Respondiendo a un artículo del sitio de Hermann Detering: https://depts.drew.edu/jhc/detering.html
Planteará que ninguna de las epístolas paulinas en
realidad sea paulina, y que como nos llegaron deben ser posteriores al 130 d.C.
Dudará además de la autenticidad de las cartas de Clemente e
Ignacio, para que evidentemente no les respondan con la autoridad de estos
Padres testimoniando las cartas paulinas.
Y además, irán contra el consenso de los demás Padres, que
acusaban al marcionismo de alterar las Epístolas de Pablo, y sostendrán que en
cambio eran escritos originalmente gnósticos alterados por los cristianos.
Alegan, además, que la idea de que fueron los marcionistas
los que adulteraron las Epístolas no vienen de los marcionistas mismos sino de
sus adversarios, mientras que Marción solo reconocía y se gloriaba haber
adulterado el Evangelio de Lucas, pero nada dijo sobre las Epístolas.
Pues la verdad que esto último es falso. Ireneo dice que los
marcionistas reconocían haber adulterado las epístolas paulinas también:
“Los marcionitas, nos ha dicho anteriormente (III, 12,12),
sólo aceptan a Pablo y a su discípulo Lucas como escritores sagrados. Y aun a éstos los censuran, recortándoles aquello
que, dicen ellos, les habría añadido subrepticiamente el Dios del Antiguo
Testamento. El motivo es la polémica de Pablo contra los fariseos y su
intepretación de la Ley mosaica, que, según ellos, probaría que Pablo predicó a
un Dios distinto del que dio la Ley.”
1) La cuestión del repudio de Israel , tratada
exhaustivamente en Romanos 9-11 (por ejemplo, Rom. 11:15f; cf. 1 Tes. 2:16),
así como la actualización del tema del remanente del Antiguo Testamento (Rom.
9:27; 11:5), solo pudo surgir más tarde, presumiblemente solo después del 135
(como mínimo después del 70).
(El repudio de Israel nada tiene que
ver con la destrucción de Jerusalén sino con el fin de la antigua alianza
superada por la nueva instaura por Cristo con su muerte en la cruz; y que es el
fundamento mismo del rechazo a las leyes ceremoniales y la predicación a los
gentiles. Esto ya se ve en los Evangelios y Hechos, y nada nos dice sobre la
datación de las Epístolas paulinas).
2) Por las persecuciones de los cristianos, de las que se
hace mención una y otra vez en las epístolas paulinas (Rom 8,35; 12,14; 1 Cor
4,12; 2 Cor 4,9; 12,10; Gal 6,12; 1 Tes 2:14 etc.) no hay evidencia antes de
Nerón . La supuesta persecución de los cristianos en el 64 tras el incendio de
Roma es, además, históricamente discutida. Hablar de persecuciones es, además
de las de Domiciano (Eusebio, EH 3.17ss.) y las que sufrieron los cristianos
judíos bajo Bar Kochba (Justino, Apol . 1,31; Eusebio, EH 4. 8,4), sólo posible
después de 135 en relación con el llamado Aposynagogos , es decir, la exclusión
de los cristianos de la vida sinagoga. Y de hecho, los Aposynagogosen sí mismo
no está atestiguado antes de Justino a mediados del siglo segundo (Justin, Dial
. 48.5).
(Los Evangelios y Hechos, que son
aceptados como del siglo I y anteriores a Marción, hablan indiscutiblemente de
persecución. Cristo mismo predice que habrá persecución y en Hechos vemos a la
Iglesia teniendo su primer mártir San Esteban diácono, además de Santiago. Este
último también aparece como mártir en Flavio Josefo. Sin olvidar que la historia
misma de Pablo se refiere a él como un perseguidor inicial del cristianismo y
que esta historia es originaria del siglo I y se ambienta antes de la
persecución de Nerón. Además, los primeros tres versículos alegados hablan de
bendecir a los que maldicen, lo cual es enseñanza del mismo Cristo que,
justamente, terminó también muerto. Y además de aparecer en los Evangelios
aparece también en Didaché 1:3: “Esta es la enseñanza de este discurso:
«Bendigan a los que los maldicen y rueguen por sus enemigos, y ayunen por los
que los persiguen. Porque ¿qué méritos hay en que amen a los que los aman?”.
