de manera inteligible en sus criaturas: su potencia eterna y su divinidad" (Romanos 1,20).

Ésta potencia eterna de Dios, es Cristo: "Potencia y Sabiduría de Dios" (1 Corintios 1,24).
Con "potencia eterna" no se refiere al propio Padre, sino al Hijo, pues menciona la creación, y la potencia del artífice de la creación es precisamente el Logos, por medio del cual llegaron a ser todas las cosas  (Juan 1,3; Colosenses 8,6; Hebreos 2,10). Así, quien contempla la creación contempla también al Logos, y por eso "desde la creación del mundo, las perfecciones invisibles de Dios, tanto su eterna potencia como su divinidad, se hacen visibles". Quien ve la creación ve al Logos, pero quien ve al Logos también ve al Padre.
San Pablo, al decir "[El Logos]Por medio del cual [Dios] hizo los siglos" (Hebreos 1,2) proclama el carácter eterno y sempiterno del Hijo.
También dice: "[Del Padre, el Logos] Es resplandor de la gloria e impronta (imagen) de su hipóstasis [sustancia]" (Hebreos 1,3).
Y David: "La claridad de Dios venga sobre nosotros" (Salmo 90,17).
Y también: "En tu luz veremos la luz" (Salmo 36,10).

Ahora, con esto no se puede negar la eternidad del Hijo, sino que se afirma, porque una luz siempre produce resplandor; por lo que si el Padre (la luz) es eterno, su Hijo, el Logos (su resplandor) es eterno también.
Además, lo que dice el Salmo:
"Tu reinado es un reinado de todos los siglos" (Salmo 145,13).
Si todo el intervalo de tiempo se mide dentro de los siglos y el Logos es Rey y el hacedor de los siglos, al no existir un intervalo de tiempo anterior a Él sígase que es una locura decir que hubo un tiempo en que no existió.
Aparte de eso. El Señor dice: "Yo soy la verdad", no "Yo he llegado a ser la verdad". Siempre es "Yo soy" ("Yo soy el buen pastor", "Yo soy la luz").
Aún más, las expresiones "no existía", "antes de" y "cuando", las usa la Escritura para hablar de las criaturas, pero son extrañas al Logos. Ejemplos:
"Antes de que existiese sobre la tierra todo el verde campo..." (Génesis 2,5).
"Cuando el Altísimo separó las naciones" (Deuteronomio 32,8).
"Antes de crear la tierra, antes de crear los abismos..." (Proverbios 8,24-25).
En cambio, Cristo dice: "Antes de que Abraham existiera, yo soy" (Juan 8,58).

El Logos existe desde antes de la creación, lo mismo se dice de Dios.
"Señor...antes de que fuesen creados los montes y fuese modelada la tierra, tú existes desde siempre" (Salmo 88,1-2).
"Dios eterno, conocedor de todo cuanto está oculto, que conoces todas las cosas antes de que existan" (Daniel 13,42).
Si al Hijo se le aplica la expresión "siempre" y a las criaturas "antes de que existiese" o semejantes, entonces el Hijo no es criatura. Así, como Imagen y Logos del Padre, existió siempre como resplandor eterno de la luz eterna.
También, se dice que la fuente de la Sabiduría y de la Vida es Dios.
"Me abandonaron a mí, fuente de agua viva" (Jeremías 2,33).
"Trono elevado de gloria, nuestra santificación... Escribe sobre la tierra que quienes se han alejado han abandonado al Señor, la fuenta de la vida" (Jeremías 17,12-13).
"Abandonásteis la fuente de la Sabiduría" (Baruc 3,12).

Si es así, entonces se sigue que la Vida y la Sabiduría no son ajenas a la sustancia de la fuente; son propias de la misma, y así no fueron inexistentes, sino que siempre existieron.
Y el Hijo es precisamente Vida y Sabiduría (Juan 14,6; Proverbios 8,12). Así, decir que el Hijo hubo un tiempo en que no existió, es como decir que la fuente estuvo seca y vacía.
Al ser eterna la fuente (Dios) necesariamente también es eterna la Sabiduría, y por ella todas las cosas fueron hechas (Salmo 104,24; Proverbios 3,19). Y esta Sabiduría es el Hijo, por quien "llegaron a ser todas las cosas" (Juan 1,2). Si por medio de Él llegaron a ser todas las cosas hechas, entonces Él mismo no es una cosa hecha.
Sino, ¿por qué razón es Hijo si no procede de Él? ¿Por qué sería Logos y Sabiduría si no es siempre y propio del Padre?
Cuando existe la luz, existe el resplandor; cuando existe la sustancia, existe la imagen; cuando existe el Padre, existe la Verdad, que es el Hijo (Juan 14,6). La imagen de Dios no viene de fuera de Dios, sino no sería su imagen; y si es su imagen, sígase que es Dios mismo, sino no sería imagen, pues no reflejaría aquello de lo que es imagen. Así, el Padre se regocija en la imagen, su Sabiduría (Proverbios 8,30). Ahora, ¿el Padre alguna vez no vio su propia imagen, y alguna vez no se regocijó?



2.- Si el Hijo es coeterno con el Padre (no habiendo así un tiempo anterior al Hijo), entonces el Hijo es hermano del Padre.

Respondo:
Nosotros decimos que el Hijo es engendrado por el Padre en la eternidad, por tanto el engendrado no puede ser hermano del que le engendra, sino Hijo. El Padre y el Hijo no fueron engendrado a partir de un principio preexistente, sino que el Padre es principio del Hijo y su progenitor. Se dice que fue engendrado eternamente porque la sustancia del Padre es perfecta, y lo engendrado por Dios es igual a Dios.



3.- El Logos ha sido creado y es llamado "Logos", "Sabiduría" e "Hijo" por participación.

Respondo:
"Hijo" no significa otra cosa que lo que es "engendrado del Padre". Quienes dicen que el Hijo es creado, afirman que hubo un tiempo en que Dios no tuvo su Sabiduría, ni su Logos y fue una luz sin resplandor. Si aceptan que el Logos es "Hijo" pero niegan que sea engendrado por el Padre y en cambio haya sido creado, entonces niegan que sea verdadero "Hijo" y solo le llaman así en apariencia.
Pero, si el Hijo supuestamente ha sido creado y es Logos, Sabiduría e Hijo por participación, hay que decir de qué participa el Hijo. Es cierto que todas las demás cosas participan del Espíritu, pero ¿Y el Hijo?
El Hijo no participa del Espíritu sino que el Espíritu recibe del Hijo (Juan 16,14-15). Así, queda que el Hijo participa del Padre. ¿Y qué significa que participa por el Padre, o de dónde viene?
Si el Logos viene de fuera del Padre como ideado por el Padre, entonces no estaría participando del Padre sino de aquello por lo que ha llegado a estar fuera, y así el Hijo no sería el segundo después del Padre, sino el tercero; al estar lo participado como segundo. Así, no podría ser llamado "Hijo del Padre", sino de aquello en que participa. Pero es claro que eso es absurdo, porque el Logos es Hijo del Padre, y el Padre lo es del Hijo. Por lo que lo participado proviene de la sustancia del Padre. Y si lo participado fuera otra cosa distinta de la sustancia del Hijo, igualmente encontraríamos un intermedio entre el Padre y el Hijo.
Por tanto, hay que decir que el Hijo es lo que procede de la sustancia del Padre. Decir que Dios sea participado plenamente es lo mismo que decir que Dios engendra. El Hijo no participa de nadie, y el Hijo es lo que es participando proveniente del Padre.
Por eso, al ver al Hijo vemos al Padre (Juan 14,9), pues la consideración y comprensión del Hijo supone un conocimiento acerca del Padre, porque Él es lo propio engendrado de su sustancia. Por medio de Él el Padre crea todas las cosas,  por Él que es su resplandor ilumina, por Él se revela , ya que es su imagen  e impronta, en quien es contemplado y conocido, y motivo por el cual el Padre y el Hijo son una sola cosa.


