jueves, 29 de noviembre de 2018

¿Dejó María de ser Virgen y tuvo más hijos?

A la manera escolástica voy a argumentar :v
Razones por las que parece que María tuvo más hijos además de Jesús.

1.- Lucas 2,7 dice que Jesús era el hijo primogénito. Pero hay primogénito si hay más hijos después del mismo, sino sería únicamente unigénito. Por tanto, María tuvo que tener más hijos.
2.- Mateo 1,25 dice que José a María "no la conoció hasta que dio a luz". Pero el "hasta que" indica que hasta ese momento no la conocía, habiendo posteriormente un cambio: sí la conoció. Por tanto, ella dejó de ser virgen y tuvo más hijos.
3.- Varios versículos señalan que Jesús tenía, hermanos, por ejemplo, Mateo 13,55: "¿No se llama su madre María, y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas?". Otros versículos son Mateo 12,46; Marcos 6,3; Hechos 1,14; 1 Corintios 9,5; Gálatas 1,19.
4.- Gálatas 1,19 no dice que San Pablo no vio a ningún Apóstol excluyendo a Santiago, sino que no vio a ningún Apóstol y en cambio sí vio a Santiago. Así diferencia a Santiago, hermano del Señor, de los Apóstoles. Por tanto, ningún hermano del Señor era un Apóstol.


Contra esto: está el hecho de que solo Jesús es llamado "el Hijo de María", y la definición dogmática de la Iglesia de Cristo.

Respondo:

Siguiendo a Santo Tomás de Aquino [1], era conveniente que María fuera Virgen después del parto y, por tanto, no tuviera más hijos.
Primero: Porque así como es Hijo Único del Padre, del mismo modo debía ser Hijo Único de María.

Segundo: Porque siendo María imagen del Tabernáculo de Dios donde mora su presencia, y del arca de la Alianza que sirvió como relicario para el maná, las tablas de la Ley y la vara del sumo sacerdote, Ella solo debía servir para las cosas de Dios, y así como el Arca solo podía contener aquello que prefiguraba a Cristo, de igual modo María no debía contener sino solo a Cristo. Si María hubiese tenido más hijos, entonces ella no hubiese sido de pertenencia exclusiva de Dios.

Tercero: Porque siendo ella imagen de la Iglesia, no debía más que contener en su seno a Cristo, como de igual manera la Iglesia solo da a conocer a Cristo y no a otros dioses.

Cuarto: Porque al descender el Espíritu Santo sobre ella y concebir en su seno a Cristo, ella no podía volver con su anterior marido, José, ya que ahora estaba consagrada al Espíritu Santo (Génesis 49,4; 2 Samuel 20,3; 16,21-22, Libro del Jubileo 33,6-9; Epstein, Ley del Matrimonio en el Talmud, p. 51). Que el Espíritu Santo hubiese tomado para así a María se ve porque se le dijo que "vendrá sobre ti y te cubrirá con su sombra", lo que es un eufemismo para referirse al tener relaciones. "Cubrir con la sombra" también es otro eufemismo para lo mismo (Rut 3,9). Es por eso que cuando el Ángel en sueños le dice que no tema el tomar a María, simplemente le dice "No temas recibir a María", y no el tradicional "llegar a ella" (Génesis 30,4.16) o "unirte" (Mateo 1,18). Así, José solo recibió a María como esposa, pero sin tener relaciones con ella. [2]

Quinto: Porque más creíble sería que la profecía de Isaías 7,14 se cumplió en Jesús si su madre solo lo hubiese tenido a él que si hubiese tenido más hijos.

Sexto: Si Jesús hubiese tenido más hermanos, hubiese dejado a su madre al cuidado de alguno de ellos, y no a Juan, un discípulo. Podrá alegarse que sus hermanos no creían en él, pero ya luego se establecerá que sus hermanos eran Apóstoles, y que podría haberla dejado luego a uno de ellos.

A las objeciones:

1.- Primogénito solo indica el primer nacido, sin especificar que luego haya más hijos nacidos o no. En Zacarías 12,10 se ve claramente que a Cristo se le llama "hijo único" y "primogénito".

2.- "Hasta que" no significa, per se, que luego sí hay un cambio. Solamente se quiere dejar claro la situación hasta ese entonces: hasta el momento en que Jesús nació, José y María no habían tenido relaciones, por lo que Jesús no era fruto de José. Eso es simplemente lo que quiere decirse.
Ejemplos de que "hasta" o "hasta que" no representa necesariamente un cambio, existen muchos.
- "Y ellos, tomando el dinero, hicieron como estaban instruidos: y este dicho fue divulgado entre los judíos hasta el día de hoy" Mateo 28,15.  Es divulgado por los judíos HASTA el día en que se e-escribió el Evangelio, sin especificar si luego se seguirá divulgando.
- "Y yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo" Mateo 28,20. Estará con nosotros HASTA el fin del mundo, sin especificar si luego lo estará o no (cosa que, obviamente, sí).
- "Por lo cual, fue llamado ese campo Acéldama: Campo de sangre, hasta el día de hoy" Mateo 27,8. Se llama así HASTA ese día, sin por eso significar que luego no se llamará así.
- "Yo estoy contigo, te guardare a donde vayas y te devolveré a este solar. No te abandonaré hasta haber cumplido lo que te he dicho" Génesis 28,15. No le abandonará HASTA cumplir lo que dijo, no por eso luego sí le abandonará.
- "Y Mikal, hija de Saúl, no tuvo más hijos hasta el día de su muerte" 2 Samuel 6,33. No tuvo hijos HASTA que murió, y no por eso tuvo hijos una vez muerta.

Ante estos versículos, podrá alegarse que "hasta" y "hasta que" no son lo mismo. Pero la verdad que sí lo son, tanto "hasta" como "hasta que" expresan lo mismo, y ambos pueden indicar o no un cambio. Versículos en los que "hasta" solo sí indica un cambio también existen (Mateo 28,39).


3.- Basándonos en los nombres que da Mateo 13,55, los hermanos del Señor son Santiago, José, Simón y Judas. Ahora, haría falta probar que se puede decir que alguien es "hermano del Señor" y que no lo sea en realidad.
Desde ya, podemos empezar señalando que los padres de todos no coinciden.

Comenzando con Santiago, es claro que se le llama "hermano" del Señor:
“Y no vi a ningún otro apóstol, y sí a Santiago, el hermano del Señor” Gálatas 1,19.
Por tanto el Santiago de Mateo 13, 55 se refiere a un Apóstol. Pero ocurre que ninguno de los dos apóstoles que se llaman Santiago tienen como padre a José:
“Los nombres de los doce Apóstoles son éstos: primero Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago el de Zebedeo y su hermano Juan; Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo el publicano; Santiago el de Alfeo y Tadeo” Mateo 10,2-3.
Ni Zebedeo ni Alfeo tenían como esposa a la Virgen María:
“Entre ellas estaban María Magdalena, María la madre de Santiago y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo Mateo 27,56.
“Junto a la cruz de Jesús estaban su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Clopás, y María Magdalena” Juan 19,25.
“Había también unas mujeres mirando desde lejos, entre ellas, María Magdalena, María la madre de Santiago el menor y de José, y Salomé Marcos 15,40.

