martes, 1 de septiembre de 2020

Respondiendo a Tim O'Neill sobre la Resurrección

Tim O'Neill es un historiador agnóstico que tiene un blog dedicado a responder mitos históricos que sostienen comúnmente los ateos, para así crear un ambiente de un ateísmo más racional.

Busco responder la respuesta que Tim dio a una pregunta de Quora ("¿Qué evidencia hay de la muerte, sepultura y resurrección de Jesucristo?"). El link de donde saqué su comentario:

https://www.quora.com/What-evidence-is-there-for-Jesus-Christs-death-burial-and-resurrection/answer/Tim-ONeill-1

Trataré de resumir la respuesta de O'Neill.

La naturaleza y la fecha de las fuentes

Argumentos de O'Neill:

Solo una de las referencias o relatos de las apariciones de la resurrección es de primera mano. San Pablo en Corintios, el cual dice que vio a Jesús resucitado en una visión. Y Gálatas 1,11.

(...)

Todas las demás referencias de personas que ven a Jesús resucitado son de segunda mano: Pablo en Corintios 15 habla de Santiago, Pedro, los Doce, todos los Apóstoles y 500 hermanos. Y luego, ésto aparece e Marcos 16 y Mateo 28.

(...)
Ninguno de los Evangelios fue escrito por aquel a quien se atribuye. Marcos date después del 70 DC, Mateo y Lucas de los años 80, Juan entre el 90 y el 120.

(...)

Entonces, lo que tenemos aquí son cinco relatos de personas que vieron al "Jesús resucitado" después de su muerte, el primero escrito unos 20 años después, y los otros escritos a una distancia de 40-90 años  (...) Así que solo tenemos un escrito de primera mano con una visión. Además los relatos son diferentes sustancialmente entre sí.


Respondo: las fechas que atribuye a los Evangelios son completamente discutibles.

Al Evangelio de Mateo Hug, Reuschl, Schanz y Rose le atribuyen una datación de los años 60 al 67; y Battifol da una datación de 65-70. Esto apoyado en los testimonios combinados de San Ireneo y Eusebio, siendo que el primero dice que se redactó cuando los Apóstoles Pedro y Pablo fueron a establecer la Iglesia en Roma (Hist. Ecl. III, V, 2), y el segundo dice que se hizo cuando los Apóstoles salieron de Palestina. Eso unido a la nota insertada parentéticamente en el discurso de Jesús en el capítulo 24,15: "Cuando veáis, pues, la abominación de la desolación, que fue anunciada por el profeta Daniel, erigida en el lugar Santo": ahí el autor interrumpe la oración e invita a prestar atención: "entiéndalo bien el que lee, entonces los que estén en Judea huyan a los montes". Ahora, como no tendría sentido hacer esa advertencia si Jerusalén ya hubiese sido destruída, se sigue que tendría que haber sido antes del año 70.

Por lo que si tomamos esto unido a la prioridad marcana, el Evangelio de Marcos tendría que ser también anterior al año 70. Además, como argumenta Bauckham, Marcos nombra algunos personajes por su nombre, cosas que los demás Evangelistas no hacen, y esto se debe a que eran testigos vivos de los acontecimientos narrados:

  • Bartimeo (Marcos 10, 46; Mateo 20, 30; Lucas 18, 35).
  • Alejandro y Rufo (Marcos 15, 21; Mateo 27, 32; Lucas 23, 26).
  • Salomé (Marcos 15, 40, 16, 1; Mateo 27, 55–56; 28, 1; Lucas 23,49; 24, 10).

Por lo que no puede alegar O'Neill que se escribieron entre 40 y 90 años después. Primero, porque es discutible; y segundo, porque los escritos no aparecen de la nada, sino que  existen vivos testigos de los hechos narrados. Cae en lo que critica McNeile: “los críticos de la forma escriben como si todos los testigos oculares hubieran ido al cielo el día de la Ascensión y la Iglesia primitiva hubiera estado viviendo en una isla desierta.”