4.- Si el Hijo es engendrado por el Padre e imagen suya y es en todo semejante al Padre, sígase como necesario que así como el Hijo fue engendrado, Él mismo también engendre y sea Padre. Y así podría sucederse ad infinitum (pág. 57-58).

Respondo:
Los arrianos atribuyen a Dios actos propios solamente de los seres corpóreos, porque en efecto los seres vivos, en razón de su orígen, son engendrados sucediéndose unos a otros, porque tienen en sí mismos la capacidad generadora en virtud de la cual llegaron a ser. Pero Dios no es hombre y en Dios no funciona así. El Padre no procede de nadie, y el HIjo no procede de una emanación del Padre ni fue engendrado por un Padre que procede de otro Padre, por lo que no ha sido engendrado para engendrar. En la Divinidad, el Padre es Padre en sentido pleno, y el Hijo es Hijo en sentido pleno. Del mismo modo que el Padre siempre es Padre y no podría llegar a ser Hijo, del mismo modo el HIjo siempre es Hijo y no podría llegar a ser Padre. Y en este hecho se muestra mejor aún que el Hijo es imagen del Padre, en que permanece como es y no cambia, manteniendo la identidad que ha recibido del Padre. Porque si el Padre cambia, se sigue que su imagen también debería cambiar. Así, tanto Padre como Hijo son inmutables.


5.- Los mismos hacían dudar a los jóvenes sencillos con preguntas como... El que Existe, ¿Ha hecho al que no existía a partir de la nada o al que existía? ¿Lo ha hecho cuando existía o cuando no existía? Lo que no ha llegado a ser ¿Es una sola cosa o son dos? (pág. 60).Y a las jóvenes: "¿Existían sus hijos antes de ser engendrados? No; así también el Logos" (CA. I, 22: Resp 30-34).

Respondo:
Quien hace semejantes preguntas necias, sería conveniente que también preguntase a alguno de los hombres: "¿acaso puedes existir sin un lugar? pues no; entonces Dios tampoco":
Que preguntara a un arquitecto: "¿acaso puedes construir si no tienes materia? obvio que no; pues igual Dios".
Aplican una lógica humana cuando les conviene, pues es claro que aceptan que Dios no necesita espacio para existir, ni necesita materia pre-existente para crear. Dios no existe como hombre, sino como Dios; no crea como hombre, sino como Dios; de igual forma, engendra no como hombre, sino como Dios. No es Dios quien toma el nombre "Padre" de nosotros, sino nosotros de Él (Efesios 3,15).
La primera cuestión planteada por los arrianos es necia y confusa, pues no indican acerca de quién están preguntando, sino que dicen sin más "El que existe al que no existe". Pero ¿Quién es "el que no existe"? ¿O quién es "El que existe" y quién "el que no existía"?

Porque "el que existe" puede incluso crear a partir de lo que ya existe. Así como el orfebre crea a partir de la materia, Dios también crea al hombre a partir del polvo ya existente. E igualmente, Dios puede creer el universo a partir de la nada.
Si se refiere a Dios y al Logos, que suplan lo que falta a su pregunta y que pregunten de esta manera: ¿El Dios que existe estuvo algún tiempo privado de su Logos, y siendo Luz estuvo sombrío? O sino así: ¿La fuente de la Sabiduría estuvo un tiempo sin Sabiduría y fue seca?
Lo que plantean es tan absurdo como esto: ¿El Dios existente, no existiendo, llegó a existir? ¿O existe incluso antes de llegar a existir? ¿Existiendo se hizo a sí mismo? y un largo etcétera. Si es necio y blasfemo preguntar eso de Dios, lo mismo lo es del Logos.
Ante ellos, se responde: Dios, existiendo, existe eternamente, y al existir eternamente el Padre igualmente existe eternamente su resplandor, el Logos. Además Dios, existiendo, tiene al Logos que procede de Él.
Pero es que además, si tomamos en cuenta lo que dicen los arrianos: El que existía, ¿tenía necesidad del que no existía para crear como artífice de todas las cosas o tenía necesidad del que ya existía? Y si el Hijo es instrumento creado, ¿Dios necesitó un instrumento de fuera de sí? ¿Qué es entonces mejor, aquello que tiene necesidad o el que suple la necesidad?

Y respecto a la cuestión que plantean a las jóvenes. Basta con lo dicho de que no se aplica a Dios la generación como en los hombres.
Pero aún así, si se pregunta a los progenitores acerca de un hijo, los mismos saben que sus hijos no vienen de fuera de ellos, sino de ellos; y no es de naturaleza diversa, sino de su misma naturaleza humana, es propio de su sustancia, son una imagen semejante. Y es claro que no es propio de la naturaleza humana la eternidad, pero sí lo es lo es en Dios. Por lo que los hombres no tendrán hijos antes de engendrarlos, pero el Hijo de Dios sí es eterno con el Padre.
Por lo que la propia pregunta de los arrianos les viene en contra.



6.- Los trinitarios dicen que Dios es siempre Padre, pues sino sería mutable, y por tanto el Hijo existió también eternamente con el Padre. Pero ahora, Dios también es Creador, y no por eso son eternas las cosas hechas. Así, tampoco parece que, por el hecho de ser engendrado, el Hijo sea eterno (Pág. 70).

Respondo:
 La comparación entre el Hijo y las cosas creadas es falaz. Una cosa hecha viene de fuera de aquél que lo hace; en cambio, un Hijo es lo propio engendrado de la sustancia. Por esto, no es necesario que lo creado haya existido siempre, pues cuando el artífice quiere, hace; mientras que lo engendrado no está sometido a su voluntad. Además, el hacedor sería igualmente hacedor aunque todavía no existiesen sus obras, pero un Padre no podría ser llamado "Padre" si no existiese el Hijo. El Hijo no es algo hecho, sino propio de la sustancia del Padre, existe siempre, pues al existir el Padre es necesario que exista siempre lo que es propio de su sustancia, que es justamente su Logos y Sabiduría.
Y por otro lado, las criaturas aunque no existiesen nunca no menoscaban a su Hacedor, ya que igualmente tiene la capacidad de crear como artífice cuando quiera; pero no puede engendrar algo que no sea coeterno con Él, pues supone una disminución de la perfección de su sustancia.