Hay 4 mujeres; María Magdalena, la Virgen María, María de Cleofás y Salomé.
María de Cleofás es la madre de Santiago y José (Cleofás es Alfeo el griego, Alfeo es arameo), y Salomé es la madre de los hijos de Zebedeo.
Y tres van al sepulcro:
“Pasado el sábado, María Magdalena, María la de Santiago y Salomé compraron aromas para ir a embalsamarle” Marcos 16,1.
María la de Santiago no es la madre de Jesús, sino hubiese dicho que era la madre, pues siempre que se habla de la Madre de Dios se le nombra como es: "María, la madre de Jesús".

Por tanto, ninguno de los dos Santiago son hermanos de Jesús, uno es hijo de Salomé y el otro hijo de María de Cleofás.
Y por sí ya se descarta que José y Judas sean hermanos de Jesús, porque son hermanos de Santiago:
“Judas, siervo de Jesucristo, hermano de Santiago, a los que han sido llamados...” Judas 1,1.

Decir que había 4 Santiagos es una incoherencia que contradice completamente la Biblia. Ciertamente existían muchos Santiagos, pero si aceptamos lo que dicen que Jesús tenía hermanos, quedaría así:
1) Un Santiago, hermano de José, Simón, Judas y Jesús.
2) Otro Santiago, hermano de otro José y otro Judas.
3) Otro Santiago, hermano de Juan.

Si la Escritura parece querer indicar a dos Santiagos, y que ambos tienen hermanos llamados José y Judas, lo más probable es que no sean dos Santiagos sino uno solo. Así, Jesús sería hermano del Apóstol Santiago, hijo de Alfeo, y probablemente también pariente del otro Santiago y Juan.
Por tanto. Si por el hecho de llamarles "hermanos" a estos no podemos concluir que realmente sean sus hermanos, lo mismo podemos decir de aquellos hermanos y hermanas que no son mencionados.


4.- Que Santiago sí sea un apóstol se desprende por lo que San Pablo dice:
“Y no vi a ningún otro apóstol, excepto a Santiago, el hermano del Señor.” Gálatas 1,19.

Cuando el Apóstol dice que no vio a ningún otro apóstol excepto a Santiago, la palabra para "excepto" es "εἰ μὴ". Si él hubiese querido expresar que no vio a ningún Apóstol y, en cambio, vio a Santiago, debería haber utilizado la expresión "ἀλλά".
Confusamente, se traduce también como "sino", y de ahí que se piense que no se refiera a Santiago como Apóstol.

Se puede ver que la palabra es "ει  μη" por ejemplo en el Codex Sinaiticus:
"τε  ετερον  δε  των αποςτολων  ουκ  ιδον  ει  μη  ϊακωβ ο τον  αδελφον  του"
La versión SBL Greek New Testament también pone "εἰ μὴ". La Scrivener New Testament (1894) también pone "εἰ μὴ".

La concordancia Strong señala que "ἀλλά" y "έἰ μή" no son lo mismo.
235. ἀλλά alá; neut. plur. de 243; prop. otras cosas, i.e. (adv.) contrariamente (en muchas relaciones):—si bien, no obstante.
1508. έἰ μή ei me; de 1487 y 3361; si no, pero:—pero, excepto, salvo (que), si no.

Por eso es que San Jerónimo, en la Vulgata, pone en Gálatas 1,19 "alium autem apostolorum vidi neminem nisi Iacobum fratrem Domini". 

Jerónimo utiliza el "nisi", excepto. Lo mismo va a hacer en, por ejemplo, Mateo 11,27, que dice "Nadie conoce al Hijo excepto el Padre, y nadie conoce al Padre excepto el Hijo".
Jerónimo pone: "omnia mihi tradita sunt a Patre meo et nemo novit Filium nisi Pater neque Patrem quis novit nisi Filius y cui voluerit Filius revelare".
A pesar de que habla de una excepción, muchas versiones utilizan el "sino el Padre... sino el Hijo". Aunque usa el "sino" es obvio que se utiliza en reemplazo de "excepto".

Se ve la diferencia entre έἰ μή y ἀλλά.
Por ejemplo, en el mismo Codex Sinaiticus se utiliza el ἀλλά, en Mateo 10,34: No traigo la paz, SINO la espada. Ahí sí habla de un contrario y no de una excepción. No trae la paz sino la espada, trae otra cosa. Pero en Gálatas 1,19 se utiliza "έἰ μή", que es una excepción. No vio a otro Apóstol SINO (excepto) a Santiago.
Se usa el "αλλα" también en Romanos 2,29 cuando Pablo dice que no es judío el que lo es en lo externo, sino (al contrario, αλλα) que es verdadero judío el que lo es interiormente.
Se usa el "ἀλλὰ" también en Romanos 9,16 "No depende del que quiere ni del que corre, SINO de Dios"
Existen montones de versículos que utilizan "ἀλλά", señalando algo contrario.
Mateo 5,13: Si la Sal pierde el sabor "para nada vale ya, SINO (ἀλλά) para arrojarla fuera".
Mateo 5,15:  "Ni se enciende una lámpara y la colocan debajo de un celemín, SINO sobre el candelero"
Mateo 6,18 "Cuando estés ayunando, lávate la cara, para que la gente no se de cuenta de que estás ayunando, SINO tu Padre que está en lo escondido"
Mateo 7,21 "No todo el que me dice Señor, Señor, entrará en el reino de mi Padre, SINO el que hace la voluntad de mi Padre".
Mateo 8,4 "No digas a nadie, SINO ve y muéstrate al sacerdote"
En todas esas, y muchísimas más, se utiliza ἀλλά (Mateo 6:13, 9:13, 9:17, 9:24, 10:20, 12:39, 13:57, 15:11, 16:4, 16:12, 16:17, 16:23, 17:24, 18:22, 18:30, 19:6, 19:11) En fin, muchísimas veces, y esas solo en Mateo.

Sin embargo, cuando se habla de excepción se usa έἰ μή, y ejemplo claro de ello es el Mateo 11,27 ya citado. "Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo".
Otro ejemplo es Mateo 17:8, porque dice "A nadie vieron, sino solo a Jesús". Este "sino" es "εἰ μὴ", y viene a ser una excepción.
De eso hay muchas más, como Lucas 17:18, Juan 12:10, 17:12, 1 Corintios 1:14, 2:2, 2:11, 7:5, 12:3.

En la carta a los Gálatas, ἀλλά aparece 17 veces, siempre en el sentido que dije (no hago esto, sino aquello; no me recibieron así, sino así, etc). Pero εἰ μὴ aparece dos veces; una es en Gálatas 6,14, y para decir que Pablo no se va a gloriar en algo, EXCEPTO (εἰ μὴ) en la cruz de Cristo. Y el otro versículo obviamente es 1,19 "No vi a ningún otro Apóstol, EXCEPTO a Santiago". Si Pablo no quería referirse a Santiago como una excepción podría haber utilizado ἀλλά.

Por tanto, con eso queda claro que se habla de un Apóstol.
Cuando Pablo se refiere que vio a Santiago no podía referirse al hijo de Zebedeo y hermano de Juan ya que este fue martirizado alrededor del años 44 d.C. según lo narra el libro de los Hechos:
"Por aquel tiempo el rey Herodes echó mano a algunos de la Iglesia para maltratarlos. Hizo morir por la espada a Santiago, el hermano de Juan.” Hechos 12,1-2.