McNeile, 53.

Ignora que en esos "20 años" hay personas, y que obviamente primero viene la tradición oral y luego la escrita. Y otro factor que ignora es que hubo fuentes y escritos que ya no existen.

Por tanto, no solo Pablo sigue contando como "relato de primera mano", porque los Evangelios no se escribieron desde la nada por personas recién nacidas ni mucho tiempo después de lo relatado; sino que fueron escritos por personas de primera generación, en base a testigos oculares o escritos previos, por lo menos en lo que respecta a Marcos y Mateo.


Resurrección en la tradición judía

Contexto previo: En la época de Jesús el concepto de personas que resucitaban era un tema actual y candente. Se pensaba que habría una resurrección de los muertos general cuando viniera el reino de Dios, salvara a los justos y condenado a los afligidos. Los saduceos pensaban que era herético, pero Jesús lo sostenía y sus seguidores también.


2) Los apologistas cristianos argumentan que a pesar de que se creía en una resurrección general, no estaba la idea de la resurrección individual como pre-figuración de ella. Pero tal objeción no es válida, porque el evangelio en sí mismo representa varias de esas resurrecciones: la crianza de la hija de Jarius (Marcos 5: 21-43), la del joven de Nain (Lucas 7: 11-17), y la de Lázaro (Juan 11: 1-44) - como pre-figurando la resurrección general venidera cuando Dios reafirma su reinado. Y también personas creían que Juan el bautista resucitó y hasta que Jesús era Juan resucitado (Marcos 6:14; 8:27-28). Por lo que la idea estaba en el aire cuando Jesús fue ejecutado.


2) No distorsionemos las cosas. Las resurrecciones de la hija de Jairo, Lázaro y el joven de Nain no son resurrecciones gloriosas, sino resurrecciones a esta vida terrena, luego volverían a morir. No se compara en nada a la resurrección gloriosa de Cristo. Porque si es el caso, ya en el Antiguo Testamento aparece que un muerto resucitó al contacto con los huesos de Eliseo. Eso no tiene nada de sorprendente, ciertamente Dios puede volver a personas a la vida. Pero una cosa es volverlos a la vida terrena y otra resucitarlos con un cuerpo glorioso. Claramente no es la misma la resurrección de Lázaro o la hija de Jairo, que vuelven a su vida normal, a la resurrección de Cristo en que está glorificado y “con toda autoridad en el cielo y en la tierra”.


La evolución de las historias de resurrección

La idea principal es: “Al examinar las claras diferencias en estos relatos, podemos tener una idea de cómo se desarrolló y creció la historia y, por lo tanto, la idea de la resurrección de Jesús.”


3) En su relato (1 Cor. 15:3-8), Pablo dice que tuvo una visión (una luz del cielo y una voz incorpórea), no una aparición física de una persona resucitada. Para él, la resurrección de Cristo -como la general de los muertos- no implica la resurrección del cuerpo físico. Por eso no habla de la tumba vacía, los pañuelos, las apariciones a los Apóstoles y demás.


4) Tiempo después, Marcos añade cosas al relato. Añade a José de Arimatea, la visita de las mujeres, la tumba vacía y un ángel. Además de que añadir a José como rico es una alusión a Isaías 53,9 más de leyenda que de historia; y la idea de una piedra redonda que cierra la tumba recuerda a las piedras de las tumbas que son posteriores al año 70 DC (el 98%, mientras las anteriores son solo 4 sitios).


5) Lucas da otros nombres de mujeres (Lc. 24:10), que encuentran a dos ángeles, no uno. También añade el camino de Emaús, la aparición de los discípulos a Jerusalén y la ascensión. También hay más énfasis en que Jesús resucitó físicamente.