Texto que incluso muchos apelan a que es tan antiguo como las Epístolas
paulinas. Por ejemplo, a eso apelas James Tabor para decir que la Didaché
expresa la enseñanza de Santiago contraria a la de Pablo. Por lo que vamos,
esto no parece un argumento serio).
3) La disputa sobre la Fe y la Ley, al igual que la cuestión
de la circuncisión, ¿pertenece al primer siglo, o más bien al segundo? (Cf.
Justin, quien en su Diálogo con el judío Trifón una y otra vez se ocupa
exactamente de estas cuestiones: por ejemplo, Dial . 23.4, donde se debate el
tema de la circuncisión.)
(Justino habla de la circuncisión
porque debate con un judío. Trifón es judío; no cristiano. La postura de
Justino supone la resolución del tema entre los cristianos, no el debate entre
cristianos sobre el tema. Hipólito y Eusebio también tratan la cuestión en
disputa sobre los judíos, y no por eso alguien pensará que hay disputa
intra-cristiana sobre el tema en tiempos de Hipólito o de Eusebio. En la
apología contra el judaísmo el cristianismo recurrirá siempre a la cuestión
sobre la Fe y la Ley, y a la circuncisión).
4) El nivel teológico implícito de las congregaciones de las
epístolas paulinas supone un período más largo de incubación y no es posible
que se haya llegado a él en dos décadas.
(¿Cómo puede alegarse que se
necesita un largo período de incubación, pero a la vez suponer que Epístolas
marcionitas fueron aceptadas como auténticamente paulinas sin ninguna discusión
en un periodo de tiempo similar? Porque se alega que Justino, cerca del 150-60
no conoce las epístolas paulinas y que Marción es autor de las cartas en el
mismo período. Pero ya para el 180 Celso e Ireneo usan las epístolas como
paulinas. ¿Entonces?).
El francés DelaFosse, afín a los holandeses, ha llamado
nuestra atención sobre indicaciones en las Epístolas Paulinas de que su autor
en algunas perícopas se refiere al llamado "conflicto de Pascua" bajo
Víctor en el siglo II, relatado por Eusebio (1 Cor. 5:8).45
(¿De qué manera 1 Corintios 5:8
puede referir al conflicto de la Pascua durante el papado de Víctor, cuando
para dicho tiempo ya San Ireneo de Lyon escribió Contra Herejes en la que
considera a 1 Corintios como epístola Paulina?)
5) El bautismo vicario por los muertos (1 Corintios 15:29) no
ha sido confirmado antes que entre los marcionitas en el segundo siglo.46
(¿El hecho de que los marcionitas
realicen el bautismo vicario no se debe, más bien, a que tomaron tal idea de la
carta original de 1 Corintios, antes que ser ellos autores de 1 Corintios?
Plantear que los herejes interpretan un texto de la Escritura de una
determinada manera que le es favorable a sus heterodoxias no es un argumento
válido para decir que el texto de donde sacan tal heterodoxia es de su autoría
antes que del autor al que se atribuye).
Su lógica es: Si en las epístolas paulinas hay elementos
marcionistas, debe ser porque son marcionitas.
Pero esa lógica es falaz.
No son elementos “marcionitas”. Son elementos paulinos, de
los cuales se agarraron los marcionistas para sus interpretaciones. Y como a
tales elementos recurrieron los marcionitas para sus extravagantes
interpretaciones, ahora pareciera que tales elementos son originalmente suyos.
Que los marcionitas tuvieran un bautismo vicario por los
muertos no demuestra que el texto en sí sea de origen marcionita. Demuestra,
cuando mucho, que interpretados privadamente pueden sacarse doctrinas
heterodoxas de la Escritura.
Por otro lado, preguntar si el tema de la circuncisión es
del siglo I o II alegando el testimonio de Justino es fútil. Porque el tema de
la circuncisión fue una disputa doctrinal entre
cristianos. Justino habla de la circuncisión no porque dispute con un
cristiano judaizante sino porque está discutiendo con un judío.