Así que Santiago, hermano del Señor, es hijo de María de Cleofás y Alfeo, no de José y María:
“Junto a la cruz de Jesús estaban su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Clofás, y María Magdalena.” Juan 19,25.
“Había también unas mujeres mirando desde lejos, entre ellas, María Magdalena, María la madre de Santiago el menor y de José, y Salomé” Marcos 15,40.

María de Cleofás, (una María distinta a la madre de Jesús) esposa de Cleofás (o Alfeo, en arameo) es madre de Santiago y de José, y tienen como hermano además a Judas (Judas 1:1).

Conclusión.

Hay más razones para creer que fue María Virgen perpetua y que no tuvo más hijos, que creer lo contrario.


Referencias.[1] http://hjg.com.ar/sumat/d/c28.html#a3
[2] http://www.infocatolica.com/blog/coradcor.php/la_perpetua_virginidad_de_maria_desde_el

¿María dejó de ser Virgen según Mateo 1,25?

Respondieno un artículo de Respuestas Evangélicas: http://respuestasevangelicas.blogspot.com/2015/08/virginidad-perpetua-de-maria-matero-125.html

Que a su vez responde a un artículo de José Miguel Arráiz:
http://www.infocatolica.com/blog/apologeticamundo.php/0912261250-para-profundizar-en-mateo-1-2


El artículo primero, protestante, alega:
1.- La construcción gramatical de "hasta que" (εως ου) en el N.T se utiliza siempre en el sentido de cambio. 17 versículos existen que lo utiliza: Mateo 17,9; 18,34; Lucas 13,21; 15,8; 22,18; 24,49; Juan 13,38; Hechos 21,26; 23,12; 23,14; 23,21; 25,21; 2 Pedro 1,19.
2.- En 2 Samuel 6,23 no se utiliza "hasta que"(εως ου), sino solo "hasta" (εως).
3.- Mateo 1,25 utiliza "εως ου", mientras que Marcos 12,36 y Habreos 1,13 "ἕως αν".
4.- "ἕως αν" se utiliza 20 veces en el N.T, en 6 se encuentra un cambio posterior (Ej: Mateo 2,13).
5.- "ewc ou" se utiliza 78 veces en el A.T, donde en 58 hay cambio.
6.- Se dice que Mateo se escribió en arameo y que el εως ου es traducción de  עד די, el cual se usa en Daniel 2,34; 7,4. Pero en realidad, no existe prueba de que Mateo se escribiera en arameo, y esos versículos de Daniel son los únicos en los que εως ου no implica un cambio. Además de que existen otras construcciones gramaticales con εως ου, como en Daniel 4,8.


Eso es, en resumen, lo que argumenta. Respondiendo a cada una:

1.- Para empezar, es falso que se utilice SOLO y NECESARIAMENTE en el sentido de "cambio". 1 Corintios 15,25 y el Salmo 123,2 son ejemplo de ello. La palabra principal es "ἕως", no "ou", por eso es irrelevante que aparezca o no "ου", o que de hecho aparezca "αν". Y es por eso, porque es irrelevante, es que en versículos con "εως ου", tanto como con "ἕως αν" o solo "ἕως" es que encontramos que puede o no haber un cambio. Lo mismo ocurre en castellano. Uno puede hacer una oración diciendo:
"Comeré hasta mañana" o "Comeré hasta que sea mañana" y es lo mismo.
Y el hecho de que los casos de cambio sean mayoría no implica en ningún modo que necesariamente haya un cambio, y por tanto, Mateo 1,25 no muestra por sí mismo que José tuvo relaciones con María. Siendo así, la postura católica sigue en pie.

2.- En ningún momento se dice que 2 Samuel 6,23 tiene la misma construcción gramatical (εως ου) que Mateo 1,25. José Miguel Arráiz dice claramente (el resaltado es del original):
Que se haya usado esa conjunción en particular (ου) luego de ἕως tampoco cambia en nada el significado mismo de la palabra “hasta”, porque ni “hasta” ni “hasta que” implican necesariamente un cambio posterior de estado. Tomemos un ejemplo:
“Y Mikal, hija de Saúl, no tuvo ya hijos hasta el día de su muerte.” 2 Samuel 6,23
La oración anterior perfectamente pudo haber sido expresada con otras palabras que incluyeran la conjunción “que” sin expresar necesariamente un cambio posterior de estado
“Y Mikal, hija de Saúl, no tuvo ya hijos hasta que murió.” 2 Samuel 6,23
“Y Mikal, hija de Saúl, no tuvo ya hijos hasta que llegó el día de su muerte.” 2 Samuel 6,2
Si estas oraciones tuvieran que ser escritas en griego podrían perfectamente utilizar ἕως ου sin implicar que Mikal tuvo hijos después de muerta.
Por si no se entendió: Se dice que solo contiene "ἕως", pero perfectamente pero perfectamente pudo ser expresado de otra forma.
Como se dijo en la respuesta 1, cuando solo aparece el "hasta" (ἕως), puede ser expresado también como "hasta que" (εως ου).
Así además de tener el ejemplo de 2 Samuel 6,23, tenemos el de Mateo 28,20:
"Y recuerden que yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo"
"Y recuerden que yo estoy con ustedes todos los días hasta que llegue el fin del mundo".
Simplemente se cambia "el" (τῆς) por "que" (ου), y se agrega el "llegue". Es por eso que lo importante es el "hasta" y no el "que" (tanto como ου como con αν).

3.- El propio Arráiz acepta que también se utiliza "ἕως αν", cuando dice (resaltado mío):
Tanto en Mateo 12,36 como en Mateo 1,13 se utiliza una expresión similar “ἕως αν” (también “hasta que”), la diferencia estriba simplemente en que αν hace referencia a hechos que no han ocurrido y que se supone o es probable que sucederán en el futuro.
4.- Lo mismo que la respuesta 1.

5.- Lo mismo que la respuesta 1. Que en 14 de 20 casos "ἕως αν" no imple cambio desde ya prueba el punto católico. No es un argumento en contra, sino a favor.

6.- Esos versículos de Daniel no son los únicos, sino que, como se dijo, también el Salmo 123,2. Aceptar que se utiliza "εως ου" sin que implique cambio, aunque sea en pocos casos, hace que el punto católico sea probado: "hasta que" no implica necesariamente un cambio y Mateo 1,25 no prueba por sí mismo que José conoció a María.



lunes, 12 de noviembre de 2018

La inmortalidad del alma en la Iglesia Primitiva

Se suele torcer lo que enseñaban los cristianos primitivos en cuanto a la inmortalidad del alma, y esto por no comprender lo que ellos hablan. Ellos al hablar de "vida eterna", "incorruptibilidad", "inmortalidad" aplicaban tales cosas a los justos que se habían salvado, y que gozarían de ello en la resurrección.
Los cristianos primitivos no se centraban en la vida del alma inmediatamente después de la muerte física, sino que tenían sus miras puestas en la resurrección, como lo hace el Nuevo Testamento. Y esto se explica porque el destino del alma no es estar eternamente en su estado actual, sino volver a unirse al cuerpo y gozar de la vida eterna como Persona.
Lo mismo podemos decir de Jesús: Jesús, al morir, no dejó de existir, sino que su alma descendió al Sheol y fue a predicar a los espíritus encarcelados. Sin embargo, tal detalle suele escaparse y nos solemos centrar solo en la muerte y la resurrección, y esto es porque el destino de Cristo no era el quedarse en el Sheol, sino resucitar gloriosamente. Y eso era lo que esperaban los cristianos.
Desde ya, ellos ya sabían que el espíritu no moría, la parábola de Lázaro y el rico deja claro esta verdad.

