lunes, 11 de septiembre de 2023

Respuesta a la Escuela Radical Holandesa. Parte I.

 Respondiendo a un artículo del sitio de Hermann Detering: https://depts.drew.edu/jhc/detering.html


Planteará que ninguna de las epístolas paulinas en realidad sea paulina, y que como nos llegaron deben ser posteriores al 130 d.C.

Dudará además de la autenticidad de las cartas de Clemente e Ignacio, para que evidentemente no les respondan con la autoridad de estos Padres testimoniando las cartas paulinas.

Y además, irán contra el consenso de los demás Padres, que acusaban al marcionismo de alterar las Epístolas de Pablo, y sostendrán que en cambio eran escritos originalmente gnósticos alterados por los cristianos.

Alegan, además, que la idea de que fueron los marcionistas los que adulteraron las Epístolas no vienen de los marcionistas mismos sino de sus adversarios, mientras que Marción solo reconocía y se gloriaba haber adulterado el Evangelio de Lucas, pero nada dijo sobre las Epístolas.

 

Pues la verdad que esto último es falso. Ireneo dice que los marcionistas reconocían haber adulterado las epístolas paulinas también:

“Los marcionitas, nos ha dicho anteriormente (III, 12,12), sólo aceptan a Pablo y a su discípulo Lucas como escritores sagrados. Y aun a éstos los censuran, recortándoles aquello que, dicen ellos, les habría añadido subrepticiamente el Dios del Antiguo Testamento. El motivo es la polémica de Pablo contra los fariseos y su intepretación de la Ley mosaica, que, según ellos, probaría que Pablo predicó a un Dios distinto del que dio la Ley.”

 

 En fin. Los argumentos para dudar de la autenticidad de las cartas son (mis respuestas en rojo):

1) La cuestión del repudio de Israel , tratada exhaustivamente en Romanos 9-11 (por ejemplo, Rom. 11:15f; cf. 1 Tes. 2:16), así como la actualización del tema del remanente del Antiguo Testamento (Rom. 9:27; 11:5), solo pudo surgir más tarde, presumiblemente solo después del 135 (como mínimo después del 70).

(El repudio de Israel nada tiene que ver con la destrucción de Jerusalén sino con el fin de la antigua alianza superada por la nueva instaura por Cristo con su muerte en la cruz; y que es el fundamento mismo del rechazo a las leyes ceremoniales y la predicación a los gentiles. Esto ya se ve en los Evangelios y Hechos, y nada nos dice sobre la datación de las Epístolas paulinas).

2) Por las persecuciones de los cristianos, de las que se hace mención una y otra vez en las epístolas paulinas (Rom 8,35; 12,14; 1 Cor 4,12; 2 Cor 4,9; 12,10; Gal 6,12; 1 Tes 2:14 etc.) no hay evidencia antes de Nerón . La supuesta persecución de los cristianos en el 64 tras el incendio de Roma es, además, históricamente discutida. Hablar de persecuciones es, además de las de Domiciano (Eusebio, EH 3.17ss.) y las que sufrieron los cristianos judíos bajo Bar Kochba (Justino, Apol . 1,31; Eusebio, EH 4. 8,4), sólo posible después de 135 en relación con el llamado Aposynagogos , es decir, la exclusión de los cristianos de la vida sinagoga. Y de hecho, los Aposynagogosen sí mismo no está atestiguado antes de Justino a mediados del siglo segundo (Justin, Dial . 48.5).

(Los Evangelios y Hechos, que son aceptados como del siglo I y anteriores a Marción, hablan indiscutiblemente de persecución. Cristo mismo predice que habrá persecución y en Hechos vemos a la Iglesia teniendo su primer mártir San Esteban diácono, además de Santiago. Este último también aparece como mártir en Flavio Josefo. Sin olvidar que la historia misma de Pablo se refiere a él como un perseguidor inicial del cristianismo y que esta historia es originaria del siglo I y se ambienta antes de la persecución de Nerón. Además, los primeros tres versículos alegados hablan de bendecir a los que maldicen, lo cual es enseñanza del mismo Cristo que, justamente, terminó también muerto. Y además de aparecer en los Evangelios aparece también en Didaché 1:3: “Esta es la enseñanza de este discurso: «Bendigan a los que los maldicen y rueguen por sus enemigos, y ayunen por los que los persiguen. Porque ¿qué méritos hay en que amen a los que los aman?”. Texto que incluso muchos apelan a que es tan antiguo como las Epístolas paulinas. Por ejemplo, a eso apelas James Tabor para decir que la Didaché expresa la enseñanza de Santiago contraria a la de Pablo. Por lo que vamos, esto no parece un argumento serio).