Además de que alegar a Justino es hacer salir el tiro por la
culata. Porque Justamente la interpretación de Justino presupone toda la
doctrina paulina que debe serle precedente.
No puede alegarse que Justino parece no conocer las cartas simplemente por el hecho de que no las cita. Porque su Diálogo con Trifón justamente busca defender, ante un judío, la doctrina que está en las cartas. De allí que para nada le sirve a Trifón citar las Cartas, porque para fundamentar su doctrina tiene que recurrir a las Escrituras que el judío acepta: el Antiguo Testamento. De allí que apenas se cite incluso al Nuevo Testamento, solo para señalar algunas palabras de Jesús.
Siguiendo con la respuesta, presenta supuestos elementos marcionistas (copio y pego y respondo en rojo):
1) A este respecto debemos señalar en primer lugar la
presencia en las Epístolas paulinas de la cristología docética de origen
gnóstico que enseña que Jesús no era un ser humano real de carne y hueso, sino
que tenía sólo un "cuerpo aparente" (un fantasma).
Esto sale a la luz, por ejemplo, en la notable expresión de
Rom 8, 3, donde el autor dice de Cristo que (en su vida en la tierra) estuvo en
homoi�mati sarkos
hamartias ("en semejanza de carne de pecado"). Correspondientemente
dice también en el Himno a Cristo en Filipenses (2:7) que apareció en homoi�mati anthr�p�n ("en semejanza de los hombres").
¿Por qué el autor no dice simplemente que Dios lo había enviado "a la
carne"? El concepto homoi�ma
("semejanza") es claramente utilizado por el autor de la manera más
consciente, para dejar claro el contraste de su punto de vista con el punto de
vista católico y judeo-cristiano.54
(¿Y cómo sabe que la expresión
“semejante” es algo que contrasta con el punto de vista católico cuando resulta
que fue mantenido en las epístolas en su versión católica? Si el editor
católico no tuvo ningún escrúpulo en adulterar las epístolas marcionitas para
hacerlas ortodoxas, ¿por qué no cambió estos términos que son notablemente -se
dice- marcionitas y que, por tanto, revelarían su origen?
Además, el mismo Himno de Cristo en
Filipenses no solo dice que Cristo se hizo “semejante” a los hombres, sino que
dice que tomó la naturaleza humana tal como existía con la naturaleza divina.
Sin olvidar que eso es tomar las
cosas por la mitad. Porque existen multitud de textos de las Epístolas paulinas
que muestran que San Pablo no era docetista.
Pero claro, para explicar estos
pasajes arbitrariamente se considera que son los añadidos del editor católico
porque se presupone que hay una contradicción entre estos pasajes y los pasajes
que supuestamente solo pueden
interpretarse de modo docetista, pero si nadie acepta ese presupuesto
parece carecer de coherencia aceptar que hay una contradicción entre unos
versículos y otros. Y así parece no tener sentido querer atribuir las cartas a
autores docetistas).
b) Se debe tomar nota adicional del dualismo en la imagen de
Dios del autor , que sale a la luz en algunos lugares:
En 2 Cor 4, 4 el autor habla de manera dualista del Theos
tou ai�nos toutou
("Dios de este eón"), que ha cegado los pensamientos de los
incrédulos; cf. también 1 Cor 2:6; 2:8; Efesios 2:2; 6:12.
(Expresión similar se encuentra en Juan
12:31: “Ya está aquí el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo
será echado fuera”. Lo mismo Juan 14:30: “No hablaré mucho más con vosotros,
porque viene el príncipe de este mundo”. O Juan 16:11: “porque el príncipe de
este mundo ha sido juzgado”. O Juan 12:40: “Él ha cegado sus ojos y endurecido
su corazón, para que no vean con los ojos y entiendan con el corazón, y se
conviertan y yo los sane”. Y no por eso el Evangelio de Juan es dualista. Lo
mismo en 1 Juan 5:19: “Sabemos que somos de Dios, y que todo el mundo yace bajo
el poder del maligno”.
