lunes, 5 de julio de 2021

Evidencia cronológica, histórica y arqueológica de los Reyes David y Salomón. Resumen.

 

Resumen de un trabajo de Gérard Gertoux.

El punto de vista bíblico minimalista depende de la creencia de que el Libro de los Reyes fue escrito en el período persa. Por lo tanto, es producto de muchos errores de escritura y diferentes autores, lo que significa que cualquier valor histórico está oculto en capas de confusión.

Afirman también que la monarquía unida y las figuras de David y Salomón son legendarias, no históricas.

 

El punto de vista maximalista, en cambio, afirma que hay suficiente evidencia textual y arqueológica como para hacer de la Biblia una fuente histórica. Aunque eso no implica necesariamente afirmar que cada elemento de la Biblia pueda ser probado.

 

¿Cuál es el problema del punto de vista minimalista?

Que existen demasiadas correlaciones de la narrativa bíblica con otras fuentes del Cercano Oriente.

Por ejemplo:

-La destrucción de Meguido por el faraón Shisak registrado en la Biblia (1 Re 6,26); y la estela de la victoria real que se encuentra en Meguido y en el templo de Karna.

-Listas babilónicas posteriores a los reyes israelitas, que se correlacionan con la narrativa bíblica.

-La descripción del Templo Salomónico en la Biblia es muy parecida al Templo de la Edad MB y al Templo Sirio del siglo VIII en Tell Tainat (que también fue construido por artesanos fenicios), que es muy poco probable que pueda ser ficticio.

-La inscripción de Tel Dan menciona "Beth David" (BYTDWD) o Casa de David como un nombre de lugar; Es una tradición semítica nombrar una ciudad después del fundador.



AUSENCIA DE EVIDENCIA NO ES EVIDENCIA DE AUSENCIA

La monarquía unida duró 120 años (1097-977). Pero como los  los restos arqueológicos del periodo (inscripciones, monumentos, etc) son limitados, los arqueólogos creen que la Monarquía Unida fue insignificante y que el texto bíblico, por tanto, es una exageración y mitificación. Y como tal, el texto bíblico no sirve como fuente.


Pero es deficiente esa manera de razonar. Porque el Historiador construye una verdad histórica al contar con toda la evidencia o testimonio el pasado, y luego reconstruye una cronología precisa de los eventos (+/- 1 años) para vincular las causas con sus consecuencias. Pero los arqueólogos descartan toda evidencia o testimonio escrito del pasado porque siempre contienen errores, y luego reconstruyen una cronología de los restos arqueológicos por medio de datación de 14C para probar sus hipótesis.

Así, ante las Edades Oscuras en que faltan testimonios escritos, el arqueólogo considera que ausencia de evidencia es lo mismo que evidencia de ausencia (falacia ad silentio), y que por tanto luego una persona que vivió después de los hechos trató de llenar las lagunas de la historia.

Lo cual no tiene sentido. Porque el hecho de que nosotros no tengamos textos escritos no significa que en tal período existieran, y menos aún que los historiadores de la antigüedad no tuvieran esos escritos o documentos.

Por eso luego, erradamente, piensan que como no se encuentran documentos escritos del período de David y Salomón, sus relatos no son más que puras historias inventadas posteriormente por judíos que querían construir un relato de su pasado que desconocían.

Lo mismo aplican a la guerra de Troya.

Y ese es precisamente el error minimalista. 

Ausencia de evidencia NO ES evidencia de ausencia. Existían fuentes escritas, y su ausencia en la actualidad no se debe a que nunca existieron, sino a otras causas.

¿Cómo sabemos que existieron documentos?

Sabemos que por Tiglat-pileser I (1115-1076) las cancillerías asirias adoptaron el arameo como segunda lengua diplomática al lado del babilonio. Ahora, cuando los escribas asirios están representados (figura opuesta), siempre se muestran por dos: uno con una tableta y un lápiz y el otro con un pergamino y una pluma. A pesa de ello, no se ha encontrado pergamino en ningún archivo asirio.

¿Por qué faltan?

Muchos documentos faltan porque se escribían con materiales perecederos. De hecho, en la edad oscura griega del 1200-750 es oscura solo por falta de testimonios escritos, pero e otras cosas como cerámica hay gran cantidad. Porque la cerámica dura, el pergamino no. 