   Para los cristianos primitivos "vida eterna" "incorruptibilidad" solo la tenían los justos y no los injustos, y no porque las almas de los injustos dejaran de existir, sino porque solo en Dios hay verdadera vida. Por eso los vemos diciendo que unos irán a la vida eterna y otros al castigo eterno; y por eso San Pablo dice que estábamos muertos en nuestros pecados, pero que fuimos vivificados en Cristo. Obviamente, quienes van al castigo tienen un alma que vive, pero la suya no es vida, puesto que están separados de Dios. He ahí el motivo por el cual la Iglesia llama "miembros vivos" a aquellos católicos que están en gracia de Dios y "miembros muertos" a aquellos que no lo están.
   Veían la muerte como un descanso: el cuerpo quedaba inanimado, y parecía como dormido; el alma, mientras tanto iba a descansar a Dios. Y descansaban hasta la resurrección, cuando serían revestidos de inmortalidad e incorruptibilidad tanto en sus cuerpos como en sus almas.
Todo esto es completamente compatible con la doctrina cristiana, así que, de antemano ya voy diciendo: citar a los cristianos primitivos y decir "¿Ves? ellos decían que Jesús les daba vida eterna y que estarían dormidos" no niega en nada la inmortalidad del alma (entendida como continuación de la existencia del alma, y no a la vida en Dios).

   Pero debido a esto, al centrarse en la resurrección de los muertos, es que empezaron a surgir dudas en torno a varias cuestiones: ¿qué pasa con el alma cuando deja el cuerpo? ¿es el alma inmortal? ¿es inmortal por naturaleza o por gracia de Dios? ¿cómo pueden seguir existiendo las almas de los injustos si Dios otorga la inmortalidad? ¿gozan ya de la visión beatífica?
Y en estas dudas que surgieron, que fueron respondidas con el curso del tiempo, se explica el motivo por el cual hubo algunos cristianos primitivos que llegaron a negar la inmortalidad del alma o no la comprendieron bien.

Ahora sí, pasemos a ver lo que decían los cristianos primitivos, empezando desde los más cercanos a los más antiguos. Aunque creo que no hace falta nombrar a los de los siglos IV y III, porque es muy obvio que creían en la inmortalidad del alma.


Tertuliano (160-220).

Apologista del norte de África, más precisamente de Cartago, que escribió cerca del año 200, aunque terminó como hereje montanista, aunque más que herejía, era un movimiento cismático. Según San Agustín, Tertuliano volvió al seno de la Iglesia antes de morir.

En su tratado Sobre la resurrección de la carne, Tertuliano dice:
"Al dejar su cuerpo, nadie va inmediatamente a vivir a la presencia del Señor, excepto por la prerrogativa del martirio, pues entonces adquiere una morada en el paraíso, no en las regiones inferiores” 

En el capítulo 3 de la misma obra, dice:
"Sin duda, uno puede ser sabio en las cosas de Dios, incluso de sus poderes naturales, pero solo en testimonio de la verdad, no en el mantenimiento del error; (solo) cuando uno actúa de acuerdo con, no en oposición a, la dispensación divina. Porque algunas cosas son conocidas incluso por la naturaleza: la inmortalidad del alma, por ejemplo, es sostenida por muchos; El conocimiento de nuestro Dios es poseído por todos. Puedo usar, por lo tanto, la opinión de un Platón, cuando él declara: "Toda alma es inmortal".


En el capítulo 17, dice:
"El caso de Lázaro demuestra que las almas son ahora susceptibles de tormento y de bendición en el Hades, aunque están sin cuerpo y, a pesar de su destierro de la carne."

En el 34, dice:
"Sin embargo, nosotros entendemos la inmortalidad del alma como para creerla "perdida", no en el sentido de destrucción, sino de castigo, es decir, en el infierno. Y si este es el caso, entonces no es el alma a la que afectará la salvación, ya que está "segura" en su propia naturaleza por su inmortalidad, sino más bien la carne, que, como todo lo permite, está sujeta a destrucción. De lo contrario, si el alma también es perecedera (en este sentido), en otras palabras, no es inmortal"

En el 35, dice:
"Pero también nos enseña que "es más bien que se le teme, que puede destruir tanto el cuerpo como el alma en el infierno", es decir, solo el Señor; "No aquellos que matan al cuerpo, pero no son capaces de dañar al alma. Aquí, entonces, tenemos un reconocimiento de la inmortalidad natural del alma, que no puede ser asesinada por los hombres; y de la mortalidad del cuerpo, que puede ser matada: de donde aprendemos que la resurrección de los muertos es una resurrección de la carne; porque a menos que se levantara de nuevo, sería imposible que la carne fuera "muerta en el infierno"."

En su Tratado sobre el alma, capítulo 51, dice:
"La verdad es que el alma es indivisible, porque es inmortal; (y este hecho) nos obliga a creer que la muerte en sí misma es un proceso indivisible, que se acumula indivisiblemente para el alma, no precisamente porque es inmortal, sino porque es indivisible."

En definitiva, ya sabemos lo que creía Tertuliano.

San Ireneo de Lyon (140-202).

Ireneo escribe su monumental obra Contra los herejes en los años 180, y en ella, cuando refuta a los que sostienen la reencarnación, nos muestra que creía en la inmortalidad del alma:

"De modo muy completo el Señor enseñó que no se conservan las almas pasando de cuerpo en cuerpo; sino también que ellas conservan la personalidad del cuerpo para el cual fueron hechas, y se acuerdan de las obras que acá realizaron o dejaron de realizar. Cuando relata lo que está escrito acerca del rico y de Lázaro que descansaba en el seno de Abraham, dice que el rico, después de la muerte, reconoció a Lázaro y a Abraham y recordó el puesto que cada uno de ellos había tenido, y le rogó que enviara en su auxilio a Lázaro, al que no había querido hacer participar de su mesa; y luego la respuesta de Abraham, que no sólo sabía lo que él era, sino también el rico; y que más les servía escuchar a Moisés y a los profetas que recibir el anuncio de algún resucitado de la muerte, a aquellos que no quisieran llegar a aquel lugar de castigo. Con estas palabras claramente enseñó que las almas siguen viviendo, no que pasan de cuerpo en cuerpo, y que retienen su personalidad humana a tal punto que pueden ser reconocidas y acordarse de lo que acá sucede; y también el espíritu profético de Abraham, y cómo cada persona recibe el estado que merece, incluso antes del juicio."