7.- ¿Lo que no ha sido engendrado es uno o es dos? (Pág. 71-72)

Respondo: 
 Otra pregunta capciosa, pues al responder "Uno", seguirá inmediatamente la afirmación de que, entonces, el Hijo forma parte de las cosas que "han llegado a ser". Preguntan no para honrar al Padre, sino para deshonrar al Logos, y de paso también al Padre.
Evidentemente, ni ellos son claros en sus conceptos, dicen que "¿Lo que no ha llegado a ser es uno solo o dos?" pero incluso, si tomamos lo que dice el arriano Asterio sobre lo que significa "No llegar a ser" (Es decir, según él: aquello que no es una cosa hecha, sino que ha existido siempre), el Hijo mismo "no ha llegado a ser". Pues, en efecto, no ha sido hecho, ni ha llegado a ser, ya que coexiste eternamente con el Padre, como ya se mostró.
Pero, si quieren referirse con que quién no ha sido engendrado, entonces ciertamente es el Padre, pero ya la afirmación que le sigue es falaz, pues el hecho de que el Hijo sea engendrado no hace que haya "llegado a ser", pues al ser resplandor de la luz eterna, es eterno, como ya se mostró. El Hijo, si es imagen de aquél que "no ha llegado a ser", de igual manera entonces él también "no ha llegado a ser".



8.- Según dice el Apóstol: "Por ello también Dios lo ensalzó y le agració con el nombre que está sobre todo nombre, para que en nombre de Jesús se doble toda rodilla" (Filipenses 2,9-10), y lo que dice David: "Por esta razón, Dios, tu Dios, te ungió con óleo de alegría por encima de tus partícipes" (Salmo 44,8). Si el Logos fue ensalzado y obtuvo la gracia y por esto fue ungido, entonces recibió recompensa de su elección, y si obró por elección entonces es inmutable.

Respondo:
El Hijo no puede ser mutable, porque no puede verse en el mutable al inmutable (Juan 14,9), y si el Hijo es mutable y cambiante entonces no podría ser imagen del Padre inmutable, pues no podría ser semejante al inmutable si él cambia. "A partir del fruto se conocerá al árbol" (Mateo 12,33), y por esto "Quien me ha visto a mí ha visto al Padre" (Juan 14,9).
La imagen de Dios no cambia, porque "Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre" (Hebreos 13,8).
Es lo que dice David: "Y tú, Señor, desde el principio has cimentado la tierra y los cielos son obras de tus manos. Ellos perecen pero tú permaneces; y todos envejecerán como un vestido, y los envolverás como un manto y serán transformados. Tú en cambio eres el mismo y tus años no se acabarán" (Salmo 101,26-28).
Lo mismo dice Dios al profeta: "Miradme, mirad que yo soy" (Deuteronomio 32,39), y "no cambio" (Malaquías 3,6).
Por esto se muestra que las cosas creadas son mutables, mientras que del Hijo nunca se dice eso, sino que se dice:
"Tú eres el mismo, y tus años no se acabarán" (Hebreos 1,12).
Así, por la sustancia inmutable no se puede engendrar un Logos mutable y una Sabiduría cambiante. Además, ¿Cómo podría ser "Sabiduría" lo que es cambiante? ¿Y cómo podría ser la verdad, como él mismo dice, si cambia? "Yo soy la verdad" (Juan 14,6).

A la objeción:
Es cierto. Si hubiese recibido como recompensa de su elección aquellas cosas que tenía, no las habría tenido si no hubiese aceptado la obra de Aquél se las dio y entonces, como resulta que las tiene como causa de su virtud y mejora, sería llamado "Hijo" y "Dios" por causa de éstas cosas, y no por serlo verdaderamente; porque lo que procede de uno según la naturaleza es realmente lo entregado. De la primera forma los hombres son llamados "Hijos de Dios", por la participación de la gracia que es recibida de Dios. Pero si el Hijo, el Logos, es también de ésta manera, entonces no es verdadero Dios, ni Hijo, ni semejante al Padre.
De hecho, si el Hijo recibió como los arrianos dicen, entonces nunca fue "Hijo", sino que obtuvo tal nombre como galardón de su obra y progreso, que no es otro sino el progreso y obra que tuvo lugar cuando llegó a ser hombre tomando la condición de siervo (Filipenses 2,7-10). Porque, en efecto, esto sucede cuando, habiéndose hecho obediente hasta la muerte, se dice que es ensalzado y que ha recibido el nombre como galardón.
¿Qué era entonces antes de que esto sucediera? Si aceptamos lo que dicen los arrianos, entonces el Hijo ha sido mejorado por medio de la carne y Él ha sido llamado Hijo y ensalzado en el momento de hacerse hombre. Pero si el Hijo es ensalzado ahora, ¿cómo podía  regocijarse antes de esto en el rostro del Padre (Proverbios 8,30)? ¿Y cómo le adora Abraham en la tienda (Génesis 18,2) y Moisés en la zarza (Éxodo 3,2-6) si sería adorado luego de su muerte, porque fue luego de ella que "Dios lo ensalzó"? ¿Y cómo vio Daniel que los ángeles le servían (Daniel 7,10)?
Si ahora obtuvo su mejora, no se comprenden sus propias palabras: "Padre, glorificame con la gloria que tenía junto a ti antes que el mundo existiese" (Juan 17,5).
Así, si el Hijo tiene la gloria antes de que el mundo existiese y era "El Señor de la Gloria" (1 Corintios 2,8; Números 24,11), y bajó del cielo y es siempre adorado, Él no fue mejorado por descender, sino que mejoró aquellas cosas que necesitaban perfección. Y si bajó para mejorarlas, entonces el Logos no bajó para ser llamado Hijo y Dios, sino que nos hizo a nosotros hijos para el Padre y divinizó a los hombres al haber llegado Él mismo hombre.
El Hijo lo es del Padre por naturaleza, y por Él existen todas las cosas, y Él es antes que todo. Y ésto no lo recibió como recompensa por su virtud y siendo cosas distintas a éstas, pues Él ES estas cosas por naturaleza, por haber sido engendrado por el Padre.

