De María Teresa se toma su Carta a los Españoles. De Belgrano, varios escritos suyos.
María Teresa de Braganza y Borbón | Manuel Belgrano |
“…en sentido del liberalismo, de esa soberanía nacional
emanan todos los poderes, todos los derechos, todas las leyes. Con esto se sustituye en todo la voluntad
puramente humana a la voluntad divina y se niega todo poder, toda ley, todo
derecho de origen divino.” “Dios, como Criador y Señor absoluto de todo lo criado, ha impuesto leyes sapientísimas a todas
sus criaturas, y también al hombre racional leyes conforme a su naturaleza. Estas leyes, ya sean naturales,
ya tiendan a un fin sobrenatural, son nuestros deberes…” “… el Estado no crea
propiamente derechos, sino que su fin es más bien el de proteger los
derechos que o por naturaleza o por derecho divino preexisten.” | “…sólo veía
tiranos en los que se oponían a que el hombre, fuese donde fuese, no
disfrutase de unos derechos que Dios y
la naturaleza le habían concedido, y aún las mismas sociedades, habían
acordado en su establecimiento directa o indirectamente” (Autobiografía). “Entretanto no olvidéis los sentimientos de
humanidad y generosidad americana que
os ha impreso naturaleza, ni los preceptos de nuestra Santa Religión” (Proclama,
2/3/1813). |
“… los principios de nuestra fe católica, que, por su
naturaleza, producen la unidad y la unión entre los que la profesan. (…)
las verdades, ciertas e infalibles de la fe católica, son el fundamento
solidísimo de nuestra vida política, civil y doméstica.” “El liberalismo moderno tiende a constituir y ha
constituido ya en varias partes un Estado ateo, excluyendo a Dios y a su
Iglesia de las leyes civiles, de las instituciones, de las asambleas y cuerpos morales de la enseñanza, y, en cuanto puede, hasta del hogar doméstico, relegando a Dios allá a las alturas y a la Iglesia al reino de los espíritus." | "No hay un político, ni aún de los espíritus fuertes, que no convenga en que no puede existir sociedad alguna sin religión. (...) La religión es el sostén principal e indispensable del Estado y el apoyo firme de las obligaciones del ciudadano. Riámonos de las virtudes morales, que no estén apoyadas por nuestra Santa Religión" (Correo de Comercio, 1810). “Nuestros
lectores tal vez se fastidiarán con que les hablemos tanto de escuelas; pero
que se convenzan de que existen en un país nuevo que necesita echar los
fundamentos de su prosperidad perpetua, y que aquellos para ser sólidos y
permanentes es preciso que se compongan
de las virtudes morales y sociales, que solo pueden imprimirse bien
presentando a la juventud buenos ejemplos, iluminados con la antorcha sagrada
de nuestra santa religión” (Correo de Comercio, 21/7/1810). “… desengañémonos que mientras la base principal no sea la Religión Santa que profesamos, en balde se fatigarán, todo ha de ir a su ruina, no lo quieren creer, pero la experiencia se los hará ver” (Carta a Pedro Andrés García, 28/5/1813). “Mi amigo: Celebro el feliz arribo, el buen recibimiento; y las demostraciones religiosas más que todo; con estas ganamos con Dios, con la Generala, con los Pueblos, y con todo el mundo; ojalá que jamás nos desviemos de ellas” (Carta Tomás de Anchorena, 29/5/1813). “(los maestros) sean
virtuosos, y puedan con su ejemplo dar lecciones prácticas a la niñez y
juventud y dirigirlos por el camino de
la santa religión y del honor” (Correo de Comercio, 17/3/1810). “[he
preferido] destinar los
expresados cuarenta mil pesos para la dotación de cuatro escuelas públicas de
primeras letras; en que se enseñare a leer y escribir la Aritmética, la Doctrina Cristiana y los primeros
rudimentos de los Derechos y Obligaciones del hombre en sociedad hacia esta y
al gobierno que la rige en cuatro ciudades (…) (que carecen de un establecimiento tan esencial e
interesante a la religión y al Estado y aún de arbitrios para realizarlo)”
(Oficio al Gob., 31/3/1813). |
“La planta de nuestra nacionalidad tiene aquellas tres
profundas raíces: Religión, Patria y Rey” | “… su objeto (de las milicias) es defender la patria, la religión y
sus propiedades…” (A la Junta, 20/12/1810). |
“Los liberales infieren (…) que no existe ley alguna divina y niegan con osadía toda acción de Dios
sobre los hombres y sobre el mundo (…) el liberalismo moderno tiende
a constituir y ha constituido ya en varias partes un Estado ateo, excluyendo
a Dios y a su Iglesia de las leyes civiles…” | “… no
es obra de los hombres, sino de Dios Omnipotente, que permitió a los
americanos que se presentase la ocasión de entrar al goce de nuestros
derechos (…) no olvidéis jamás que nuestra
obra es de Dios; que El nos ha concedido esta Bandera, que nos manda la
sostengamos…” (Proclama, 25/5/1812). |
“El liberalismo,
según su principio esencial de autonomía, no reconoce ninguna clase de deberes y obligaciones propiamente
dichos (…) al contrario, sostenemos (…) como todo poder viene de Dios, también de Él vienen los deberes
y los derechos de los Reyes y de los
pueblos. (…) Pero como Dios es el Señor absoluto, El es también quien impone el deber y la obligación