Sin embargo, en lo siguiente, San Ireneo dice que las almas son inmortales no por naturaleza, sino por voluntad de Dios, y en esto han querido ver que San Ireneo negaba la inmortalidad del alma. Pero la realidad es que él dice lo mismo que la doctrina católica, solo que de forma diferente: las almas son inmortales porque Dios las ha creado con tal naturaleza inmortal, si es voluntad de Dios, él las puede destruir. Pero es su voluntad que permanezcan inmortales:

"Así como el cuerpo animado no es él mismo el alma, sino que participa del alma mientras Dios lo quiera, así también el alma no es la vida misma, sino que participa de la vida que Dios ha querido concederle. Por eso la palabra profética dice acerca del primer hombre plasmado: <<Fue hecho alma viviente>> (Gén 2,7). Con esto nos enseñó que el alma vive al participar de la vida, de modo que una cosa se entiende por alma y otra por vida. Es, pues, Dios quien otorga la vida y la duración perpetua; le es posible conceder esa vida perpetua a almas que antes no existían, si Dios quiere que existan y que sigan viviendo. En efecto, la voluntad de Dios debe gobernar y dirigir todas las cosas: todo lo demás le está sometido y existe para su servicio. Basta por ahora acerca de la creación del alma y de su duración perpetua."

En cualquier caso, vemos, por lo visto anteriormente, que San Ireneo de Lyon creía que luego de la muerte física el alma seguía viviendo


Teófilo de Antioquía.

Teófilo fue el sexto obispo de dicha ciudad, escribió una obra en tres libros titulada "A Autólico", y murió en el año 183.
Los negadores de la inmortalidad del alma sacan a relucir tres simples citas de Teófilo para hacer ver que él no creía en la vida después de la muerte, igual que ellos.
 La primera cita en cuestión está tomada del primer libro de A Autólico, del capítulo 6, y dice:

"Cuando tú hayas salido de lo mortal, y puesto en incorrupción, entonces tú verás a Dios válidamente. Pues Dios levantará tu carne inmortal con tu alma, y entonces, habiendote hecho inmortal, tú verás al Inmortal, si ahora tú crees en Él; y entonces tú sabrás que tú has hablado injustamente contra Él."

La segunda, del libro segundo, capítulo 27:
"Pues si Él lo hubiera hecho a él inmortal desde el comienzo, Él lo habría hecho a él Dios… así que si él se inclinara a las cosas de la inmortalidad, guardando los mandamientos de Dios, él recibiría como recompensa de Él la inmortalidad, y se convertiría en Dios… Pues Dios nos ha dado a nosotros una ley y santos mandamientos; y cada uno que guarda estos puede ser salvado, y, obteniendo la resurrección, puede heredar la incorrupción."

La tercera, del libro segundo también, pero del capítulo 34:
"Pero Dios al final, el Padre y Creador del universo no abandonó a la humanidad, sino que dio una ley, y envió santos profetas a declarar y a enseñar a la raza de los hombres que cada uno de nosotros podía despertar y entender que hay un Dios. Y ellos también nos enseñaron a nosotros a refrenarnos de injusta idolatría, y adulterio, y homicidio, fornicación, hurto, avaricia, falso testimonio, ira, y toda incontinencia e inmundicia; y que lo que quiera que un hombre no desee que se le haga a él mismo, él no lo haga a otro; y de esta forma quien actúa correctamente escapará de los castigos eternos, y será considerado digno de la vida eterna de Dios."


Para empezar, es gracioso que quienes arguyan a Teófilo sean los mismos que niegan la Trinidad, siendo que él fue el primero en utilizar el término "Trinitas". En fin.
Volviendo con lo que nos compete, el mismo Teófilo muestra que cree en la inmortalidad del alma:

"Y los escritores que hablaron de una multiplicidad de dioses llegaron extensamente a la doctrina de la unidad de Dios, y aquellos que afirmaron el azar también hablaron de la providencia; y los defensores de la impunidad confesaron que habría un juicio, y aquellos que negaron que haya una sensación después de la muerte reconocieron que existe. De acuerdo con lo anterior, aunque había dicho, "como una visión fugaz pasó el alma", dice en otro lugar: - 'A Hades fue el alma incorpórea'" (Libro 2, capítulo 38).

Demos el contexto, para que se entienda. El capítulo 38 se refiere a cómo los filósofos griegos llegaron a las creencias de los profetas hebreos. Así, que viene a decir que los filósofos llegaron a la existencia de un solo Dios, llegaron a la existencia la la providencia divina, llegaron a la existencia de un juicio, y llegaron a la existencia de la vida después de la muerte. Esto debería ser suficiente para mostrar que es absurdo alegar a Teófilo en favor de la mortalidad del alma. Pero sigamos.

En el mismo libro segundo, capítulo 19, dice:
"Dios, habiendo completado así los cielos, y la tierra, y el mar, y todos los que están en ellos, en el sexto día, descansó en el séptimo día de todas sus obras que hizo [...] "(Teófilo está citando la Escritura) y Dios hizo al hombre del polvo de la tierra, y sopló Su rostro es el aliento de la vida, y el hombre se convirtió en un alma viviente". De donde también la mayoría de las personas llaman al alma inmortal."

Ahora, aquí viene el capítulo 27, que citan de forma malintencionada, pues no lo citan completo. Teófilo, es cierto, dice que el hombre por naturaleza no es inmortal. Pero también está diciendo que el hombre por naturaleza no es mortal. Además, él está hablando del hombre, que es un compuesto de cuerpo y alma; no está hablando del alma. Lo cual muestra lo tendencioso que son al citarlo. El hombre muere, así que por naturaleza no es inmortal, y en eso coincidimos con Teófilo. Por lo que no está apoyando en nada a los negadores de la inmortalidad del alma.
Acá el capítulo completo:

"Pero alguien nos dirá: ¿Fue mortal el hombre por naturaleza? Ciertamente no. ¿Era él, entonces, inmortal? Tampoco afirmamos esto. Pero uno dirá: ¿Era, entonces, nada? Ni siquiera esto golpea la marca. No fue por naturaleza ni mortal ni inmortal. Porque si lo hubiera hecho inmortal desde el principio, lo habría hecho Dios. Nuevamente, si Él lo hubiera hecho mortal, Dios parecería ser la causa de su muerte. Ni, entonces, lo inmortal ni lo mortal lo hizo, pero, como hemos dicho anteriormente, capaz de ambos; de modo que si él se inclinara hacia las cosas de la inmortalidad, guardando el mandamiento de Dios, debería recibir como recompensa de Él la inmortalidad, y llegar a ser Dios; pero si, por otro lado, debería recurrir a las cosas de la muerte, desobedeciendo a Dios, él mismo debería ser la causa de la muerte para sí mismo. Porque Dios hizo al hombre libre, y con poder sobre sí mismo. Eso, entonces, que el hombre trajo sobre sí mismo por descuido y desobediencia, este Dios ahora le responde como un regalo a través de su propia filantropía y compasión, cuando los hombres lo obedecen. Porque como el hombre, desobedeciendo, atrajo la muerte sobre sí mismo; así, obedeciendo la voluntad de Dios, el que desea es capaz de procurar la vida eterna. Porque Dios nos ha dado una ley y santos mandamientos; y todos los que las guardan pueden ser salvados y, al obtener la resurrección, pueden heredar la incorrupción."