Porque a pesar de que el establecimiento de la realiza en Israel llevaría un aumento de documentos en palohebreo, sin embargo también coincide con un período de decadencia de los dos grandes imperios de Egipto y Mesopotamia, un período del cual carecemos de fuentes. 


Además, a pesar de lo que digan los arqueólogos, podemos saber que existieron esos documentos precisamente por los testimonios escritos que narran los hechos del pasado. Aquí una lista de los hechos históricos del período Helenístico:



Para poder señalar todos estos hechos es necesario tener archivos que permitan formar esa cronología. Y por Tucídides se puee inferir que tales archivos existían (



Ahora, ¿por qué falta evidencia de la época de David y Salomón?

Los documentos relacionados con los primeros reyes de Judea (David y Salomón) son pocos porque sus reinados tuvieron lugar durante un período de decadencia de los dos grandes imperios de Egipto y Mesopotamia. 

¿De qué magnitud tal decadencia? Pues para darse una idea, de 113 reyes del Levante enumerados durante el período 1000-600 (incluidos los de la Biblia), solo 16 se mencionan en inscripciones. Y a pesar de la extensión de sus imperios, sabemos muy poco acerca de las actividades de los reyes egipcios y babilónicos del periodo (excepto sus nombres y duración de reinado).

Además, también la Biblia informa que la única interacción relevante con los israelitas era el reino egipcio. Pero no se tuvo conflictos con Egipto. Tampoco con Asiria o Babilonia. De ahí la falta de documentos de tales regiones que hablan de Israel. En cambio, sí huo relaciones con Fenicia, Siria, Amón, Moab, Edo y Filistea. Pero todos estos reinos desaparecieron después e Nabucodonosor II (605-562). Y por tanto, sus registros y documentos desaparecieron arrasados con sus reinos.

Por otro lado, tampoco podemos obtener restos arqueológicos como el del templo de Salomón porque éste fue destruido por los babilonios. Y cuando el Rey Herodes restauró el segundo templo, eliminó los últimos vestigios salomónicos e hizo una reconstrucción completa (Antigüedades judías XV: 354, 380, 421).


Pero aún así,  la Biblia contiene miles de nombres y registros de tiempo, lo que le permite a uno verificar fácilmente su precisión histórica y cronológica.

Vayamos, entonces, a verificarlo con las pruebas.


La evidencia de la existencia de la Monarquía Unida.

Para empezar, los otrascones en paleoHebreo son pocos. Pero a la vez hay que considerar que hay una brecha de varios siglos en el momento en que se escribe una obra y se difunde en el público. Ejemplo: las obras de Homero se escribieron en el 850-800 a.C. (Heródoro, Las Historias II: 53). Pero los primeros fragmentos de papiro de sus obras datan de más de 500 años después (c. 285-250).


Ahora, en el caso e la Biblia, se identificaron ostracones del periodo de David que tienen versículos bíblicos.

En específico, las excavaciones en Tell Qeiyafa (1 Sm 17,20), identificado como la ciudad que estuvo habitada hasta el reino de David (1 Cr 4,31; 1 Sm 17,52) destruida en -1010 +/- 40, han dado una inscripción en paleohebreo que dice:

 


                                                  [... ¿tu vecino?]

1) no explotar, y servir D[ios]. Despreciado por (Lv 19:13)

2) el juez y la viuda lloraron, él tenía el poder

3) sobre el residente extranjero y el niño, los reprimió juntos.

4) Los hombres y los jefes han establecido un rey (1Sa 8:10)

5) Dedicar <sesenta> servidores entre las generaciones.

 

 La primera línea (legible) se refiere implícitamente a un pasaje bien conocido de la Ley de Moisés [17]: no explotes tu vecino (Lv 19:13). 

Por otro lado, en mayo de 2012 se descubrieron 3 habitaciones grandes que probablemente se utilizaron como santuarios de culto. ¿Y qué tiene que ver? Que los cananeos y los filisteos practicaban sus cultos en templos y santuarios separados, no tenían habitaciones separadas dentro de los edificios dedicados solo a rituales religiosos. Esto puede sugerir que las habitaciones no pertenecían a estas dos culturas. Según Garfinkel, las decoraciones de las salas de culto carecen de figuras humanas. Sugirió que la población de Khirbet Qeiyafa observó al menos dos prohibiciones bíblicas, en imágenes de cerdo y gravadas, y por lo tanto practicó un culto diferente al de los cananeos o los filisteos. Entonces eran israelitas. 