Lo mismo aparece en las palabras que
San Pablo atribuye a Jesús según Hechos 26:18: “para que abras sus ojos a fin
de que se vuelvan de la oscuridad a la luz, y del dominio de Satanás a Dios,
para que reciban, por la fe en mí, el perdón de pecados”. Esto es lo mismo que
se dice dos versículos delante de 2 Corintios 4:4.
Además, ¿cómo se concilia la
afirmación de que estas ideas son de por sí marcionistas-dualista y por tanto
unidas al docetismo, pero a la vez que estén en el Evangelio de Juan y su
primera carta, que insisten constantemente en la realidad de la Encarnación?
Lo mismo aparece en la Epístola de
Bernabé 18:1: “Pues pasemos también a otro género de conocimiento y doctrina. Dos caminos hay de doctrina y de
potestad, el camino de la luz y el
camino de las tinieblas. Ahora bien, grande es la diferencia que hay entre
los dos caminos. Porque sobre el uno están apostados los ángeles de Dios, portadores de luz; sobre el otro,
los ángeles de Satanás. 2. Y el uno es Señor desde los siglos y
hasta los siglos; el otro es el príncipe
del presente siglo de la iniquidad”. Y está claro que Bernabé no es
marcionita.
Todo este punto del “dios de este
mundo” ya lo trató ampliamente Tertuliano en Contra Marción, libro V, capítulo
XI).
En Rom 5:7 el justo y el bueno son, a la manera de
Marcionita, antitéticamente opuestos el uno contra el otro . Mientras que por
el justo uno apenas morirá, sin embargo, por el bueno algunos incluso se
atreverían a morir. Normalmente se piensa que los dos términos se refieren al
hombre (bueno o justo) . Sin embargo, las tortuosas explicaciones de los
exegetas son bastante insensatas. Por eso habría que preguntarse si acaso los
marcionitas que, como sabemos por Orígenes, 55 apelaron a este texto, tenían
toda la razón al entender al bueno y al justo como sus Dos Dioses.
(¿Si los marcionitas apelaban a este
versículo por qué no los eliminó el editor católico de las Epístolas? ¿No es,
más bien, que la distinción del bueno y justo se origina justamente en la
interpretación retorcida de los marcionitas de este versículo, antes que ser la
Epístola originalmente marcionita solo porque éstos interpretan a su favor un
versículo?
Incluso Justino mártir responde a la
distinción que hacen los marcionitas entre el dios bueno y el justo. Lastimosamente
su obra contra los marcionitas no sobrevive. Pero el mismo hecho de responder a
esto y que su obra haya sido citada por los Padres muestra indirectamente que
Justino conocía las epístolas paulinas, y que los Padres pudieron ver a Justino
responder a los alegatos marcionitas usando las Epístolas. En caso de haber
usado los marcionitas este versículo y suponiendo que Justino no conocía las
Epístolas, bien podría haber respondido negando la autoría paulina de dichas
Epístolas. Tal cosa habría resultado escandalosa y habría sido resaltado por
los Padres. ¿Por qué, entonces, no surgió una disputa entre los cristianos
sobre si aceptar o no cartas de dudosa procedencia y, en cambio, se prefirió
aceptarlas sin ninguna objeción aunque los herejes apelaran a versículos de
ellas para justificar sus herejías?)
A través de la remodelación, el conocido versículo Efesios
3:9 se ha vuelto poco claro. Aquí se dice que Marción adaptó la idea original
de que el misterio estaba oculto "en" Dios a su teología de los Dos
Dioses simplemente omitiendo la pequeña palabra "en". A través de
esta supuesta omisión se dice que surgió un sentido totalmente nuevo, de hecho
marcionita, del versículo 3:9, porque el misterio ya no estaba escondido
"en" Dios, sino "del Dios" que ha creado todas las cosas.
De esta manera se dice que Marción quiso expresar que la obra santificadora del
Dios Redentor permanecía oculta al "Demiurgo",56 porque nadie más
podría ser para él el "Dios que había creado todas las cosas". Los
hechos del caso, sin embargo, son obviamente exactamente lo contrario. El editor
católico claramente cambió el punto de la oración al agregar su "en",
y así eliminó la idea de un Demiurgo, que es intolerable para el pensamiento
católico, aunque a costa de la inteligibilidad del texto ahora completamente
oscuro.