3) La disputa sobre la Fe y la Ley, al igual que la cuestión de la circuncisión, ¿pertenece al primer siglo, o más bien al segundo? (Cf. Justin, quien en su Diálogo con el judío Trifón una y otra vez se ocupa exactamente de estas cuestiones: por ejemplo, Dial . 23.4, donde se debate el tema de la circuncisión.)

(Justino habla de la circuncisión porque debate con un judío. Trifón es judío; no cristiano. La postura de Justino supone la resolución del tema entre los cristianos, no el debate entre cristianos sobre el tema. Hipólito y Eusebio también tratan la cuestión en disputa sobre los judíos, y no por eso alguien pensará que hay disputa intra-cristiana sobre el tema en tiempos de Hipólito o de Eusebio. En la apología contra el judaísmo el cristianismo recurrirá siempre a la cuestión sobre la Fe y la Ley, y a la circuncisión).

4) El nivel teológico implícito de las congregaciones de las epístolas paulinas supone un período más largo de incubación y no es posible que se haya llegado a él en dos décadas.

(¿Cómo puede alegarse que se necesita un largo período de incubación, pero a la vez suponer que Epístolas marcionitas fueron aceptadas como auténticamente paulinas sin ninguna discusión en un periodo de tiempo similar? Porque se alega que Justino, cerca del 150-60 no conoce las epístolas paulinas y que Marción es autor de las cartas en el mismo período. Pero ya para el 180 Celso e Ireneo usan las epístolas como paulinas. ¿Entonces?).

El francés DelaFosse, afín a los holandeses, ha llamado nuestra atención sobre indicaciones en las Epístolas Paulinas de que su autor en algunas perícopas se refiere al llamado "conflicto de Pascua" bajo Víctor en el siglo II, relatado por Eusebio (1 Cor. 5:8).45

(¿De qué manera 1 Corintios 5:8 puede referir al conflicto de la Pascua durante el papado de Víctor, cuando para dicho tiempo ya San Ireneo de Lyon escribió Contra Herejes en la que considera a 1 Corintios como epístola Paulina?)

5) El bautismo vicario por los muertos (1 Corintios 15:29) no ha sido confirmado antes que entre los marcionitas en el segundo siglo.46

(¿El hecho de que los marcionitas realicen el bautismo vicario no se debe, más bien, a que tomaron tal idea de la carta original de 1 Corintios, antes que ser ellos autores de 1 Corintios? Plantear que los herejes interpretan un texto de la Escritura de una determinada manera que le es favorable a sus heterodoxias no es un argumento válido para decir que el texto de donde sacan tal heterodoxia es de su autoría antes que del autor al que se atribuye).

 

Hasta aquí.


Su lógica es: Si en las epístolas paulinas hay elementos marcionistas, debe ser porque son marcionitas.

Pero esa lógica es falaz.

No son elementos “marcionitas”. Son elementos paulinos, de los cuales se agarraron los marcionistas para sus interpretaciones. Y como a tales elementos recurrieron los marcionitas para sus extravagantes interpretaciones, ahora pareciera que tales elementos son originalmente suyos.

Que los marcionitas tuvieran un bautismo vicario por los muertos no demuestra que el texto en sí sea de origen marcionita. Demuestra, cuando mucho, que interpretados privadamente pueden sacarse doctrinas heterodoxas de la Escritura.