Sobre Filipenses.
El Logos, existiendo como Dios, tomó la forma de siervo y no fue mejorado por le hecho de tomarla, sino que se humilló a sí mismo. ¿Dónde está entonces la recompensa de la virtud?  ¿En dónde es ensalzado si siendo Dios se hace hombre? Al Logos no le faltaba nada: ¿Cuál era el motivo de humillarse para obtener aquello que ya tenía? ¿Qué gracia recibió el dador de la gracia? ¿O cómo recibió el nombre para ser adorado si siempre ha sido adorado? "Adorenlo todos los ángeles de Dios" (Hebreos 1,6).
Además, David canta: "Antes que el Sol permanece su nombre y antes que la luna, de generación en generación" (Salmo 71,17.5). No pudo recibir el Logos lo que siempre tuvo.
Todo esto se resuelve porque "En el principio existía el Logos, y el Logos estaba junto a Dios, y el Logos era Dios... y el Logos se hizo carne" (Juan 1,1.14). El "lo ensalzó" no se dice que la sustancia del Logos haya sido elevada (pues siempre existió y es semejante a Dios), sino que la elevación pertenece a la humanidad.
 Así como dice que se "humilló" porque tomó la condición de siervo, Dios "lo ensalzó" en su condición humana, pues ambos están tomados de la asunción de la carne.
Cristo como hombre murió por causa nuestra, y por causa nuestra su humanidad fue ensalzada. Para que así como en su muerte nosotros hemos muerto en Cristo (1 Corintios 5,14), por Cristo seamos ensalzados siendo levantados  de entre los muertos y siendo llevados al cielo, "Donde entró Jesús, precursor nuestro" (Hebreos 6,20). Y así, Cristo entró en el cielo en favor nuestro y las abrió para nosotros, cumpliendo el Salmo:
"Alzad vuestras puertas, príncipes, levantaos puertas eternas, y entrará el rey de la gloria" (Salmo 24,7). Esto no lo dice por Dios, porque para él no estaban cerradas (Salmo 24,8), sino que lo dice de nosotros (Génesis 3,24). Así, en cuanto Dios se dice que el Logos es Rey de la gloria, pero en cuanto que es hombre es elevado como nosotros, y por hombre se dice "alzad y entrará".

La expresión "le agració" tampoco se dice en razón del Logos mismo, pues ya se vio que antes de ser hombre era adorado. Se dice eso de Él por causa y favor nuestro, pues así como en cuanto hombre Cristo murió y fue ensalzado, así también en cuanto hombre se dice que recibe aquello que precisamente tenía siempre en cuanto Dios, para que nos alcance también a nosotros semejante gracia que le había sido concedida a Él. El Logos no llegó a ser menos al asumir la carne, sino que divinó aquello de lo que se revistió y con esto agració a todo el género humano. Así, aunque el Logos se hizo carne y soportó la muerte, no ha sucedido para deshonra de la divinidad, sino para gloria del Padre. Y la gloria del Padre consiste en encontrar al que llegó a ser y se destruyó, en vivificar lo que estaba muerto y en que llegue a ser templo de Dios. Y también porque como Señor hecho carne, sea adorado y se crea que es el Hijo de Dios, y por medio de Él sea reconocido el Padre.

Sobre el Salmo.
En este pasaje no es ungido el Logos para llegar a ser Dios, pues ya lo era desde el principio; ni tampoco para llegar a ser Rey, pues también eternamente reina al existir como imagen de Dios; sino que otra vez se escribe en favor nuestro. El Logos no fue ungido como los reyes, que antes de ser ungidos no lo eran.  Él, como Dios siempre reina y dispensa Él mismo el Espíritu Santo.  Se dice que es ungido con el Espíritu en cuanto hombre (como sucede cuando es ensalzado y resucita), así también prepare para nosotros la inhabitación y familiaridad del Espíritu. Él no es santificado, sino el que santifica (Juan 17,18-19). Él se santifica a sí mismo por nosotros, y ésto se ve en el descenso del Espíritu en el Jordán, que tuvo lugar sobre nosotros, por llevar Él nuestro propio cuerpo. Por eso él no es ungido como los Reyes, y ésta unción es el Espíritu, como el mismo Señor especifica:
"El Espíritu Santo está sobre mí , porque me ha ungido" (Lucas 4,18), y algo similar dice el Apóstol: "Como lo ungió Dios con el Espíritu Santo" (Hechos 10,38). Y ésto se cumplió en el Jordán, claro está.
Pero El Señor mismo dice "El Espíritu tomará de lo mío" (Juan 16,14) y "Yo lo enviaré" (Juan 16,7); Y a sus discípulos les dice "Recibid el Espíritu Santo" (Juan 20,22). Y por esto: "También nosotros poseemos la unción que viene del Santo" (1 Juan 2,20) y "También vosotros habéis sido sellados con el Espíritu Santo" (Efesios 1,3).
Así que lo que dice es por causa y en favor nuestro.
¿Dónde está entonces la mejora, el progreso, el cambio en el Logos? No pasó de no ser Dios a ser Dios, ni de no ser Rey a ser Rey, su esencia es la misma. Él mismo dice que el Espíritu es suyo y que Él lo envía, no es entonces el Logos,  en cuanto Logos y Sabiduría, quien es ungido por el Espíritu, sino que es la carne que ha sido asumida por el Logos la que por Él y en Él es ungida, para que la santificación que ha tenido lugar para el Señor como hombre, tenga lugar para todos los hombres en Él.

De hecho, hasta el propio Salmo al decir del "Amaste la justicia, y odiaste la injusticia" (Salmo 44,8) -que los arrianos utilizan también para decir "¿ves? El Logos puede elegir la injusticia, porque es mutable, no lo hace por voluntad"- muestra en realidad que por naturaleza es bueno e inmutable, porque es imagen del Padre. Y como Logos, Imagen e Inmutable, es Juez Justo (2 Timoteo 4,8). Amar la justicia y odiar la injusticia es propio de Dios:
"Eres un Señor Justo y has amado la justicia" (Salmo 10,7).
"Has odiado a todos los que obraban fuera de la ley" (Salmo 5,6).
"Ama las puertas de Sión, y a las tiendas de Jacob no les tiene consideración" (Salmo 86,2).
"Amó a Isaac, y odió a Esaú" (Malaquías 1,2).
"Yo soy el Señor que amo la justicia y odio lo que ha sido arrebatado con injusticia" (Isaías 61,8).
Como ésta última cita no da a entender que Dios puede elegir la injusticia si él quisiera, porque precisamente es Dios, lo mismo ocurre con el Logos. El Logos es igual al Padre.
Así, pues, ninguno de los dos textos (Filipenses 2 y Salmo 44) demuestran que el Hijo sea mutable. Siendo que todo lo del Padre es también del Hijo (Juan 16,15; 17,10), sígase también que el Hijo es inmutable como el Padre.


9.- El Apóstol dice "Ha llegado a ser en tanto superior a los ángeles, cuanto ha heredado un nombre más distinguido que ellos" (Hebreos 1,4). Por lo que fue creado.