 Y además, seis sellos de arcilla del siglo X a. C. desenterrados en Khirbet Summeily [20], un sitio temprano de la Edad del Hierro en el sur de Israel, sugieren que había más complejidad política en la región en ese momento de lo que se había pensado anteriormente. La existencia de esos sellos respalda la idea de que Khirbet Summeily era una "instalación gubernamental" en el paisaje de transición de la Edad del Hierro I / IIA (c. 1000 aC).


Entonces, ello hace llevar a descartar la idea de que la complejidad política aparezca con la llegada de los asirios a la región a finales del siglo VIII a. C. (como se arguye para mitificar a David y Salomón y la existencia de la monarquía unida).


Por otro lado, como ya se dijo, Israel tuvo conflictos con Fenicia, Siria, Amón, Moab, Edom y Filistea, y de ellos no se conservan los registros. Sin embargo, dos reyes (de Siria y Moab) erigieron estelas que atestiguan que un reino de Judea era ampliamente conocido en el siglo IX a.C. como Casa de DavidLas estelas de Mesha  y la de Hazael.


La estela de Mesha, del rey de Moab, ofrece su versión "victoriosa" de acontecimientos narrados en la Biblia (2 Re 3,4-27).

Contexto de la Biblia: Después de Salomón el reino se divide en dos: Israel (norte) y Judá (sur). Para el 850 reina Joram en Israel sucediendo a Arab. Moab era tributario de Israel, dando 100.000 corderos y 100.000 carneros. Muerto Acab, el rey de Moab se rebeló. Joram se alió con Israel y Edom para enfrentarlo, y finalmente lo derrotaron.

Pues bien, la estela habla del "Rey de Israel" (línea 5), habla de "Yehowah" (l. 18) y "las ovejas de la tierra. Y habitó en Horonen la Casa [de D]avid" (l. 31).



La otra estela es la de Hazael, rey de Siria (885-840), y le atribuye la ejecución de los reyes Joram de Israel y Ahazyahu de la Casa de David (asesinado de hecho por Jehú según el texto bíblico. 2 Re 8,28-9,28).


1[.....................] ....... [................. ..................] y corte [.......................]

2. [.........] mi padre subió [.................... f] luchando contra / contra Ab [.... ]

3. Y mi padre se acostó; él fue a sus [padres]. Y el rey de I [s-]

4. -rael penetró en la tierra de mi padre [. Y] Hadad me hizo rey

5. Y Hadad fue delante de mí [, y] me fui de ......... [.................]

6. de mis reyes. Y maté a dos [poder] ful kin [gs], que aprovecharon dos mil [arena cha-]

7. -riots y dos mil jinetes. [Yo maté a Jo] ram hijo de [Acab]

8. rey de Israel, y maté a [Ahaz] yahu hijo de [Jehoram re]y

9. de la casa de David. Y puse [.............................................. ]

10. su tierra ... [.......................................... ...........................................]

11. otro ... [........................................... ........................ y Jehu ru-]

12.-dado vuelta Is[rael .......................................... .....................................]

13. asedio a [............................................. .........................................]

 

La Casa de David, por lo tanto, era conocida en el siglo IX a. C. El nombre David aparece también entre los topónimos del sur de Palestina, en la lista de Shoshenq I, como [ḥ3] -y-d-b- [i] 3 d-y-w3-ti "[las alturas?] De David[25]". Los arqueólogos que niegan la existencia del reino de David y el uso de anales en ese momento (c. 1000 a. C.) son víctimas de autoengaño o, lo que es peor, de mala fe.




Además de eso, tenemos los hallazgos de Khirbet Qeiyafa, que confirman la existencia de un reino israeila poderoso y centralizado ya en el siglo X a.C.

Estos hallazgos llevan a Hershel Shanks a sostener en un artículo de la Biblical Archaeology Review, que los mismos refutan la afirmación de Israel Finkelstein de que, como máximo, la población hebrea que existía en Jerusalén en esa época era un "jefe tribal".