Teófilo, en esto, es ortodoxo. El hombre (compuesto de alma y cuerpo) no es inmortal porque se alejó de Dios. Sin embargo, si guarda sus mandamientos, puede obtener la resurrección (la unión de cuerpo y alma) y así heredar la incorrupción (vivir eternamente como hombre, con el cuerpo y el alma juntos).

Ahora, con la cita del capítulo 34, no hay ningún inconveniente. Vida eterna tienen los justos, no los injustos. Tal cosa no niega la inmortalidad del alma, misma que Teófilo a aceptado explícitamente.
Y lo mismo con el Libro primero, capítulo 6. Simplemente dice que seremos inmortales luego de la resurrección, porque ahí estarán unidos nuestro cuerpo y alma con el don de la inmortalidad, al contrario de ahora, que estando unidas igual se separan. Seremos inmortales porque nuestro cuerpo y alma no se volverán a separar y estarán en Dios, no porque nuestra alma haya dejado de existir.

Atenágoras de Atenas.

Fue un apologista griego, que cerca del año 177 escribió su obra Legado a favor de los cristianos, escrita para el Emperador Marco Aurelio. En ella busca refutar las acusaciones que se hacen contra ellos y explicar la fe cristiana.
Es interesante que algunos negadores de la inmortalidad del alma, como los testigos de Jehová, citen a Atenágoras para mostrar que él creía que el alma era mortal, porque se ve que citan lo que les conviene, ya que Atenágoras era trinitario.


En el capítulo XII, dice:
"Además, hombres que conciben esta vida como: “Comamos y bebamos, que mañana moriremos”, ven la muerte como un sueño y un olvido profundo: “El sueño y la muerte son hermanos gemelos” (Homero, Ilíada XIV, 231; XVI 672), ¡y son tenidos por piadosos! Hay hombres en cambio, que tienen la presente vida en mínima estima, y que se guían por el solo deseo de conocer al Dios verdadero y a su Verbo..."

No dice explícitamente que hay vida después de la muerte, sin embargo por su forma de expresarse parece contraponer a aquellos que creen que solo existe esta vida terrena y luego la inexistencia, y aquellos que creen que existe la vida presente y la futura. Parecería que para Atenágoras la muerte no es un sueño profundo.

En el capítulo XXXI, dice:
"Porque si creyéramos que no hemos de vivir más que la vida presente, cabría sospecha que pecáramos sometidos a la servidumbre de la carne y de la sangre, o dominados por el lucro y el deseo; pero como sabemos que Dios vigila nuestros pensamientos y nuestras palabras de noche como de día, y que Él es todo luz y mira aún dentro de nuestro corazón; estando seguros que, salidos de esta vida, viviremos otra mejor, en el cielo no en la tierra, con la condición que permanezcamos junto a Dios y con Dios, liberados de toda debilidad y de toda pasión, y ya no seremos más carnales, aunque conservemos nuestro cuerpo carnal, sino espíritus celestiales; pero si por el contrario, caemos con los demás nos espera una vida peor en el fuego -porque Dios no nos creó como rebaños o bestias de carga, de paso, sólo para morir y desaparecer (cf. Mt 25,31-45)-; no es lógico entonces que nos entreguemos voluntariamente al mal y nos arrojemos a nosotros mismos en manos del Gran Juez para ser castigados."

Por lo dicho aquí, se puede ver que creía que luego de esta vida física hay otra vida. Aunque por el "aunque conservemos nuestro cuerpo carnal" pareciera que se refiere a la vida luego de la resurrección.

En el capítulo XXXVI, dice:
"Lo verosímil, más bien, es lo contrario, que quienes piensan que ni habrá que dar cuenta de esta vida, lo mismo si es buena que mala, y que no habrá resurrección; sino que opinan que con el cuerpo perece también el alma y viene como a apagarse; natural es, decimos, que ésos no se abstengan de atrevimiento alguno; en cambio, los que creen que nada ha de quedar sin examinar delante de Dios y que junto con el alma ha de ser castigado el cuerpo que cooperó a sus apetitos y deseos irracionales, ésos, no hay razón alguna para que cometan el más leve pecado."


Creo que con esto se puede concluir que para Atenágoras el alma no perece con el cuerpo, sino que sigue viviendo, y en la resurrección se unirá con el cuerpo, y alma y cuerpo serán castigados.


Melitón de Sardes.

Fue obispo y se cree que murió cerca del año 180. De sus obras solo se conservan fragmentos, y destacan una Apología a Marco Aurelio y una Homilía de Pascua. En éste último escrito, han querido ver que Melitón negaba la inmortalidad del alma:
"Él mató a la muerte que había puesto al hombre en muerte" (Homilía de Pascua, 66).

Sin embargo, tal cita no prueba nada. Simplemente dice que Cristo destruyó el pecado que hizo que el hombre muriera. Es lo mismo que dice San Pablo en Romanos 5,12: "Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron".
Y es que, efectivamente, por el pecado el hombre perdió los dones preternaturales. Así, el HOMBRE (entiéndase bien: el hombre, no el alma. El hombre es un compuesto de cuerpo y alma) muere.


Ahora, el mismo Melitón de Sardes escribió, en su discurso a Marco Aurelio:
"Por lo cual te aconsejo que te conozcas a ti mismo, y que conozcas a Dios. Para que entiendas cómo está dentro de ti lo que se llama el alma, por lo que el ojo ve, por él oye el oído, por él habla la boca, y cómo hace uso de todo el cuerpo, y cómo , siempre que Él quiera quitar el alma del cuerpo, esto se decae y perece. De esto, por lo tanto, que existe dentro de ti mismo y es invisible, comprende cómo Dios también mueve el todo por Su poder, como el cuerpo, y eso, cada vez que le agrada retirar su poder, también el mundo entero, como el cuerpo, caerá para decaer y perecerá."


Como se ve, lo que decae y perece es el cuerpo, al serle quitada el alma. No hay nada que haga pensar que para él el alma también perecía. También decía:
"Pero, ¿por qué se hizo este mundo, por qué desaparece, por qué existe el cuerpo, por qué cae en descomposición y por qué continúa, no puedes saber hasta que hayas levantado la cabeza de este sueño en el que estás hundido? y has abierto tus ojos y has visto que Dios es Uno, el Señor de todos, y has venido a servirle con todo tu corazón. Entonces, Él te concederá que conozcas su voluntad: para cada uno que está separado del conocimiento del Dios vivo está muerto y enterrado incluso mientras está en su cuerpo. Por eso es que te hundes en el suelo ante los demonios y las sombras, y pides peticiones vanas de lo que no tiene nada que dar. Pero tú, levántate de entre los que yacen sobre la tierra y acarician piedras, y da su sustancia como alimento para el fuego, y ofrece sus vestiduras a los ídolos, y; mientras que ellos mismos poseen sentidos, están dispuestos a servir lo que no tiene sensación; y ofrezca por su alma imperecedera peticiones que lo que no decae, a Dios que no sufre decadencia, y tu libertad será evidente de inmediato; y cuídalo, y da gracias a Dios que te hizo y te dio la mente de lo libre, para que puedas moldear tu conducta de la misma manera que lo harás. Él ha puesto delante de ti todas estas cosas, y te muestra que, si sigues el mal, serás condenado por tus malas acciones; pero eso, si después de la bondad, recibirás de Él abundantes bienes, junto con la vida inmortal para siempre."