6) Mateo cambia y solo nombra dos mujeres; en Lucas y Marcos van a ungir el cuerpo, cosa que los judíos hacían en el entierro, no después, y como Mateo -judío- sabe eso, dice que solo fueron a mirar. Pero añade drama y reemplaza a los ángeles por un terremoto, un ángel bajando del cielo y moviendo la piedra de la tumba; añade también un relato sobre los guardas y sacerdotes. Pero no hay evidencia de una guardia en ningún otro relato, como tampoco el terremoto. Añade, además, la aparición de Jesús a las mujeres. Tampoco menciona la ascensión de Lucas.



Respuesta:

3) Basta, simplemente, citar a D. Urbina in extenso:

"No obstante, se podría replicar, como hace la objeción, que bien podría ser que Pablo solo creyera en una “resurrección espiritual” y la creencia en una “resurrección corporal” sea una invención cristiana tardía de finales del siglo I. Esta postura ha sido defendida ardientemente por el activista ateo Dan Baker en su debate contra el filósofo Michael Horner.

(...)

Pero volvamos a la cuestión central planteada en este punto: ¿es razonable pensar que Pablo creía únicamente en una “resurrección espiritual”? Horner explica claramente que no: “Él (Baker) dice que los cristianos tienden a imponer una ‘resurrección’ en Pablo, y que Pablo no está comprometido con una resurrección en absoluto. Mire, esto es muy importante aquí. Usted debe entender. Pablo es judío. El concepto judío de la resurrección era físico. Pablo está diciendo que el cuerpo murió. El cuerpo fue enterrado. El cuerpo fue resucitado. Eso implica que la tumba estaba vacía. La idea de que el cuerpo estaba todavía allí y que al mismo tiempo una resurrección había ocurrido tiene tanto sentido en la mentalidad judía como un círculo cuadrado. Así que esta es una teoría que aparece con algunos teólogos existencialistas modernos, pero no se aplicaría al apóstol Pablo, porque él es judío” (46). El experto bíblico E. Earl Ellis refrenda este juicio aplicándolo no solo a Pablo sino a la comunidad cristiana primitiva: “Es muy improbable que los primeros cristianos palestinos pudieran concebir alguna distinción entre resurrección y resurrección física, resurrección ‘de tumba vacía’. Para ellos una anastasis sin una tumba vacía tendría tanto significado como un círculo cuadrado” (47). Y bueno, aunque a los escépticos y naturalistas les cueste aceptarlo, los primeros cristianos no creían en “círculos cuadrados”.

Urbina, Dante A.. ¿CUÁL ES LA RELIGIÓN VERDADERA?: Demostración racional de en cuál Dios se ha revelado (Spanish Edition) . Edición de Kindle.


4) Como bien dice el mismo Tim O'Neill:

“Algunas de estas diferencias son razonablemente explicables. El relato de Pablo se centra en quién fue testigo del Jesús resucitado, no dónde ni cuándo lo hicieron. Entonces, tal vez tenga sentido que no haya dicho si lo vieron en Jerusalén o en Galilea o que no especificó que fue el domingo después de su muerte...”

O sea, no tiene nada especial que Pablo omitiera cosas que narra Marcos. Después de todo, Pablo solo está escribiendo una carta, no redactando una historia de lo sucedido, por lo que no tiene que estar dando esa cantidad de detalles. Pensar que Marcos “añade”, como si inventara algo que antes no existía solo porque Pablo no lo menciona, no sería más que un argumento desde el silencio.

O'Neill pone en duda, también, que José de Arimatea haya colocado a Jesús en un sepulcro, y dice que solo es un agregado a la historia para que coincida con lo relatado en la profecía del Siervo Sufriente, en Isaías 53: 9: "Se le asignó una tumba con los malvados y con los ricos en su muerte".

Sin embargo, tal idea contradice la opinión de la mayoría de los eruditos, según la cual el hecho de que José costeara la sepultura de Jesús es uno de los hechos más problablemente históricos que se relatan. Además vimos que Marcos es anterior al año 70, por lo que José de Arimatea o sus cercanos podrían estar vivos, por lo que no sería nada prudente ni relevante mencionarlo haciendo algo que no hizo. Y más aún, absurdo sería inventarse un personaje. Por lo que si ni siquiera se inventó a alguien como “José de Arimatea”, no se comprendería cuál sería el motivo de peso para dudar de que de verdad pusiera a Jesús en una tumba.