El artículo no puedo leerlo (hay que pagar y no pienso hacerlo jaja), sin embargo, en el abstract Shanks afirma:

Hace poco más de un año, informamos sobre una nueva excavación (dirigida por Yosef Garfinkel y Saar Ganor de la Universidad Hebrea) de un imponente fuerte israelita en la frontera con Filistea que data de finales del siglo XI y principios del X a. C., la época de David y Salomón.a Estuvo ocupada solo durante este período y luego fue abandonada (hasta el período helenístico), por lo que no hay duda sobre la datación, y las implicaciones son considerables.


El muro de casamatas circular alrededor del fuerte en la cima de la colina requirió más de 200,000 toneladas de cantos rodados. Algunos de los sillares megalíticos de las puertas de cuatro cámaras cuidadosamente diseñadas de la ciudad pesan casi 5 toneladas. Intente levantarlos. Se necesitó una sociedad estatal bien organizada y tecnológicamente competente para construir algo como esto. Este fuerte no fue construido por ningún cacicazgo tribal. Qeiyafa es, por tanto, un poderoso antídoto para eruditos como Israel Finkelstein de la Universidad de Tel Aviv, que afirma que Judá nunca existió como estado en el siglo X y que el "Reino" de David y Salomón era como mucho un cacicazgo tribal. 

https://www.baslibrary.org/biblical-archaeology-review/36/2/9 


Las implicancias de este descubrimiento Finkelstein lo sabe, y por eso busca impugnar  el procedimiento de datación. Pero desafortunadamente para él en 2012 se encontró una inscripción en un frasco, en Queiyafa, que dice: ʾIšbaʿal hijo de Beda. 




La datación radiométrica de la capa relevante ha arrojado una fecha alrededor de 1020 a. C. (+/- 40).

Y esa datación es correcta porque la Dra. Mitka Ratzaby Golub, experta en nombres de la era bíblica en la Universidad Hebrea que estudió la inscripción, explicó que el nombre Ishbaal significaba "hombre de Ba’al", es decir: "hombre del Señor". Y entre los judíos, los nombres personales que evocaban a Ba’al pasaron de moda después del siglo X a. C., pero no así entre sus primos israelitas del norte. Y también en la misma Biblia los nombres con Baal aparecen solo hasta el fin de la Monarquía Unida y luego desaparecen (Ishbaal (1Ch 8:1,33); Baalyada (1Ch 14:7); Baalyah (1Ch 12:5); Jerubbaal (Jg 6:32); Mephibaal (2Sa 4:4)).


Además de ello, podemos decir que el redactor de 1 Reyes era testigo de lo que presenciaba porque da indicios de que lo relatado coincide con el contexto histórico y las relaciones israelitas. Por ejemplo, se dice que los reyes de Tiro y Biblos fueron socios de Salomón y sus obreros ayudaron a construir el Templo (1 Re 5,32). Esa asociación se puee confirmar por la semejanza de los tronos reales de los reyes de Biblos y el de Salomón.

Los reyes de Biblos usaban un trono con forma e esfinge con cuatro patas de león, de clara influencia egipcia. Salomón usaba un trono de marfil cubierto de oro refinado, con seis escalones, respaldo con parte superior redondeada y brazos a cada lado; dos leones a cada lado de los brazos y doce leones en las escaleras, seis a cada lado (1 Reyes 10,18-20).

En este momento los reyes de Biblos eran Ahiram (1020-1000) e Ithobaal (1000-980). Y vale la pena comparar el trono de Ahiram tallado en su sarcófago con el trono de Salomón. Lo que muestra las relaciones entre un rey y otro. 



A esta evidencia se suma el de carácter calendárico, que nos permite identificar el período en que se escribieron algunos textos y, por tanto, situarlos en el tiempo. Así se puede mostrar, además, que los relatos de la monarquía unida no son meros mitos creados siglos después.


A principios del segundo milenio antes de Cristo, solo había dos sistemas principales de datación: 

1) el calendario mesopotámico de origen babilónico basado en un ciclo lunar que comienza en la primera luna creciente con los 12 meses nombrados y;

2) el calendario civil egipcio con 12 meses anónimos de 30 días junto con un calendario lunar que comienza en la luna llena.