(¿Qué evidencia existe de que hubo
un editor católico que cambió la oración agegándole “en”? ¿Y de qué manera el
texto es ahora “completamente oscuro”, cuando San Juan Evangelista habla en los
mismos términos?
No solo eso, sino que además son
evidentes las alteraciones de Marción y las cuales se omiten en el análisis.
Como señala Tertuliano, Marción adulteró 1 Corintios 15:45 cambiando “segundo
Adán” por “segundo Señor” haciendo que
el texto no tenga sentido:
"Fue hecho el primer hombre Adán alma
viviente, el postrer Adán espíritu vivificante". Sin embargo, nuestro
hereje, en el exceso de su locura, no queriendo que la declaración permaneciera
en esta forma, alteró "último Adán" en "último Señor",
porque temía, por supuesto, que si permitía que el Señor sea el último (o
segundo) Adán, debemos afirmar que Cristo, siendo el segundo Adán,
necesariamente debe pertenecer a ese Dios que también poseyó al primer Adán. Pero la falsificación es transparente. Porque
¿por qué hay un primer Adán, a menos que haya también un segundo Adán?
-Tertuliano,
Contra Marción, libro V, capítulo X.
Lo mismo
hace Marción con Efesios 2:14:
“Marción
borró el pronombre Su, para que pudiera hacer que la enemistad se refiriera a
la carne, como si (habló el apóstol) de una enemistad carnal, en lugar de la enemistad
que era un rival de Cristo. 799 Y así has mostrado (como he dicho en otra
parte) la estupidez del Ponto, en lugar de la destreza de un marruciniano, 800
¡porque aquí niegas la carne a quien en el versículo anterior permitiste la
sangre!”.
-Tertuliano,
Contra Marción, libro 5, capítulo 17.
Lo mismo
hace con el versículo 2:20:
"edificados
sobre el fundamento de los apóstoles" ----(el añadió el apóstol), "y
los profetas"; estas palabras, sin embargo, las borró el hereje, olvidando
que el Señor había puesto en su Iglesia no sólo apóstoles, sino también
profetas. Sin duda temía que nuestro edificio se levantara en Cristo sobre el
fundamento de los antiguos profetas, ya que el apóstol mismo nunca deja de
edificarnos en todas partes con (las palabras de) los profetas. Porque ¿de
dónde aprendió a llamar a Cristo "principal piedra del ángulo", sino
de la figura que le da el Salmo: "La piedra que desecharon los
edificadores se ha convertido en cabeza (piedra) del ángulo"?
Por lo
tenemos que queda oscuro, en realidad, el texto mutilado por Marción. Lo mismo
se puede ver en Romanos, como dice Tertuliano:
“Pero las
serias lagunas que Marción ha hecho en esta epístola especialmente, al retirar
pasajes enteros a su voluntad, quedarán claros a partir del texto no mutilado
de nuestra propia copia. Basta para mi propósito aceptar en prueba de su verdad
lo que él ha tenido por conveniente dejar sin borrar, extraños ejemplos como lo
son también de su negligencia y ceguera”)
1 Cor 2, 8 incluye también un pensamiento típicamente
marcionita: el de la "obra oculta del Redentor" que, no reconocido
por el Demiurgo y sus poderes, muere en la Cruz y así redime a la humanidad de
su dominio. Correspondientemente también dice en 1 Cor 2:8 que los arcontes de
este eón no habrían crucificado al Señor de la Gloria, si lo hubieran
reconocido.
(¡Pero para apoyar lo afirmado en 1
Corintios 2:8 el autor de la Epistola en el versículo siguiente apela al
Antiguo Testamento! Y la idea de que los arcontes crucificaron al Señor se debe
al pensamiento judío de que las autoridades civiles actúan influenciados por el
demonio)
La teología paulina de la redención (1 Cor 6,20; 7,23; Gal
3,13; 4,5; 4,9; Col 2,15) parece presuponer un sistema de pensamiento dualista:
¿ De qué redime Cristo? De la Ley, que es casi "personificada" 57 o
(lo que seguramente sería más plausible) de los "Príncipes (stoixei=a) del
Mundo" (Gál 4,9) como autores de la Ley y por tanto de su comandante
supremo, "el Demiurgo"?