Hasta Jeffery Jay Lowder pone en duda que José fuera un seguidor de Jesús, pero considera probable que de verdad lo pusiera en un sepulcro (aunque luego lo cambiara de lugar). Y la razón que da O'Neill para poner en duda lo hecho por Arimatea es como jugar al huevo y la gallina: ¿Qué es más probable? ¿Marcos vio en el entierro de Jesús por José un cumplimiento de Isaías 53:9, o primero leyó Isaías 53:9 y luego construyó un relato para que coincidiera con ello? La respuesta depende de los presupuestos de quien responda.

Y por otro lado, que las piedras redondas que cubrían las tumbas sean más comunes después del año 70 y antes solo existen 4, no suena un argumento muy convincente. Porque y se vio que, siguiendo la prioridad marcana y estableciendo que Mateo se escribió antes del año 70, Marcos también tuvo que escribirse antes de dicho año. Y también porque tal objeción puede responderse de dos maneras.

Una: primero, recordando que el hecho de que las tumbas con piedras redondas sean menos comunes no hace que no existieran. Éstas las usaban las élites (las cuatro que existen tiene esa característica), y José de Arimatea era un hombre rico miembro del Sanedrín, por lo que tendría más posibilidades de tener una tumba con esa tipo de piedra. Porque no basta solo apelar a la cantidad, sino discriminar otros criterios como la posición socio-económica de los propietarios. Además de que más correctamente, las tumbas con piedras redondas empiezan a ser más comunes en período bizantino, no después del año 70.

Segunda: El propio Amos Kloner (arqueólogo, profesor de la Universidad de Bar Ilan, de quien Tim O'Neill saca la información de que el 98% de las tumbas tenían piedras cuadradas) tira la posibilidad de que incluso los mismos Evangelios no quieran expresar que la piedra fuera redonda. Dice: “En Mateo 28, un ángel se sienta sobre la piedra después de 'hacerla rodar'. Si la piedra hubiera sido enrollada entre dos paredes, como fue el caso de las piedras redondas del período del Segundo Templo, habría sido imposible sentarse sobre ella. De hecho, sería difícil sentarse en el borde de una piedra en forma de disco incluso si se hubiera retirado de la entrada de la tumba. Una piedra de bloqueo cuadrada sería una posición mucho mejor [desde la perspectiva del autor] ".["¿Una Rolling Stone cerró la tumba de Jesús?" Biblical Archaeology Review 25:05 (septiembre / octubre de 1999)].

En efecto, la palabra que se utiliza para “rodar” y sus conjugaciones (Mc. 15:17; Mt. 28:60) viene del griego “kulio” no significa necesariamente que la piedra era redonda, pues también puede aplicarse la palabra para piedras cuadradas, ya que también significa “desalojar” o “mover hacia atrás”. Y una piedra cuadrada, aunque se difícil de rodar, se puede rodar. De dos formas se rodaban: una, con cuerdas atadas a cada esquina y tirando; otra, por pura fuerza.

Por lo que, sea cual sea la verdadera respuesta, es claro que lo que presenta O'Neill no es ninguna objeción.

https://www.olivetree.com/blog/sealing-tomb-jesus/

https://beliefmap.org/jesus/tomb/stone/square


5) Que Lucas de otros nombres de mujeres simplemente se debe a que usa otras fuentes, no solo Marcos. Si Lucas añade la ascensión de debe al hecho de que él continuará su relato en Hechos, no porque “se invente” algo como la ascensión, una consecuencia lógica de la resurrección, que ya se infiere en el Antiguo Testamento y en San Pablo (Salmo 46:6; Romanos 8:38; Filipenses 2:9; 1 Timoteo 3:16). Y también parece ser la conclusión natural, y omitida, en Mateo, ya que termina con los Apóstoles y Jesús en una montaña, pareciendo que éste se despide porque se va físicamente: “Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo”.