a los unos y a los otros…” | “Por la religión y por el Soberano tenemos a nuestro cargo el fomento de la
agricultura, industria y comercio de esta Provincia: por la primera, a causa del juramento que hemos prestado
al entrar en posesión de nuestras obligaciones y por el Rey Nuestro
Señor, a virtud de su Soberana Voluntad…” (Memoria consular, 14/6/1802). |
“Y el sistema
de mayorías inventado para suplir a esta falta esencial de autoridad y de
legitimidad no es más que una triste
comedia, o más bien tragedia funesta, pues por una parte ha estado y está
siempre falseando en su base, que son las elecciones, en las cuales campean
libremente las intrigas, las promesas,
los compromisos, las amenazas, las violencias, y sobre todo, la
influencia del Ministerio entonces reinante…” | “Fijaos en ellas sin prestar oídos a los silbidos de la serpiente que quiere induciros
a la democracia; para que entranto los
partidos que os devoren, se le proporcione la presa a que aspira: no os
deshombreis con paralogismos brillantes, ni con ideas efímeras” (Manifiesto
de “Los hijos del Perú a los de la gran Buenos Aires”, enero de 1809). |
“Juan pretende es excluir a Dios de la
sociedad, de las leyes, de las instituciones, y sobre todo constituir una
autoridad que no dependa en nada de Dios, que no cuente con Dios para nada,
sustituyendo, según los principios de
los revolucionarios (…) Nadie puede negar tampoco que el liberalismo
desciende en línea recta de los réprobos principios de Lutero; que trae su
origen inmediato de los malhadados principios
de la revolución francesa…” | “Aunque pudiera bastar una consideración harto
obvia y natural, cual es el que todos los
delirios del jacobinismo filosófico a que se arrojó toda la España, debían
comunicarse a la América, como de hecho sucedió (…) En medio de todos los delirios del jacobinismo filosófico, de los muchos partidos en
que han estado y están divididos y de los principios más libres, se unen
y esfuerzan con empeño preferente en ejercer y perpetuar la tiranía en la
América toda, distinguiéndose en tan digna empresa los mismos que se habían atribuido el timbre de liberales” (Borrador
del memorial al Rey Carlos IV). |
“.. y, por
fin y sobre todo, el interés del partido, que monopoliza los empleos y las
riquezas nacionales, todo esto junto hace que los liberales deban, por sus
principios, carecer de patriotismo” “La opinión no une, sino que comúnmente divide a los
hombres, y por eso el liberalismo,
fundado en ella, produce necesariamente divisiones sin número…” | “Peores consecuencias todavía nos presenta la
opinión de constituirnos en República; nos faltan las bases principales en que
ha de cimentarse, como usted no ignora, cuáles son los conocimientos, y las
riquezas reales y verdaderas; de aquí
nacería la división constante entre europeos y americanos, y la ambición de
mando, después de una guerra civil, la más sanguinaria y cruel, nos
pondría en estado de ser subyugados, o
por quien tiene legítimos derechos a la representación de la soberanía, o por quien vendría con el título de
patrocinarnos” (Diálogo entre un castellano y un americano, 1808). |
“En fin, los fueros y privilegios de varias
provincias coartaron siempre más o menos el poder absoluto de nuestros Reyes,
de manera que apenas hubo Rey en Europa que fuera menos absoluto que los
Reyes de la España católica. (…) Aquella fórmula “obedézcase y no se cumpla”
de que no rara vez se sirvieron nuestros Consejos con respecto a ciertos
decretos o providencias reales cuando éstas contenían alguna cosa contraria a
lo decretado en Cortes, o contra los fueros y privilegios de provincias y
ciudades, demuestra evidentemente que las decisiones de las Cortes ponían
también ciertos límites al poder absoluto de los Reyes.” | “Castellano: Cómo me complace el oír a usted el
lenguaje de un verdadero castellano. ¿Y no encuentra el inconveniente de que
seamos portugueses? Americano: Mal podemos ser portugueses, si la
España revive en todos los sentidos, y
si nosotros guardamos los fueros y privilegios de nuestra Nación; y así
como los castellanos no fueron aragoneses, ni estos castellanos, porque la
reina de Castilla Isabel casó con el rey de Aragón Fernando, así tampoco nosotros
seremos portugueses, porque nuestra Infanta está casada con el Príncipe
Regente de Portugal y Brasil...” (Diálogo entre un castellano y un americano,
1808). |
“Estos nuestros principios monárquico-religiosos (…) son
toda nuestra vida doméstica, civil y política; son toda nuestra historia, son
nuestra ley suprema, son nuestro honor y nuestra gloria nacional. (…) En
las naciones, como en los individuos, hay sus diferencias de temperamento y
de organización; y lo que conviene a estos no conviene a los otros.” | “Pero todavía el punto primordial no está
declarado, para que sepamos con que gobierno se sostiene y si con arreglo a
las circunstancias, así físicas como morales que caracterizan nuestro país se
adoptase el monárquico constitucional…” (Oficio al Director Supremo,
12/7/1816). |
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