 

Por otro lado, preguntar si el tema de la circuncisión es del siglo I o II alegando el testimonio de Justino es fútil. Porque el tema de la circuncisión fue una disputa doctrinal entre cristianos. Justino habla de la circuncisión no porque dispute con un cristiano judaizante sino porque está discutiendo con un judío.

Además de que alegar a Justino es hacer salir el tiro por la culata. Porque Justamente la interpretación de Justino presupone toda la doctrina paulina que debe serle precedente.

No puede alegarse que Justino parece no conocer las cartas simplemente por el hecho de que no las cita. Porque su Diálogo con Trifón justamente busca defender, ante un judío, la doctrina que está en las cartas. De allí que para nada le sirve a Trifón citar las Cartas, porque para fundamentar su doctrina tiene que recurrir a las Escrituras que el judío acepta: el Antiguo Testamento. De allí que apenas se cite incluso al Nuevo Testamento, solo para señalar algunas palabras de Jesús.

 

Siguiendo con la respuesta, presenta supuestos elementos marcionistas (copio y pego y respondo en rojo):

1) A este respecto debemos señalar en primer lugar la presencia en las Epístolas paulinas de la cristología docética de origen gnóstico que enseña que Jesús no era un ser humano real de carne y hueso, sino que tenía sólo un "cuerpo aparente" (un fantasma).

Esto sale a la luz, por ejemplo, en la notable expresión de Rom 8, 3, donde el autor dice de Cristo que (en su vida en la tierra) estuvo en homoimati sarkos hamartias ("en semejanza de carne de pecado"). Correspondientemente dice también en el Himno a Cristo en Filipenses (2:7) que apareció en homoimati anthrpn ("en semejanza de los hombres"). ¿Por qué el autor no dice simplemente que Dios lo había enviado "a la carne"? El concepto homoima ("semejanza") es claramente utilizado por el autor de la manera más consciente, para dejar claro el contraste de su punto de vista con el punto de vista católico y judeo-cristiano.54

(¿Y cómo sabe que la expresión “semejante” es algo que contrasta con el punto de vista católico cuando resulta que fue mantenido en las epístolas en su versión católica? Si el editor católico no tuvo ningún escrúpulo en adulterar las epístolas marcionitas para hacerlas ortodoxas, ¿por qué no cambió estos términos que son notablemente -se dice- marcionitas y que, por tanto, revelarían su origen?

Además, el mismo Himno de Cristo en Filipenses no solo dice que Cristo se hizo “semejante” a los hombres, sino que dice que tomó la naturaleza humana tal como existía con la naturaleza divina.

Sin olvidar que eso es tomar las cosas por la mitad. Porque existen multitud de textos de las Epístolas paulinas que muestran que San Pablo no era docetista.

Pero claro, para explicar estos pasajes arbitrariamente se considera que son los añadidos del editor católico porque se presupone que hay una contradicción entre estos pasajes y los pasajes que supuestamente solo pueden interpretarse de modo docetista, pero si nadie acepta ese presupuesto parece carecer de coherencia aceptar que hay una contradicción entre unos versículos y otros. Y así parece no tener sentido querer atribuir las cartas a autores docetistas).

b) Se debe tomar nota adicional del dualismo en la imagen de Dios del autor , que sale a la luz en algunos lugares:

 

En 2 Cor 4, 4 el autor habla de manera dualista del Theos tou ainos toutou ("Dios de este eón"), que ha cegado los pensamientos de los incrédulos; cf. también 1 Cor 2:6; 2:8; Efesios 2:2; 6:12.

(Expresión similar se encuentra en Juan 12:31: “Ya está aquí el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera”. Lo mismo Juan 14:30: “No hablaré mucho más con vosotros, porque viene el príncipe de este mundo”. O Juan 16:11: “porque el príncipe de este mundo ha sido juzgado”. O Juan 12:40: “Él ha cegado sus ojos y endurecido su corazón, para que no vean con los ojos y entiendan con el corazón, y se conviertan y yo los sane”. Y no por eso el Evangelio de Juan es dualista. Lo mismo en 1 Juan 5:19: “Sabemos que somos de Dios, y que todo el mundo yace bajo el poder del maligno”.