6) Claramente no hay inconveniente en que solo nombre dos mujeres, porque es aceptado que, al basarse en Marcos, Mateo ya conoce a las mujeres nombradas por éste.

Ahora, ¿será cierto que corrige a Marcos sobre el ungir el cuerpo? No hay cosa que “corregir”, porque puede ser perfectamente probable lo que relata Marcos. En efecto, nos dice Jewish Virtual Library:

“Ciertos retrasos son inevitables. Los funerales no pueden tener lugar en sábado ni en el Día de la Expiación; y aunque los rabinos en un tiempo permitieron los funerales el primer día de un festival, siempre que ciertas funciones fueran realizadas por gentiles, y consideradas el segundo día deyom tov como un día de la semana en lo que respecta a los muertos (Beah 6a), algunas comunidades modernas prefieren el aplazamiento.”

Por otro lado, no podemos basarnos solo en un argumento del silencio en Marcos para decir que el relato de la guardia sobornada es puro invento de Mateo y no tiene ningún fundamento histórico. Como dice William Lane Craig:

“Detrás de la historia, tal como la cuenta Mateo, parece haber una historia tradicional de polémica judía y cristiana, un patrón en desarrollo de afirmación y contraafirmación:

Cristiano: '¡El Señor ha resucitado!'

Judío: 'No, sus discípulos le robaron el cuerpo'.

Cristiano: 'El guardia de la tumba habría evitado tal robo'.

Judío: 'No, sus discípulos le robaron el cuerpo mientras el guardia dormía'.

Cristiano: 'Los principales sacerdotes sobornaron al guardia para que dijera esto'.

(…)

El relato de Mateo ha sido casi universalmente rechazado como una leyenda apologética por los críticos. Las razones de este juicio, sin embargo, tienen un valor muy desigual. Por ejemplo, el hecho de que la historia sea un relato en respuesta a la acusación de que los discípulos robaron el cuerpo no significa que no sea histórico. La mejor manera de responder a tal acusación no sería inventando ficciones, sino narrando la verdadera historia de lo sucedido.”

https://www.reasonablefaith.org/writings/scholarly-writings/historical-jesus/the-guard-at-the-tomb/

Y como sigue argumentando Craig, que Marcos omita el relato de la guardia no tiene porqué indicar que el mismo no es histórico, sino que el relato de Marcos es anterior a la disputa con los judíos, surgiendo en cambio en el interior de la comunidad cristiana. De hecho, tanto en Marcos como en Mateo la guardia no tiene ningún papel en el descubrimiento de la tumba, que sería el relato transmitido a los primeros fieles cristianos. Además de que la polémica parece reducirse a ciertos círculos (la difamación, entre los judíos; y la respuesta, a los dirigentes que polemizaban con ellos), por lo que no es sorprendente que Marcos -y luego Lucas y Juan- omitan la disputa.

Además de que bien nos dice la Jewish Virtual Library: “En tiempos talmúdicos, aunque el entierro no se demoraba, las tumbas eran "vigiladas" durante un período de tres días para evitar toda posibilidad de seudo-muerte (Sem. 8: 1).”

https://www.jewishvirtuallibrary.org/ancient-burial-practices

La ausencia del ángel bajado del cielo y moviendo la piedra en los otros relatos, puede explicarse por el hecho de que ninguna de las mujeres vio a un ángel haciendo ello. En los otros relatos, cuando las mujeres llegan ellas ya encuentran la piedra movida. Mateo solo pudo saber de que un ángel movió la piedra cuando descendió del cielo por ser los guardias los testigos, de quienes también pudo sacar los relatos del soborno (¿guardias convertidos en cristianos, quizá?).