Respondo:
Ignoran el asunto y la ocasión de las palabras del Apóstol, y se comprende el texto si se lee el inicio de la lectura:
"Habiendo hablado en muchas ocasiones y de muchas maneras Dios antiguamente a nuestros padres en los profetas, en éstos últimos tiempos nos ha hablado por su Hijo" (Hebreos 1,1-2).
Y luego:
"Habiendo hecho por medio de sí mismo la purificación de los pecados se sentó a la derecha de la majestad, habiendo llegado a ser superior en tanto a los ángeles" (Hebreos 1,3-4).
Se dice que Dios nos habló por los profetas, que prestaron servicio y obediencia a la ley que fue dada por los ángeles (Hebreos 2,2); pero en los últimos tiempos Dios habló por su Hijo, que habitó entre nosotros y vino para servir, y forzosamente se tiene que decir que llegó a ser superior a los ángeles, porque un Hijo difiere de un siervo.
Además, dice que llegó a ser "superior a los ángeles". Y dice "superior" porque tiene una naturaleza distinta y mayor. Ejemplo de eso se ve en el canto de David:
"Superior es un día en tus moradas a un millar de ellos" (Salmo 83,11).
Y Salomón:
"Recibid la enseñanza y no el dinero, y el conocimiento que está por encima del oro aquilatado; pues la sabiduría es superior a las piedras preciosas y todo lo valioso no es digno de ella" (Proverbios 8,11).
Y el Profeta:
"Esto dice el Señor a los eunucos: a cuantos guarden mi sábado, eligen las cosas que yo quiero y perseveren en mi alianza, yo les daré en mi casa y en mi muralla un lugar renombrado; les daré un nombre eterno superior a los hijos e hijas que no se acabará" (Isaías 56,4-5).
Así, el "superior" con respecto del Hijo a los ángeles no se dice con parentesco, sino por naturaleza, puesto que el Hijo es por naturaleza superior a los ángeles. Así, el "superior" solo se aplica al Hijo, mientras que todas las demás cosas son siervas; y solo el Hijo se sienta a la diestra del Padre porque por naturaleza es igual a Él.
La expresión "habiendo llegado a ser" (refiriendo a llegar a ser superior a los ángeles), no se dice porque el Hijo es creado. Él es Hijo, como se mostró; y no supone diferencia alguna el decir "ha llegado a ser" o "ha sido hecho", puesto que ha sido engendrado, por lo que no es ningún inconveniente. Mientras tanto, no se puede decir que las cosas creadas han sido engendradas; y por eso el Hijo es que "llegó a ser superior a los ángeles".
Esta diferencia entre las cosas creadas y engendradas se ve en la Escritura.
"Todo llegó a ser por medio de Él" (Juan 1,3).
"Todo lo hizo en la Sabiduría" (Salmo 103,24).

Pero si aún así dicen que Cristo es del linaje de los ángeles, simplemente caen en el saco de los herejes. Valentín también dijo que Cristo era del linaje de los ángeles, y Carpócrates que los ángeles crearon el mundo. Sus ideas, como la de los arrianos, las refuta el salmista:
"¿Quién será asemejado al Señor entre los hijos de Dios?" (Salmo 88,7).
Y también:
"¿Quién hay semejante a ti entre los dioses, Señor?" (Éxodo 15,11).
Dios es incomparable, mientras que el hombre se compara con el hombre, la madera con la madera, y la piedra con la piedra: por eso el Hijo "ha llegado a ser en tanto superior a los ángeles", porque no puede ser comparado con ellos, ya que es de naturaleza superior, y su obra fue de naturaleza superior. Las cosas de igual naturaleza pero distintas se dicen que son "mas". Así, hay una piedra "más grande/bella/blanca, valiosa, etc" que otra piedra. Pero se dice que un hombre es "superior" a un animal, y un animal "superior" a una planta, y una planta superior a una piedra, debido a su distinta naturaleza. Así, el Hijo es, por naturaleza "superior a los ángeles", y se sienta a la diestra de Dios, porque por naturaleza es igual a Dios. No está arriba ni está abajo del Padre, sino a la par.
Y esto se ve por lo que sigue diciendo el Apóstol, que el Hijo es superior a los ángeles por naturaleza:
"Porque ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás: Hijo mío eres tú, yo te he engendrado hoy?" (Hebreos 1,5).
Y también:
"También a los ángeles les dice: El que hace de sus ángeles espíritus, y de sus servidores fuego inflamado" (Hechos 1,7).
Del Hijo nunca se dice que sea creado, sino lo contrario:
"Tu trono, oh Dios (o "El Dios", como quieran), por los siglos de los siglos" (Hebreos 1,8).
"Tú, Señor, en el comienzo cimentaste la tierra, y los cielos son obras de tus manos: Ellos perecerán pero tú permaneces" (Hebreos 1,10).
Y no se dice "ellos perecerán" porque serán destruidos, sino para mostrar su naturaleza creada y mutable. Con esto también se refuta que el Hijo sea mutable y se muestra que es inmutable. Y también, por el verso siguiente que se dice del Logos:
"Pero tú eres siempre el mismo, y tus años no se acabarán" (Hebreos 1,12).

El Hijo no puede perecer sino permanecer, porque está en su propia naturaleza la eternidad y la inmutabilidad, por ser imagen de Padre, resplandor de su gloria, de su misma sustancia (Hebreos 1,3) y engendrado de Él (Hebreos 1,5).
Él como Logos llegó a ser carne, y como hombre llegó a ser superior al servicio de los ángeles, así como un Hijo difiere del siervo. Y superior fue su servicio porque superior fue su naturaleza. Y ésto también lo confirma el Apóstol, al decir:
"Y precisamente por eso, Jesús ha sido hecho fiador de una alianza superior" (Hebreos 7,22).



10.- Más adelante, el Apóstol agrega "Considerad al Apóstol y Sumo Sacerdote de nuestra confesión, a Jesús, el que es fiel a quien lo ha hecho" (Hebreos 3,1). Si fue hecho, fue creado.

Respondo:
Cuando se mantiene la igualdad de naturaleza, se puede decir que el Padre "hizo al Logos" como sinónimo de "engendró", y es así porque si fuese creado no sería Hijo, como ya tantas veces dijimos y dimos el motivo. No podría significarse "lo creó" como se dice de las cosas creadas, pues entonces la Escritura se contradeciría.
Pero aún más para confundir a los herejes, podemos decir que el Apóstol dice "es fiel a quien lo hizo" porque no se refiere al momento de la creación, sino de la encarnación, porque "El Logos se hizo carne". Porque efectivamente Jesús se hizo nuestro Apóstol y Sumo Sacerdote en cuanto se revistió de carne, y así se ofreció al Padre y fue levantado de los muertos, y se sentó a la diestra de Dios. Por lo que, "siendo fiel a quien lo hizo" no hace referencia a la sustancia del Logos ni a la generación por naturaleza del Padre (y si así fuera, no demuestra que es creado sino engendrado), sino en su descenso  hasta los hombres y llegado a ser sumo sacerdote. Y esto es lo que ocurría antes, porque Aaron fue engendrado como hombre y luego fue revestido porque Dios quiso para ser Sumo Sacerdote. Eso pasó con el Señor, que fue engendrado estando en la eternidad con el Padre (Juan 1,1); y así como Aaron se revistió con vestiduras, el Logos se revistió de carne (Juan 1,14), y así se ofreció a Dios como sacrificio y se hizo mediador. Así como Aaron no cambia por revestirse y ser constituido como sumo sacerdote, sino que es el mismo; del mismo modo el Logos, que no "fue creado" por ser constituido sumo sacerdote.
Si uno hubiese dicho, al ver a Aaron revestido y ofreciendo el sacrificio: "Ha llegado a ser Sumo Sacerdote" no estaría diciendo que Aaron en ese momento ha comenzado a ser hombre, pues ya lo era; sino que fue hecho sumo sacerdote.
Porque es cierto además que, como hombre, fue hecho. ¿Quién al ver al Señor caminando y ver sus obras no se habría preguntado quién le hizo hombre? ¿Y quién no se habría respondido que el Padre lo hizo y lo envió como sumo sacerdote?
Y ésta interpretación la confirma el mismo Apóstol al decir:
"Por tanto, como los hijos tienen en común la carne y la sangre, también Él participó de ellas en igualdad de condiciones, para que por medio de la muerte venciese a quien tenía poder sobre la muerte, esto es, al diablo, y librase a cuantos por miedo a la muerte  estaban sometidos a esclavitud por toda la vida. Pues no tomó ciertamente de la descendencia de los ángeles, sino que tomó de la de Abraham.
De donde se sigue que debía ser hecho semejante en todo a sus hermanos , para llegar a ser misericordioso y fiel, sumo sacerdote a lo que se refiere a Dios y alcanzar la propiciación por los pecados" (Hebreos 2,14-17).
Con ello, se condena cualquier interpretación arriana.