Lo mismo aparece en las palabras que San Pablo atribuye a Jesús según Hechos 26:18: “para que abras sus ojos a fin de que se vuelvan de la oscuridad a la luz, y del dominio de Satanás a Dios, para que reciban, por la fe en mí, el perdón de pecados”. Esto es lo mismo que se dice dos versículos delante de 2 Corintios 4:4.

Además, ¿cómo se concilia la afirmación de que estas ideas son de por sí marcionistas-dualista y por tanto unidas al docetismo, pero a la vez que estén en el Evangelio de Juan y su primera carta, que insisten constantemente en la realidad de la Encarnación?

Lo mismo aparece en la Epístola de Bernabé 18:1: “Pues pasemos también a otro género de conocimiento y doctrina. Dos caminos hay de doctrina y de potestad, el camino de la luz y el camino de las tinieblas. Ahora bien, grande es la diferencia que hay entre los dos caminos. Porque sobre el uno están apostados los ángeles de Dios, portadores de luz; sobre el otro, los ángeles de Satanás. 2. Y el uno es Señor desde los siglos y hasta los siglos; el otro es el príncipe del presente siglo de la iniquidad”. Y está claro que Bernabé no es marcionita.

Todo este punto del “dios de este mundo” ya lo trató ampliamente Tertuliano en Contra Marción, libro V, capítulo XI).

En Rom 5:7 el justo y el bueno son, a la manera de Marcionita, antitéticamente opuestos el uno contra el otro . Mientras que por el justo uno apenas morirá, sin embargo, por el bueno algunos incluso se atreverían a morir. Normalmente se piensa que los dos términos se refieren al hombre (bueno o justo) . Sin embargo, las tortuosas explicaciones de los exegetas son bastante insensatas. Por eso habría que preguntarse si acaso los marcionitas que, como sabemos por Orígenes, 55 apelaron a este texto, tenían toda la razón al entender al bueno y al justo como sus Dos Dioses.

(¿Si los marcionitas apelaban a este versículo por qué no los eliminó el editor católico de las Epístolas? ¿No es, más bien, que la distinción del bueno y justo se origina justamente en la interpretación retorcida de los marcionitas de este versículo, antes que ser la Epístola originalmente marcionita solo porque éstos interpretan a su favor un versículo?

Incluso Justino mártir responde a la distinción que hacen los marcionitas entre el dios bueno y el justo. Lastimosamente su obra contra los marcionitas no sobrevive. Pero el mismo hecho de responder a esto y que su obra haya sido citada por los Padres muestra indirectamente que Justino conocía las epístolas paulinas, y que los Padres pudieron ver a Justino responder a los alegatos marcionitas usando las Epístolas. En caso de haber usado los marcionitas este versículo y suponiendo que Justino no conocía las Epístolas, bien podría haber respondido negando la autoría paulina de dichas Epístolas. Tal cosa habría resultado escandalosa y habría sido resaltado por los Padres. ¿Por qué, entonces, no surgió una disputa entre los cristianos sobre si aceptar o no cartas de dudosa procedencia y, en cambio, se prefirió aceptarlas sin ninguna objeción aunque los herejes apelaran a versículos de ellas para justificar sus herejías?)

A través de la remodelación, el conocido versículo Efesios 3:9 se ha vuelto poco claro. Aquí se dice que Marción adaptó la idea original de que el misterio estaba oculto "en" Dios a su teología de los Dos Dioses simplemente omitiendo la pequeña palabra "en". A través de esta supuesta omisión se dice que surgió un sentido totalmente nuevo, de hecho marcionita, del versículo 3:9, porque el misterio ya no estaba escondido "en" Dios, sino "del Dios" que ha creado todas las cosas. De esta manera se dice que Marción quiso expresar que la obra santificadora del Dios Redentor permanecía oculta al "Demiurgo",56 porque nadie más podría ser para él el "Dios que había creado todas las cosas". Los hechos del caso, sin embargo, son obviamente exactamente lo contrario. El editor católico claramente cambió el punto de la oración al agregar su "en", y así eliminó la idea de un Demiurgo, que es intolerable para el pensamiento católico, aunque a costa de la inteligibilidad del texto ahora completamente oscuro.