Por último, sobre el terremoto. Bueno, cabe decir que no basta la omisión de los demás relatos evangélicos para dudar de la veracidad de lo que relata Mateo, porque sería apelar solo a un argumento del silencio, siendo que además sabemos de la existencia de un terremoto en esos años, y que perfectamente podría ser el coincidió con lo descrito por Mateo.


Análisis

Concluye: “Si los diferentes relatos de resurrección se leen en orden cronológico, podemos ver la historia creciendo y evolucionando con el tiempo. “

7) Es discutible que si no hubiera habido resurrección entonces los seguidores de Jesús simplemente habrían vuelto a sus viejas vidas. No encaja eso con estudios sociológicos y psicológicos de lo que sucede cuando las expectativas proféticas se ven frustradas repentinamente.

Fundamento: está el estudio de Leon Festinger, Henry Riecken y Stanley Schachter's When Profhecy Fails, que analiza un estudio de caso de un culto ovni que espera el fin del mundo en 1954. Cuando el cataclismo no se produjo, se reinterpretó el fracaso como victoria (Dios salvó el mundo por la fe). También se ve en los Testigos de Jehová y sus predicciones fallidas.

Eso hicieron los seguidores de Jesús cuando éste murió: reinterpretaron. Su dilema fue cómo conciliar su crucifixión con la creencia de que fue el Mesías. De aquí que recurrieron al Deutero-Isaías (c. 53).


Respuesta:

7) El problema de ésta respuesta es que ignora completamente que los discípulos de Jesús le vieron resucitado, y es por esto que salieron a predicar. Considerar que hay una reinterpretación es considerar como inventos los relatos de Jesús apareciendo a los discípulos. Cosa que aparece ya en San Pablo, por lo que son relatos de primera generación, de primera mano, creído por los primeros cristianos y por los mismos discípulos que estaban vivos. En eso no hay “re-interpretación”, es acusarlos de simple y llanamente mentirosos. Porque una cosa es re-interpretar la muerte de Cristo de derrota a victoria, y otra es re-interpretar la muerte de Cristo, inventarse apariciones que no existieron y encima morir por ello.

Es que O'Neill considera, erróneamente, que puede hablarse de una evolución doctrinal, progresiva, en donde primero solo hay una “resurrección espiritual”, y que la resurrección corpórea viene después. Y en consecuencia, no habría problema en sostener que el cuerpo de Jesús estaba en la tumba pero que había resucitado, y que con el pasar del tiempo una segunda generación de cristianos llegó a sostener una resurrección corpórea de la cual nunca fueron testigos. Pero como se vio, tal posición es incorrecta.

En su conclusión, O'Neill dice:

“Que la gente vio a "Cristo resucitado" después de su crucifixión es el único elemento que se encuentra claramente en los cinco relatos analizados anteriormente. Esto encaja con lo que sabemos sobre las personas que han experimentado la muerte repentina y traumática de un ser querido; en realidad, es una experiencia muy común para las personas en estas circunstancias”

Pero en realidad lo que hace es mencionar la cuestión muy al pasar, porque es claro que no puede explicar la aparición de Jesús a muchas personas (como deja claro San Pablo y los Evangelios). Y no, nosotros no sabemos de ninguna visión de un muerto por varias personas que perdieron a un ser querido. De hecho, es una cuestión tan difícil de explicar que siempre es relegada, como hace O'Neill.

Tanto que dice:

“El primer relato de Pablo deja en claro que se trataba de "apariencias" espirituales, visiones como la suya, no encuentros físicos.”

Como se vio, presupone que la resurrección no era física para Pablo (cosa falsa), e ignora además de que el propio Lucas deja clara la diferencia entre las apariciones a los Apóstoles y la visión de Pablo. Y más aún: aún suponiendo que sean apariciones espirituales, tampoco quita nada de problemático a la cuestión, pues espiritual o físico, lo que los Apóstoles vieron es lo mismo: a Jesús resucitado. No sé de qué manera el hecho de que sea “espiritual” hace que sea “psicológico”, en la pura mente, y no real.


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