11.- E incluso, dice el Apóstol "Dios ha hecho a este Jesús, a quien vosotros crucificasteis, Señor y Cristo" (Hechos 2,36). Si Dios lo hizo, Dios lo creó.

Respondo:
 Aplica a este versículo lo mismo que ya e dijo en la respuesta anterior. No se dice que Dios creó un Logos o un Hijo, siendo de naturaleza diversa a sí mismo; dice que Dios hizo a Cristo, en la carne. Lo curioso es que no pueden presentar ni un solo texto en donde se diga claramente que el Logos o el Hijo ha sido creado, y en cambio solo existen versículos que tuercen. Y se entiende que se refiere que fue hecho en cuanto a carne porque dice San Pedro "A quien vosotros crucificasteis".
En cualquier caso, se puede seguir sobre porqué Pedro dice "lo hizo". San Pedro empieza diciendo:
"Varones israelitas, escuchad estas palabras: A Jesús de Nazaret, varón probado ante vosotros por Dios con poderes, prodigios y signos que Dios hizo por medio de Él en medio de vosotros, como vosotros mismos lo sabéis" (Hechos 2,22).
La expresión "lo hizo" (Señor y Cristo, claro está) lo dice después de ésta introducción en donde dice que Jesús fue "probado", dando muestra de que el Cristo no era un simple hombre, sino que por sus poderes, prodigios y signos mostró que era Dios existiendo en el cuerpo.
Lo mismo ocurre con Juan Evangelista, cuando dice:
"Por esta razón le perseguían principalmente los judíos, porque no solo quebrantaba el Sábado, sino que decía que Dios era su propio Padre haciéndose semejante a Dios" (Juan 5,16-18).
Pero Jesús no se estaba "haciendo Dios" en ese momento por decir que tenía a Dios por Padre, sino que se "hacía Dios" porque se daba a conocer por sus obras y sus dichos lo que realmente era, como Él mismo dice:
"Aunque no me creáis a mí creed a mis obras, para que conozcáis que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí" (Juan 10,38).
"¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre está en mi? Las palabras que yo os digo, no las digo por mi cuenta; el Padre que mora en mí es quien realiza sus obras" (Juan 14,10).
Por tanto, el Padre lo hizo Señor y Rey en medio de los israelitas, y ahí se daba a conocer como Señor y Rey, no comienza a serlo. Y es cierto que no fue hecho Señor en ese momento, pues ya desde antes lo era, como se mostró (Génesis 12,8; 13,4; 19,24; Salmos 109,1; 44,7; 144,13).

Por lo que Pedro Apóstol no se refiere al Señoría del HIjo en cuanto a la sustancia del Hijo, sino que se refiere a que el señorío ha llegado hasta nosotros cuando ha llegado a ser hombre, y que ha llegado a ser Señor y Rey de todos, después de habernos redimidos a todos por la cruz.

Esto debería bastar para los arrianos. Pero si siguen en su insensatez, se puede seguir.
Ya quedo muy claro que el Hijo es eternamente Señor y Rey, porque al ser Hijo de Dios por naturaleza, es igual a Él, que es Señor y Rey, así Él también lo es porque "Quien me ha visto a mí, ha visto al Padre".
Ahora, volvamos a lo que dijo Pedro: "Lo ha hecho Señor y Cristo". No significa que fue creado, y tomemos como ejemplo lo que dice Isaac a Jacob: "Llega a ser Señor de tu hermano" (Génesis 27,29) y a Esaú: "He aquí que he hecho de Él tu Señor" (Génesis 27,37).
Si la expresión "ha hecho" no se refiere a que Isaac creó la sustancia de Jacob trayéndolo a la existencia, entonces tampoco tiene que referirse a la sustancia y existencia del Logos.  Si ni los arrianos se atreven a aplicar esa lógica de "ha hecho" a alguien que de verdad es creatura como lo es Jacob, ¿cómo se atreven a aplicarla al Logos, que justamente no es creatura?
Isaac dice "Llega a ser" y "He hecho" por la autoridad que le dará a Jacob sobre su hermano, no porque lo creara. Del mismo modo, lo que dice Pedro no se debe entender de la sustancia del Logos sino que había sido hecho y había comenzado en la humanidad con respecto al señorío y reinado por gracia y para nosotros.


12.- me lo olvidé xd


13.- "Yo estoy en el Padre y el Padre está en mí" (Juan 14,10). ¿Cómo va a estar el Padre en el Hijo si el Padre es más grande? simplemente, el Padre está en el Hijo como está en nosotros, tal como se dice: "En él vivimos, nos movemos y existimos" (Hechos 17,28).También, puede ser que el Hijo esté en el Padre porque su discurso no es suyo, sino de quien lo envió; y porque las obras no son suyas sino del Padre, quien le otorgó la potencia; como dice Asterio el sofista (CA III, 2,1).