(¿Qué evidencia existe de que hubo un editor católico que cambió la oración agegándole “en”? ¿Y de qué manera el texto es ahora “completamente oscuro”, cuando San Juan Evangelista habla en los mismos términos?

No solo eso, sino que además son evidentes las alteraciones de Marción y las cuales se omiten en el análisis. Como señala Tertuliano, Marción adulteró 1 Corintios 15:45 cambiando “segundo Adán” por  “segundo Señor” haciendo que el texto no tenga sentido:

  "Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente, el postrer Adán espíritu vivificante". Sin embargo, nuestro hereje, en el exceso de su locura, no queriendo que la declaración permaneciera en esta forma, alteró "último Adán" en "último Señor", porque temía, por supuesto, que si permitía que el Señor sea ​​el último (o segundo) Adán, debemos afirmar que Cristo, siendo el segundo Adán, necesariamente debe pertenecer a ese Dios que también poseyó al primer Adán.  Pero la falsificación es transparente. Porque ¿por qué hay un primer Adán, a menos que haya también un segundo Adán?

-Tertuliano, Contra Marción, libro V, capítulo X.

Lo mismo hace Marción con Efesios 2:14:

“Marción borró el pronombre Su, para que pudiera hacer que la enemistad se refiriera a la carne, como si (habló el apóstol) de una enemistad carnal, en lugar de la enemistad que era un rival de Cristo. 799 Y así has ​​mostrado (como he dicho en otra parte) la estupidez del Ponto, en lugar de la destreza de un marruciniano, 800 ¡porque aquí niegas la carne a quien en el versículo anterior permitiste la sangre!”.

-Tertuliano, Contra Marción, libro 5, capítulo 17.

Lo mismo hace con el versículo 2:20:

"edificados sobre el fundamento de los apóstoles" ----(el añadió el apóstol), "y los profetas"; estas palabras, sin embargo, las borró el hereje, olvidando que el Señor había puesto en su Iglesia no sólo apóstoles, sino también profetas. Sin duda temía que nuestro edificio se levantara en Cristo sobre el fundamento de los antiguos profetas, ya que el apóstol mismo nunca deja de edificarnos en todas partes con (las palabras de) los profetas. Porque ¿de dónde aprendió a llamar a Cristo "principal piedra del ángulo", sino de la figura que le da el Salmo: "La piedra que desecharon los edificadores se ha convertido en cabeza (piedra) del ángulo"?

Por lo tenemos que queda oscuro, en realidad, el texto mutilado por Marción. Lo mismo se puede ver en Romanos, como dice Tertuliano:

“Pero las serias lagunas que Marción ha hecho en esta epístola especialmente, al retirar pasajes enteros a su voluntad, quedarán claros a partir del texto no mutilado de nuestra propia copia. Basta para mi propósito aceptar en prueba de su verdad lo que él ha tenido por conveniente dejar sin borrar, extraños ejemplos como lo son también de su negligencia y ceguera”)

1 Cor 2, 8 incluye también un pensamiento típicamente marcionita: el de la "obra oculta del Redentor" que, no reconocido por el Demiurgo y sus poderes, muere en la Cruz y así redime a la humanidad de su dominio. Correspondientemente también dice en 1 Cor 2:8 que los arcontes de este eón no habrían crucificado al Señor de la Gloria, si lo hubieran reconocido.

(¡Pero para apoyar lo afirmado en 1 Corintios 2:8 el autor de la Epistola en el versículo siguiente apela al Antiguo Testamento! Y la idea de que los arcontes crucificaron al Señor se debe al pensamiento judío de que las autoridades civiles actúan influenciados por el demonio)

La teología paulina de la redención (1 Cor 6,20; 7,23; Gal 3,13; 4,5; 4,9; Col 2,15) parece presuponer un sistema de pensamiento dualista: ¿ De qué redime Cristo? De la Ley, que es casi "personificada" 57 o (lo que seguramente sería más plausible) de los "Príncipes (stoixei=a) del Mundo" (Gál 4,9) como autores de la Ley y por tanto de su comandante supremo, "el Demiurgo"?

