domingo, 2 de agosto de 2020

Posturas de los realistas del Manifiesto de los Persas comparadas con las del presbítero Juan Ignacio Gorriti

En la época existieron tres posiciones: la de los absolutistas, la de los liberales y la de los realistas.
Los absolutistas no serían más que "necones", los "oficialistas", que apoyan mantener las cosas como están. Así, por ejemplo, serán luego absolutistas muchos isabelinos, por seguir al Rey absoluto Fernando.
Los liberales son los que se alzan en contra de los absolutistas y pretenden limitar el poder del Rey y establecer el Estado liberal.
Los realistas son quienes no toman partido ni por uno ni por otro, que quieren volver al Antiguo Régimen pero se dan cuenta de los defectos del mismo. Por lo que ha de ser purificado.

Si tuviésemos que posicionar a Juan Ignacio Gorriti en el espectro ideológico de la época, es un realista-republicano ilustrado. No es jacobino, ni utilitarista, ni liberal; ni demócrata, ni progresista.
Apoya la existencia de la Constitución y la división de poderes, pero a la vez acepta también un gobierno absoluto en caso de ser necesario.
Acepta la idea de la soberanía popular, pero rechazar la democracia y sostiene que el verdadero representante del pueblo es el que gobierna para el bien común, no el que gobierna con consentimiento del pueblo.
Acepta la existencia del pacto social, pero fundado en la ley natural.
Y junto a eso, apoya medidas ilustradas comunes en la época (modernización, educación, fomento de la industria y el comercio, abolición de la tortura, etc; las típicas).

Y podríamos trasladar su postura a todos los revolucionarios americanos, y a los miembros serviles de las Cortes de Cádiz. Porque no es sobre si soberanía popular sí o no, o sobre si todos los hombres son libres e iguales o no. Todos, absolutistas-serviles-conservadores y liberales-progresistas sostienen ello. La verdadera diferencia estriba en si se acepta el democratismo o la representación. Quien apoyaban la democracia hacían hincapié en la igualdad (supresión de la nobleza, voto universal, amplia participación ciudadana), quienes apoyaban la representación hacen hincapié en la necesidad del orden jerárquico.

En ello que Gorriti se posiciona, como los realistas firmantes del Manifiesto de los Persas, y como San Martín, en esta última posición. La de realistas y liberales no es una oposición entre quienes quieren una monarquía constitucional frenando el poder absoluto con la existencia de un Parlamento, y aquellos que no quieren ni Cortes ni Constitución y quieren centrar todo el poder en el Monarca.
Los realistas no pensaban así, también apoyaban el freno al poder absoluto y la existencia de Cortes.

Sin más, acá la comparación de posturas entre el Padre Gorriti -basado en citas de su obra "Reflexiones sobre las causas morales de las convulsiones interiores de los nuevos estados americanos"- y el Manifiesto de los Persas.


Coincidencia

Manifiesto de los Persas

Juan Ignacio Gorriti

La democracia es nociva

“la democracia se funda en la inestabilidad e inconstancia; y de su misma formación saca los peligros de su fin” (n. 20).

“la paz, y es tan difícil en la democracia” (n. 22).

“... el resto de las repúblicas democráticas ha estado

siempre en presa dé las intrigas de los malvados que sacrificaban los intereses públicos á la satisfaccion de pasiones innobles... Los inconvenientes de la democracia pura han sido sentidos por todos los Estados modernos que han adoptado las formas republicanas.”

Pacto entre rey y pueblo

“era Rey constituido, su autoridad estaba sellada con el consentimiento del Pueblo, y este mutuo lazo era la garantía que hacía inalterable la antigua Constitución española, en cuya buena fe y confianza descansaron al concluir su juramento y proclama” (n. 127).

“y la monarquía no para el Rey, sí para utilidad del vasallo fue establecida” (n. 128).

“el esplendor con que brillan los monarcas, ó es fruto de antiguos y grandes latrocinios, ó dádivas voluntarias de los pueblos, para que se consagren

enteramente à velar por la prosperidad de la comunidad,

y la observancia de las leyes que promueven”

El gobierno absoluto, sin consentimiento de los gobernados, también es legítimo y hasta necesario

“ha sido necesario que el poder Soberano fuese absoluto, para prescribir a los súbditos todo lo que mira al interés común” (n. 134).

“será un verdadero representante del pueblo cuales quiera que le procure leyes q´ hagan su bien estar y mejoren su condicion... Si Pedro hubiera esperado el consentimiento de un pueblo rústico y supersticioso, hasta hoy estarian los rusos sumergidos en su antigua barbarie.”

La Constitución refrena el poder

“Hay entre el Príncipe y el Pueblo ciertas convenciones que se renuevan con juramento en la consagración de cada Rey: hay leyes, y cuanto se hace contra sus disposiciones es nulo en derecho” (n. 134).

“Lo que se ha llamado leyes fundamentales, gran carta, pacto social, y modernamente constituciones de los Estados, no es otra cosa que las precauciones que en cada país se han tomado para evitar que la autoridad constituida para defenderlos sea la primera en invalidarlos.”

La Constitución española garantizaba los derechos del hombre

“En un gobierno absoluto las personas son libres, la propiedad de los bienes es tan legítima e inviolable, que subsiste aun contra el mismo Soberano que aprueba el ser compelido ante los tribunales, y que su mismo Consejo decida sobre las pretensiones que tienen contra él sus vasallos. El Soberano no puede disponer de la vida de sus súbditos, sino conformarse con el orden de justicia establecido en su Estado” (n. 134).

“… baste decir que en todas las legislaciones conocidas que merezcan este nombre, estan reconocidos y protegidos el derecho de cada individuo, á su vida, á su honor, y á sus propiedades.”

La República, mejor gobierno

“Los Monarcas gozaban de todas las prerrogativas de la soberanía, y reunían el poder ejecutivo y la autoridad legislativa; pero las Cortes en Castilla con su intervención templaban y moderaban este poderío” (n. 109).

“... uno debe ser el Príncipe, porque el gobierno de muchos es perjudicial” (n. 128).

“Es arriesgado que todo dependa de uno solo, sujeto a dejarse gobernar ciegamente; y es más infelicidad por razón opuesta, que todo dependa de muchos que no se pueden conciliar” (n. 135).

“... los pueblos mas avanzados en civilizacion han preferido el sistema de representantes elegidos de entre ellos... debe

preferirse el sistema de division de poderes, en que la facultad de hacer leyes reside en un cuerpo de apoderados del pueblo, y el cuidado de hacerlas ejecutar, y aplicar los casos particulares, en ciudadanos escogidos tambien para esto, al poder de uno solo para hacer y ejecutar sus leyes.”

Despotismo del antiguo sistema

“... comenzado el despotismo ministerial con la venida del Señor D. Carlos I, principió a padecer la observancia de la Constitución que tenía esta monarquía... mas desde aquella época hasta hoy los asuntos políticos de mayor gravedad, y los casos que con propiedad eran de Cortes, se resolvieron sin estas por los Ministros, y reputaron como asuntos privativos de gabinete” (n. 112).

“... lo que se verificó hasta el tiempo de la dominación austríaca en España, tiempo en que empezó el abuso y arbitrariedad de los ministros … excusando los ministros cuanto les fue posible la convocación de Cortes, a pretexto de la libertad...” (n. 108).

“... y con pretesto de afianzar la paz de la Europa, formaron el proyecto de reducir los pueblos á rebaños estúpidos... El imperio del mundo y la facultad de dictar leyes al género humano, quedó reservada en los consejos de estos potentados á las solas testas coronadas ; y à los pueblos la obediencia pasiva.”








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