Y también:
"
El cuerpo , que es visible y corruptible, estará delante de Él para siempre, dotado de vida y conocimiento, y tus obras serán para ti riquezas inagotables y posesiones infalibles."

Por lo que alguien "vivo" es alguien que está en gracia de Dios, independientemente de si existe como persona (cuerpo y alma unidas) o como espíritu. Lo que se descompone es el cuerpo, no el alma. Así, mientras el cuerpo es corruptible y visible, el ama es invisible e incorruptible, y en la resurrección se unirán y se gozará de vida eterna.



San Justino Mártir

Fue un apologista griego martirizado en el año 165. De él se conservan su Apología y su Diágolo con Trifón. De éste último han querido hacer ver que Justino negaba la inmortalidad del alma, en base a esto que dice:
"Pues yo escojo seguir no a hombres o a doctrinas de hombres, sino a Dios y las doctrinas entregadas por Él. Pues si ustedes han caído con algunos que son llamados cristianos, pero que no admiten esta verdad, y se aventuran a blasfemar del Dios de Abraham, y el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob; aquellos que dicen que no hay resurrección de los muertos, y que sus almas, cuando ellos mueren, son llevadas al cielo; no imaginen que ellos son cristianos" (Diálogo. Capítulo 80).


Ya conocemos el dicho: un texto sacado de contexto es un pretexto.
Veamos cómo San Justino sí creía en la inmortalidad del alma.
"[Pregunta Trifón]... ¿El alma ve a Dios mientras esté en el cuerpo, o después de que haya sido removido de él? 

[Responde Justino] Mientras esté en la forma de un hombre, es posible que lo logre por medio de la mente, pero especialmente cuando se ha librado del cuerpo y al estar separado por sí mismo, se vuelve posesión de lo que era continuamente y completamente amar." (Diálogo. Capítulo 4).


En el capítulo 5, Trifón y Justino hablan sobre la inmortalidad del alma:
"[Dice Trifón] Pero no digo, en verdad, que todas las almas mueran; porque eso fue verdaderamente una buena fortuna para el mal. ¿Entonces qué? Las almas de los piadosos permanecen en un lugar mejor, mientras que las de los injustos y los malvados están en el peor de los casos, esperando el momento del juicio. Por lo tanto, algunos que parecen dignos de Dios nunca mueren, pero otros son castigados mientras Dios quiera que existan y sean castigados.

[Dice Justino] Es lo que dices, entonces, de una naturaleza similar a la que Platón en Timoeus da a entender sobre el mundo, cuando dice que sí está sujeto a decaimiento, en la medida en que fue creado, pero que no se disolverá ni reunirse con el destino de la muerte a causa de la voluntad de Dios? ¿Le parece que lo mismo se puede decir del alma y, en general, de todas las cosas? Por lo que existe después de Dios, o existirá en cualquier momento, estos tienen la naturaleza de la decadencia, y son los que pueden ser borrados y dejar de existir, porque solo Dios es no engendrado e incorruptible, y por lo tanto Él es Dios, pero todas las otras cosas después de Él son creadas y corruptibles. Por esta razón, tanto las almas mueren y son castigados."


En el capítulo 6, responde Trifón:
"'No me importa,' dijo él, 'si Platón o Pitágoras, o, en resumen, cualquier otro hombre sostuvo tales opiniones. Porque la verdad es así, y usted lo percibiría de esto. El alma ciertamente es o tiene vida. Si, entonces, es vida, causaría algo más, y no a sí mismo, a vivir, incluso como el movimiento movería algo más que a sí mismo. Ahora, que el alma vive, nadie lo negaría. Pero si vive , no vive como siendo vida, sino como participante de la vida, sino que lo que participa de cualquier cosa, es diferente de aquello de lo que sí participa. Ahora el alma participa de la vida, ya que Dios quiere que viva. Así, entonces, ni siquiera participará [de la vida] cuando Dios no lo quiera vivir, porque vivir no es su atributo, como lo es de Dios, sino que un hombre no vive siempre, y el alma no está para siempre unida a la vida.cuerpo, ya que, siempre que esta armonía debe romperse, el alma abandona el cuerpo y el hombre ya no existe, incluso cuando el alma debe dejar de existir, el espíritu de vida es retirado de él, y no hay más alma, pero regresa al lugar desde donde fue tomada.


San Justino creía en la inmortalidad del alma, pero no creía que el alma fuera por naturaleza inmortal, sino que creía que Dios las dejaba con vida cuanto tiempo él quisiese.

En el capítulo 105, dice:
"Además, también se predice que Él moriría por crucifixión. Por este pasaje: Libra mi alma de la espada y mi única vida de las garras del perro; sálvame de la boca del león y mi humildad de los cuernos de los unicornios" es un indicio del sufrimiento por el cual Él debe morir, es decir, por crucifixión. Para los 'cuernos de los unicornios', ya les he explicado, son la figura de la cruz. Y la oración para que su alma se salve de la espada, la boca del león y las garras del perro es una oración para que nadie tome posesión de su alma: para que, cuando lleguemos al final de la vida, podamos pedirle la misma petición a Dios, que es capaz de alejar a cada ángel malvado y desvergonzado de tomar nuestras almas. Y que las almas sobreviven, les he mostrado el hecho de que el alma de Samuel fue llamada por la bruja, como Saúl exigió. Y parece también que todas las almas de hombres justos y profetas similares cayeron bajo el dominio de tales poderes, como se puede deducir de los hechos en el caso de esa bruja. Por lo tanto, también Dios nos enseña por medio de Su Hijo por quién parece que se han hecho estas cosas, siempre para esforzarse con seriedad, y en la muerte para orar para que nuestras almas no caigan en manos de tal poder."


Justino, en su Tratado sobre la Resurrección, en el capítulo 10, dice:
"La resurrección es una resurrección de la carne que murió. Porque el espíritu no muere; el alma está en el cuerpo, y sin un alma no puede vivir. El cuerpo, cuando el alma lo abandona, no lo es. Porque el cuerpo es la casa del alma; y el alma la casa del espíritu. Estos tres, en todos aquellos que aprecian una esperanza sincera y una fe incondicional en Dios, serán salvados."

Y esto es importante para entender porqué Justino dice en su Diálogo que no son cristianos aquellos que dicen que no hay resurrección y las almas son llevadas al cielo. Justino, en el mismo capítulo 10, continúa diciendo:
"Considerando, por lo tanto, incluso los argumentos que son adecuados para este mundo, y encontrar que, incluso de acuerdo con ellos, no es imposible que la carne sea regenerada; y viendo que, además de todas estas pruebas, el Salvador en todo el Evangelio muestra que hay salvación para la carne, ¿por qué ya no soportamos esos argumentos incrédulos y peligrosos, y no vemos que estamos retrocediendo cuando escuchamos semejante Argumento como este: ¿que el alma es inmortal, pero el cuerpo mortal, e incapaz de ser revivido? Para esto solíamos escuchar de Pitágoras y Platón, incluso antes de que aprendiéramos la verdad. Si entonces el Salvador dijo esto y proclamó la salvación solo para el alma, ¿qué cosa nueva, más allá de lo que escuchamos de Pitágoras y Platón y toda su banda, nos trajo?"