(¿De qué manera los versículos allí citados sirven para apoyar el marcionismo, sino es que se toman completamente aislados ya que están fuera de lugar en el contexto inmediato?

Por ejemplo, Gálatas 3:13 dice que Cristo nos liberó de la maldición de la ley haciéndose maldición por nosotros. Pero versículo siguiente se dice que esto es así “Para que la bendición de Abraham llegue en Cristo Jesús a los gentiles”. ¡Los marcionitas rechazan a Abraham!

O por ejemplo, en los demás versículos se habla de que hemos sido comprados por precio, como si eso apoyara al marcionismo. Pera a eso mismo ya respondía Tertuliano en tono irónico: “¡Un precio! ¡Seguramente no se pagó nada en absoluto, ya que Cristo era un fantasma, ni tenía ninguna sustancia corporal que pudiera pagar por nuestros cuerpos!”.

Por lo que los versículos citados no expresan una teología marcionita más que una teología cristiana ortodoxa en la que por la muerte de Cristo somos redimidos de la esclavitud del demonio y de la obligación de la ley. No solo que expresan la teología ortodoxa, sino que incluso pueden usarse en contra del mismo marcionismo, como hizo Tertuliano).

La soteriología paulina-marcionita original ciertamente parece estar desfigurada por la remodelación católica, a menudo fuera de todo reconocimiento. Es debido a la transposición redaccional de pensamientos concebidos originalmente para un sistema dualista (y significativo sólo allí) a un sistema monista (es decir, monoteísta), que la doctrina paulina de la redención se volvió tan confusa e indistinta. Los pensamientos quedan meramente esbozados y se dejan pensar completamente solo al precio de la herejía.

(Aquí vemos cómo es arbitrario: El hecho de que tales versículos pueden entenderse en un sentido perfectamente católico o cristiano ortodoxo se debe a que a que el texto ha sido desfigurado por una remodelación católica mediante la transposición redaccional; y no porque son en sí plenamente católicos y el texto es católico.

Pues con esa manera de interpretar podemos llegar a interpretar cualquier extravagancia con la autoría y alteración de los textos. Y solo apelando al hecho de que como ciertos herejes usan ciertos versículos para justificar sus herejías, atribuir dichos textos a autores originalmente de sus sectas que fueron luego editados para ser católicos.)

 

La existencia de elementos gnósticos-marcionitas en el Corpus Paulinum requiere una explicación. Los exégetas hasta el presente a menudo se han contentado con explicar que, en pasajes donde el texto paulino tiene algo de carácter gnóstico-marcionita, Pablo se ha valido de términos gnósticos sin ser él mismo un gnóstico,58 o quizás que tengamos que ver con interpolaciones posteriores.59 La solución alternativa planteada por los Críticos Radicales Holandeses nos permite ver al(los) propio(s) autor(es) como gnóstico(s)/marcionita(s). Aquí Marción no es la versión radical de Pablo que ha sido considerado por la investigación académica hasta el presente, pero "Pablo" es un Marción mitigado (catolizado), atado al dogma católico del único Dios Creador y Redentor.

(Lógica del análisis: En las epístolas hay elementos que parecen marcionitas. Por tanto, las epístolas eran originalmente marcionitas y fueron luego editadas para ser cristianas.

Bien podríamos retrucar: En las epístolas hay elementos contrarios al marcionismo. Por tanto, las epístolas eran cristianas y los marcionistas se aferraron a algunos versículos aislados que les dieron ocasión para sus interpretaciones heterodoxas.)

 

Hasta aquí.


Por tanto, ¿qué podemos concluir con lo expuesto hasta aquí en lo alegado por defensres de la Escuela radical holandesa? Lo siguiente:

1.- No se apoya en ninguna evidencia positiva.

2.- Es altamente especulativa.

3.- Se sostiene en presupuestos poco aceptables.

4.- Todo descansa en suponer que las epístolas de Ignacio y Clemente no son auténticas.

5.- No es la mejor explicación a los hechos.


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