Respondo: 
Dios no es cuerpo, no comprenden lo que es ser Padre verdadero e Hijo verdadero, ni qué es una luz invisible y eterna y su resplandor invisible, ni qué es una hipóstasis invisible ni qué una impronta incorpórea y una imagen incorpórea.
Al decir esas palabras, el Señor no se refiere a que el Padre llena al Hijo y el Hijo llena al Padre como si de recipientes huecos se tratasen, siendo llenados el uno por el otro, haciendo de los dos seres corpóreos, y haciéndolos incompletos e imperfectos.
El Padre es completo y perfecto, y el Hijo es la plenitud de la deidad (Colosenses 2,9).
El Padre tampoco está en el Hijo de la misma manera en que Dios fortalecía a los hombres, pues el Hijo es la misma Potencia y Sabiduría de Dios. Las cosas que han llegado a ser son santificadas en el Espíritu al participar del Hijo, mientras que el Hijo no es "Hijo" por participar de la sustancia divina, sino que es el propio engendrado del Padre (Filipenses 2,6).
El Hijo tampoco está en el Padre de la misma manera en que nosotros "vivimos, nos movemos  y existimos en Él", porque el Hijo es como la vida que procede del Padre, en quien todas las cosas son engendradas para la vida y tienen su consistencia en Él (Colosenses 1,17).
A lo dicho por Asterio: Él simplemente degrada la obra del Hijo, pues con lo que dice entonces las obras del Hijo puede ser aplicadas a cualquier creatura.
Si se debe a que las palabras del Hijo no eran del Hijo sino del Padre, y lo mismo ocurre con las obras, no se explica porqué dice: "Yo estoy en el Padre y el Padre está en mí".
David también dice:
"Voy a escuchar lo que Dios va a decir en mí" (Salmo 84,9).
Y Salomón:
"Mis palabras han sido dichas por Dios" (Proverbios 31,1).
Moisés también dispensaba las palabras que venían de Dios, y así todos los profetas: "Esto dice el Señor" (Éxodo 4,22).
E igualmente, las obras que hacían todos los Santos no las hacían ellos, sino que Dios las hacía por ellos, porque Él les había otorgado la potencia. Ejemplo de eso es cuando Elías y Eliseo invocaban a Dios para resucitar muertos. Lo mismo Samuel, oraba a Dios para que lloviera; y hasta los Apóstoles decían que hacían milagros no por sí mismos (Hechos 3,12).
Así que si se va a explicar las palabras de Juan 14,10 en base a que el Hijo hace y habla lo que recibe y le manda el Padre, entonces tales palabras pueden ser aplicadas a cualquiera y no solo al Hijo. Y así, el Hijo de Dios no es Unigénito, sino que el Logos será uno entre muchos.

¿Entonces por qué el Padre está en el Hijo y el Hijo está en el Padre?
Porque todo el ser del Hijo es propio de la sustancia del Padre, en la manera en que el resplandor procede de la luz, y el río de la fuente. Así, quien ve al HIjo ve lo propio del Padre y entiende que el ser del Hijo, proviniendo del Padre, está en el Padre. Y el Padre también está en el Hijo, puesto que en el Hijo está lo que es propio del Padre. Por eso quien contempla al Hijo contempla lo propio del Padre y ve que el Padre está en el Hijo.
Y es por esto que  "Yo y el Padre somos una sola cosa" (Juan 10,30).



14.- Jesús dice "Yo y el Padre somos una sola cosa" (Juan 10,30). Pero ésto no debe entenderse más que por la concordancia en su obrar con el Padre, porque el Hijo quiere lo que el Padre, no se opone a su voluntad, juicios y pensamientos. Así, están en sintonía (CA III, 10,1, pág. 268).

Respondo:
Si por la razón que reclaman los arrianos el Padre y el Hijo son una sola cosa, he aquí que también los ángeles y todas las demás criaturas que están por encima de nosotros (principados, potestades, tronos, dominaciones) y las visibles (sol, luna, estrellas) son como el Hijo. Y también de ellos habrá que decir que son hijos, porque ellos y el Padre son una sola cosa y cada uno de ellos es logos e imagen de Dios, ya que también ellos quieren lo que Dios quiere y no discrepan con Dios en sus en sus pareceres y juicios, sino que son sumisos en todo a quien los ha hecho.
Entonces, siendo así, ¿Cómo es que solo Él es el Hijo Unigénito, el Logos, el Resplandor, la Imagen y Sabiduría? Muchos han llegado a ser mártires por imitar a Dio (Efesios 5,1-2), y ninguno se atrevería a decir que ellos y el Padre son una sola cosa, ni que ellos están en el Padre y el Padre en ellos. Porque, efectivamente se dice:
"¿Quién hay semejante a ti entre los dioses, Señor" (Éxodo 15,11).
Y:  "¿Quién se asemejará al Señor entre los hijos de Dios?" (Salmo 88,7).
Pero del Hijo, en cambio, se dice que es imagen verdadera y engendrado por el Padre. Y podrá objetarse que nosotros también somos llamados imagen de Dios (Génesis 1,27), y también gloria de Dios (1 Corintios 11,7), sin embargo esto es falaz porque nosotros somos imagen teniendo naturaleza distinta y creada; e Hijo en cambio es imagen por tener la misma naturaleza y ser igual a Dios en todo.
Si el Padre y el Hijo son una sola cosa por lo que ellos dicen, entonces se sigue que no son verdaderos Padre e Hijo el uno y del otro, sino solo en apariencia, y así el Hijo es imagen imperfecta, y así no se parece en nada al Padre. Pablo también enseñaba cosas semejantes al Hijo, y no por eso era uno en sustancia con el Hijo. Así que los arrianos erran.
Al obrar el Hijo es cierto que es el Padre el que obra, pero ésto es porque la luz está con su resplandor. Así de la misma manera el Hijo llega a los Santos, pero también el Padre con Él:
"Vendremos yo y el Padre, y haremos de Él una morada" (Juan 14,23).
Por esta misma razón, aunque el Padre de la gracia y la paz, también está la del Hijo:
"La gracia de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo esté con ustedes" (Romanos 1,7; 1 Corintios 1,3). Y esto muestra su unidad.

Porque si no hubiese unidad y el Hijo no fuese engendrado por el Padre y en cambio fuese de otra naturaleza, bastaría haber nombrado solo al Padre, puesto que ninguna de las cosas que ha llegado a ser, a existir, participa a modo de comunión con quien las ha hecho a la hora de conceder las gracias. Pero ahí la donación es del Padre y del Hijo. Porque nadie antes podría haber recibido de Dios y de un ángel, o de otra criatura, ni habría podido decir: "Que Dios y el ángel te lo concedan". Y sí, por medio del Hijo se conceden aquellas cosas que se dan, y el Hijo obra por medio del Padre, pero esto es a causa de la unidad y unicidad; porque donde está la luz está igualmente el resplandor; y el resplandor esclarece precisamente aquello que la luz ilumina, y así, el ver al Hijo es ver al Padre, y ambos son una sola cosa.
Por ello Jacob, bendiciendo a José, dice:
"El Dios en cuya presencia caminaron mis padres Abraham e Isaac; el Dios que ha sido mi pastor desde que existo hasta hoy, el Ángel que me ha librado de todo mal, bendiga a estos jóvenes" (Génesis 48,15-16).
Y al decir "Ángel" no se refiere a un ser creado, sino al Logos mismo de Dios, puesto que le ha librado de todo mal y bendice, y ya anteriormente se refirió dos veces a Dios. Este Ángel es Dios.
Porque el Logos también es llamado "Ángel" (Isaías 9,5), cuando se le dice "Ángel de la gran decisión" (O "Consejero Portentoso" en algunas traducciones). Él Salva y bendice.
Él no rezaba a Dios y luego a un ángel, sino a aquel mismo Ángel a quien le dijo: "No te dejaré ir si no me bendices" (Génesis 32,27); y éste era Dios mismo, ya que dice: "He visto a Dios cara a cara" (Génesis 32,31).
Así, el bendecir y el rescatar es propio solo de Dios.