En ese tiempo los judíos no tenían templo, entonces usaban los calendarios de las regiones donde habitaban. Por tanto, se puede fechar sus andanzas por los calendarios.

Los judíos estuvieron en Egipto, y para 1400-1300 ya estaban establecidos en el Levante. Para 1500 ya se estaba estableciendo el calendario babilónico en la región, aunque los meses tenían nombres cananeos en vez de babilónicos. Y podemos ver en la Escritura cómo se usan esos nombres cananeos para los meses:



En Fenicia el cananeo se usó hasta el siglo VI a.C. Después de la caída de Babilonia, los judíos usaron el calendario babilónico. Pero su antiguo calendario con meses anóminos lo conservaron y le dieron los nombres babilónicos, y este sistema dio origen al calendario arameo:



Ahora bien, con esta información, señalamos este punto:

El texto bíblico usa las dos palabras yeraḥ y hodeš para designar los meses lunares. 

Hodeš = luna nueva.

Yeraḥ = "mes". Proviene de la palabra "luna" y se puede traducir como "lunación". 

 

A pesar de que ambas implican la luna, sim embargo ambas palabras, hodeš y yeraḥ, usadas en el sentido de "meses" no son sinónimos. 

Por ejemplo, inscripciones cananeas dicen: hodeš yeraḥ ethanim.

La traducción es: nueva lunación de Ethanim (1 Re 8,2).

Si fuesen sinónimos, la traducción sería: ¡mes del mes de Ethanim!

Un absurdo. Esto es importante.

En un calendario que comienza con luna nueva las dos palabras pueden coincidir. Pero en un calendario que comienza con luna llena, la palabra "yerah" (lunación) es la única indicada.


Ahora bien, si colocamos los eses según la cronología, se obtienen los siguientes cambios en los calendarios bíblicos:



Esta secuencia está confirmada por la arqueología, ya que la palabra yerah aparece por última vez en el calendario Gezer, fechado alrededor del 950 a.C., y desde ese momento desaparecen los nombres de los meses cananeos en Palestina.

Por tanto, si el escriba que escribió el libro de los Reyes lo hubiera hecho por tradición oral después el exilio babilónico, habría utilizado los meses babilónicos en lugar de los meses cananeos. Y si el Pentateuco fue escrito alrededor del 900 a.C. en lugar del 1500 a.C., los escribas de la época no habrían usado la palabra yerah.


Por tanto, el dato mata el relato.

  Como los historiadores han dicho durante mucho tiempo: la cronología es la columna vertebral de la historia. El uso de una cronología parcial y relativa, como hacen los arqueólogos, lleva a encontrar una verdad parcial y relativa, pero el uso de una cronología absoluta (+/- 1 año) permite encontrar una verdad absoluta. Aquellos que dicen que "uno no puede encontrar la verdad", al menos han encontrado uno, lo que contradice su verdad.













Como se puede ver en la sección anterior, numerosos eventos bíblicos durante la Monarquía Unida están fechados con precisión, esto está muy lejos de mitos como "alguna vez, hace mucho tiempo". Varios de ellos han despertado evidencia arqueológica que es datable:


Podrían señalarse también los sincronismos entre las cronologías egipcia, hebrea, y de las cronologías e los reyes de Tiro, Damasco, Biblos y Arpad. Obtenemos los siguientes sincronismos (resaltados):


Explicación: Según la Piedra de Mesha, Kemoshyat gobernó Moab durante 30 años (línea 2), en sus días Omri, rey de Israel, oprimió a Moab, los hijos de Omri durante 40 años después (líneas 4-8). Esta cronología puso los 40 años desde el reinado de Omri en 930 a. C. hasta la muerte de Josafat en 890 a. C., aliado de Jehoram. El texto de 2 Reyes 3: 4-7 sitúa la revuelta de Mesha poco después de la muerte de Acab (898 a. C.). Si Mesha gobernó a Moab durante 30 años como su padre, su piedra tuvo que haber sido erigida después de 898 a. C. y antes de 870, al final de su reinado


Podría extenderme explicando los sincronismos, pero eso no importa. Lo que importa es la existencia e los mismos. Y para el caso, más sincronismos:

Y más:


Por lo que, otra vez, todo eso está muy lejos de ser mera mitología creada mucho tiempo después de los sucesos.

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