(¿De qué manera los versículos allí
citados sirven para apoyar el marcionismo, sino es que se toman completamente
aislados ya que están fuera de lugar en el contexto inmediato?
Por ejemplo, Gálatas 3:13 dice que
Cristo nos liberó de la maldición de la ley haciéndose maldición por nosotros.
Pero versículo siguiente se dice que esto es así “Para que la bendición de
Abraham llegue en Cristo Jesús a los gentiles”. ¡Los marcionitas rechazan a
Abraham!
O por ejemplo, en los demás
versículos se habla de que hemos sido comprados por precio, como si eso apoyara
al marcionismo. Pera a eso mismo ya respondía Tertuliano en tono irónico: “¡Un
precio! ¡Seguramente no se pagó nada en absoluto, ya que Cristo era un
fantasma, ni tenía ninguna sustancia corporal que pudiera pagar por nuestros
cuerpos!”.
Por lo que los versículos citados no
expresan una teología marcionita más que una teología cristiana ortodoxa en la
que por la muerte de Cristo somos redimidos de la esclavitud del demonio y de
la obligación de la ley. No solo que expresan la teología ortodoxa, sino que
incluso pueden usarse en contra del mismo marcionismo, como hizo Tertuliano).
La soteriología paulina-marcionita original ciertamente
parece estar desfigurada por la remodelación católica, a menudo fuera de todo
reconocimiento. Es debido a la transposición redaccional de pensamientos
concebidos originalmente para un sistema dualista (y significativo sólo allí) a
un sistema monista (es decir, monoteísta), que la doctrina paulina de la
redención se volvió tan confusa e indistinta. Los pensamientos quedan meramente
esbozados y se dejan pensar completamente solo al precio de la herejía.
(Aquí vemos cómo es arbitrario: El
hecho de que tales versículos pueden entenderse en un sentido perfectamente
católico o cristiano ortodoxo se debe a que a que el texto ha sido desfigurado
por una remodelación católica mediante la transposición redaccional; y no
porque son en sí plenamente católicos y el texto es católico.
Pues con esa manera de interpretar
podemos llegar a interpretar cualquier extravagancia con la autoría y
alteración de los textos. Y solo apelando al hecho de que como ciertos herejes
usan ciertos versículos para justificar sus herejías, atribuir dichos textos a
autores originalmente de sus sectas que fueron luego editados para ser
católicos.)
La existencia de elementos gnósticos-marcionitas en el
Corpus Paulinum requiere una explicación. Los exégetas hasta el presente a
menudo se han contentado con explicar que, en pasajes donde el texto paulino
tiene algo de carácter gnóstico-marcionita, Pablo se ha valido de términos
gnósticos sin ser él mismo un gnóstico,58 o quizás que tengamos que ver con
interpolaciones posteriores.59 La solución alternativa planteada por los
Críticos Radicales Holandeses nos permite ver al(los) propio(s) autor(es) como
gnóstico(s)/marcionita(s). Aquí Marción no es la versión radical de Pablo que
ha sido considerado por la investigación académica hasta el presente, pero
"Pablo" es un Marción mitigado (catolizado), atado al dogma católico
del único Dios Creador y Redentor.
(Lógica del análisis: En las
epístolas hay elementos que parecen marcionitas. Por tanto, las epístolas eran
originalmente marcionitas y fueron luego editadas para ser cristianas.
Bien podríamos retrucar: En las
epístolas hay elementos contrarios al marcionismo. Por tanto, las epístolas
eran cristianas y los marcionistas se aferraron a algunos versículos aislados
que les dieron ocasión para sus interpretaciones heterodoxas.)
1.- No se apoya en ninguna evidencia positiva.
2.- Es altamente especulativa.
3.- Se sostiene en presupuestos poco aceptables.
4.- Todo descansa en suponer que las epístolas de Ignacio y
Clemente no son auténticas.
5.- No es la mejor explicación a los hechos.
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