15.- El Padre y el Hijo son uno de la misma manera en que nosotros hemos llegado a estar en el Hijo, porque en Juan 17,11 el Hijo pedía que seamos uno como Él y su Padre son uno. Así, no tiene nada que ver el ser igual en sustancia (CA III, 17,1, pág. 280).

Respondo:
Se parecen al diablo cuando dice: "Subiremos al cielo y seremos semejante al Altísimo" (Isaías 14,14).
Piensan que porque a ellos se les llama "hijos de Dios" entonces se asemejan al Logos, que es Hijo verdadera por naturaleza y no por gracia. Y al escuchar "para que sean una sola cosa como tu y yo somos una sola cosa" se confían.
Es costumbre de la Escritura tomar imágenes de los seres naturales para aplicarlo a los hombres y así ilustrar sus acciones, si son buenas o malas. Ejemplo:
"No seáis como el caballo y el mulo, que no tienen inteligencia" (Salmo 31,9).
"Un hombre que no es tenido en estima no ha comprendido y se parece a las bestias que carecen de entendimiento y es hecho semejante a ellas" (Salmo 48,13).
"Se han convertido en caballos locos por las hembras" (Jeremías 5,8).
Y el Señor, refiriéndose a Herodes:
"Decid a ese zorro" (Lucas 13,32).
Y a los Apóstoles:
"He aquí que os envío como ovejas en medio de lobos. Sed por tanto prudentes y sencillos como palomas" (Marcos 10,16).
Él no decía estas cosas para que nos convirtiéramos por naturaleza en dichos animales, pues no es así como fuimos creados. Ésto no ocurre, por tanto, en la naturaleza, sino que lo dice para que nosotros imitemos a dichos animales y evitemos las inclinaciones irracionales, siendo astutos como serpientes y sencillos como palomas.
Pero también dice:
"Sed compasivos como vuestro Padre que está en los cielos" (Lucas 6,36).
"Debéis ser perfectos como vuestro Padre celeste es perfecto" (Mateo 5,48).
No lo decía para que llegásemos a ser como el Padre, pues somos criaturas, sino que lo decía a la manera en como se dijo "No seáis como los caballos", para que no seamos irracionales. Ni decía que seamos compasivos como el Padre para que seamos igual a Él, sino para que nos asemejemos a Él, y así haciendo el bien por amor al Padre podamos recibir su recompensa, siendo hijos suyo por su gracia. Solo en este sentido somos capaces de imitarlo.
Si entendemos eso adecuadamente, lo mismo hemos de hacer con Juan 17,11.
Así como no podemos estar en el Padre como el Hijo Único lo está, ni el Padre podrá estar en nosotros como lo está en el Hijo, del mismo modo no podemos ser uno en la misma forma en que el Padre y el Hijo son uno.
Porque el Logos es Dios y es uno con el Padre, y eso es cierto, por naturaleza. Pero nosotros no, sino que solo podemos ser uno por imitación. De igual forma, mientras Él es Hijo por naturaleza, nosotros no podemos llegar a ser hijos perfectos de esa forma, sino por imitación.
Así como el Logos está en el Padre y por naturaleza son uno, de igual manera nosotros, al tener cierto modelo y mirarle a Él, lleguemos a ser una sola cosa con otros, en concordancia y en la unidad del Espíritu.
En conclusión: somos hijos, pero no como el Hijo; somos dioses, pero no como Dios; compasivos semejantes al Padre, pero no somos el Padre; somos uno como Dios Trino, pero no somos Dios Trino. Llegamos a ser uno como lo son el Padre y el Hijo en la medida en que lo pueda nuestra naturaleza.
Y además, las cosas que son semejantes se unen por naturaleza a las que le son semejantes, así como toda carne se reúne según su especie. Así, el Logos no es semejante a nosotros sino al Padre, y por eso se une con Él. Y a nosotros nos manda a unirnos a los de la misma naturaleza humana por la disposición que tengamos unos con otros, teniendo como modelo la unión por naturaleza del Padre y el Hijo.


16.- Dice el Apóstol " (1 Corintios 8,6). También se dice: "Yo soy y fuera de mí no hay otro Dios" (Deuteronomio 32,39). (CA III, 7,1).

Respondo:
 El Apóstol no dice tales cosas para excluir al Hijo, pues él, al ser Logos, Sabiduría, Resplandor, Imagen y engendrado del Padre, es Dios con Él.
Si con lo que se dice se quiere excluir al Hijo, entonces se dice que el Hijo tiene una rivalidad con el Padre, pues el Padre vería al Hijo como David a Adonías:
"Pero ahora es Adonías quien se proclama rey, sin que tú, mi Señor rey estés enterado de ello" (1 Reyes 1,18).
Pero si quien conoce al Hijo conoce al Padre, entonces verá en el Hijo al Padre. Y si el HIjo es el Logos del Padre, entonces las palabras de 1 Corintios 8,6 no van en descrédito del Logos, sino de los falsos dioses, porque los hombres se arriman a los falsos dioses olvidando al verdadero Dios, de ahí que a los extraviados Dios les diga: "Yo soy el único Dios" (Deuteronomio 32,29),
Lo mismo que si alguien, siendo de día y brillando el sol, pintase un leño que no tuviese sino apariencia de luz y le considerara como causa de la luz; y el sol, al verlo, le dijese: "Solo yo soy la luz del día y fuera de mí no hay otra luz del día", y ésto no lo diría el sol para negar su propio resplandor, sino para negar al falso leño. Lo mismo ocurre con 1 Corintios 8,6.  Se dice para excluir a los que no tienen la naturaleza divina, por eso no queda simplemente en "Un solo Dios, el Padre", sino que añade "Y un solo Señor, Jesucristo". Y esto es lo mismo que se ve en Juan 17,3: "Ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, único Dios verdadero, y a Jesucristo el que enviaste". Y añade "Jesucristo" porque el Hijo es resplandor del Padre que es la luz, imagen de su misma naturaleza.
Y así como cuando Dios dice "Soy el único que extendí el cielo" (Job 9,8) no queda excluído el Logos, porque "Y tú, Señor, desde el principio has cimentado la tierra y los cielos son obras de tus manos" (Salmo 101,26); "El Señor fundó la tierra con sabiduría" (Proverbios 3,19); "Allí estuve a su lado como arquitecto" (Proverbios 8,30); "Cuántas son, Señor, us obras, todas fruto de tu sabiduría" (Salmo 104,24); "Todo llego a ser por medio de ella y sin ella nada se hizo de cuanto fue hecho" (Juan 1,2).
Del mismo modo, por decir "Único Dios verdadero" no queda excluido el Hijo, y por eso se añade "Jesucristo".
En el "Uno", "Único" y "Primero" se entiende, entonces, que coexiste con el Logos.