Se puede ver que él no arremete contra los que dicen que el alma, luego de la muerte física, sigue viviendo, sino contra aquellos que creen que la salvación solo es en el alma y que el cuerpo es imposible que vuelva a la vida y goce de la inmortalidad. Y Justino tiene razón en lo que dice: quienes afirman que la salvación es solo para el alma y no para el cuerpo, negando la resurrección, no son cristianos.

Incluso, en su Primera Apología, en el capítulo 18, dice explícitamente que cree en la inmortalidad del alma:
"Para reflexionar sobre el final de cada uno de los reyes anteriores, cómo murieron la muerte común a todos, lo cual, si se emitiera en insensibilidad, sería una bendición para todos los impíos. Pero como la sensación permanece para todos los que alguna vez han vivido, y el castigo eterno está establecido, ve que descuides el no ser convencido, y que consideres tu creencia, que estas cosas son ciertas. Para dejar de lado incluso la nigromancia, y las adivinaciones que practican los niños inmaculados, y la evocación de las almas humanas difuntas, y los que son llamados entre los magos, los que envían sueños y los espíritus asistentes (familiares), y todo lo que hacen los que son expertos en tales asuntos; permítales persuadirlos de que incluso después de la muerte las almas están en un estado de sensación..."


En el capítulo 20 lo vuelve a decir:
"Y la Sibila y Hystaspes dijeron que debería haber una disolución por parte de Dios de las cosas corruptibles. Y los filósofos llamados estoicos enseñan que incluso Dios mismo se resolverá en fuego, y dicen que esta revolución debe formar al mundo nuevamente; pero entendemos que Dios, el Creador de todas las cosas, es superior a las cosas que deben ser cambiadas. Por lo tanto, si en algunos puntos enseñamos las mismas cosas que los poetas y filósofos a quienes honra, y en otros puntos son más completos y más divinos en nuestra enseñanza, y si solo proporcionamos pruebas de lo que afirmamos, ¿por qué somos odiados injustamente? más que todos los demás? Porque mientras decimos que todas las cosas han sido producidas y organizadas en un mundo por Dios, pareceremos pronunciar la doctrina de Platón; y mientras decimos que habrá una quema de todo, pareceremos pronunciar la doctrina de los estoicos: y mientras afirmamos que las almas de los impíos, que están dotadas de sensación incluso después de la muerte, son castigadas y que esas De lo bueno que se libra del castigo, pasa una bendita existencia, pareceremos decir lo mismo que los poetas y los filósofos; y mientras sostenemos que los hombres no deben adorar las obras de sus manos, decimos las mismas cosas que han dicho el poeta cómico Menander y otros escritores similares, ya que han declarado que el trabajador es mayor que el trabajo."

Y en el capítulo 44, cuando dice que los griegos han tomado cosas del Antiguo Testamento (como decían muchos otros cristianos primitivos, que los paganos habían tomado verdades del judaísmo), afirma:
"Y así, también, Platón, cuando dice: "La culpa es de quien elige, y Dios no tiene culpa", tomó esto del profeta Moisés y lo pronunció. Porque Moisés es más antiguo que todos los escritores griegos. Y lo que hayan dicho tanto los filósofos como los poetas acerca de la inmortalidad del alma, los castigos después de la muerte, la contemplación de cosas celestiales o doctrinas similares, han recibido sugerencias de los profetas que les han permitido comprender e interpretar estas cosas. Y por lo tanto, parece que hay semillas de verdad entre todos los hombres..."

Así que con eso se puede ver que si San Justino resucitara hoy mismo y tuviese que elegir entre con quién coincide más: si los adventistas, o los católicos o los testigos de Jehová, la respuesta es clara.


Taciano

Fue un apologista griego, muerto cerca del año 184, converso en los años 150 y discípulo de San Justino. Al morir Justino, se terminó apartando de la fe y terminó como hereje gnóstico. Taciano no cree en la inmortalidad del alma, sin embargo, es citado por aquellos que la niegan.
En su Discurso a los griegos, Taciano niega la inmortalidad del alma, diciendo:

"El alma no es en sí misma inmortal, oh griegos, sino mortal. Sin embargo, es posible que no muera. Si, de hecho, no sabe la verdad, muere y se disuelve con el cuerpo, pero al final vuelve a resurgir al final del mundo con el cuerpo, recibiendo la muerte por castigo en la inmortalidad. Pero, nuevamente, si adquiere el conocimiento de Dios, no muere, aunque por un tiempo se disuelva. En sí misma es oscuridad, y no hay nada luminoso en ella. Y este es el significado del dicho: "La oscuridad no comprende la luz". Porque el alma no conserva el espíritu, sino que es preservada por él, y la luz comprende la oscuridad. El Logos, en verdad, es la luz de Dios, pero el alma ignorante es la oscuridad. Por esta razón, si continúa solitario, tiende hacia abajo hacia la materia y muere con la carne; pero, si entra en unión con el Espíritu Divino, ya no está indefenso, sino que asciende a las regiones donde el Espíritu lo guía: porque la morada del espíritu está arriba, pero el origen del alma es desde abajo. Ahora, al principio, el espíritu era un compañero constante del alma, pero el espíritu lo abandonó porque no estaba dispuesto a seguirlo. Sin embargo, reteniendo como si fuera una chispa de su poder, aunque no pudo, por el motivo de la separación, discernir lo perfecto, mientras buscaba a Dios que se configuraba para sí mismo en sus muchos dioses errantes, siguiendo los sofismas de los demonios."


Lo pongo para mostrar el error de los negadores de la inmortalidad del alma. Niegan que el alma sea inmortal porque no la comprenden, como Taciano. Él considera al espíritu y al alma dos cosas distintas, cuando en realidad es lo mismo.
El espíritu es de naturaleza inmortal, y nuestra alma no contiene el espíritu, nuestra alma ES espiritual.
Niegan la inmortalidad del alma porque piensan que, siendo Dios Inmortal y aquél que concede la vida, no pueden vivir en espíritu aquellos que rechazan a aquel que concede la inmortalidad, entonces, el alma muere. No entienden que los espíritus son inmortales porque así los ha creado Dios, por eso los ángeles y demonios no dejan de existir. Y si los ángeles pueden existir aún estando sin cuerpo, lo mismo nuestros espíritus.
En fin, aunque Taciano negara la inmortalidad del alma, igualmente creía que pueden ser inmortales. Claro, podrían (para él) si Dios quisiera. Y aún así, es el único a quien le podemos dar el crédito a adventistas y testigos de Jehová, que negara la inmortalidad del alma.

Hechos de Pablo y Tecla.


Este texto, escritos cerca del año 160, muestran también que los difuntos seguían con vida:
"Después de esta ceremonia, Trifena la recibe de nuevo en su casa, pues su hija muerta se le había aparecido en sueños y le había dicho: «Madre, tendrás a esta extranjera solitaria, a Tecla, en mi lugar, para que ore por mí y yo sea trasladada al lugar de los justos»."

Acá no solo se refleja la creencia en la inmortalidad del alma, sino que se refleja también la creencia de que hay salvados que no gozan de la visión beatífica (el cielo, en definitiva). Por lo que viene a mostrar la existencia de una purificación luego de la muerte, que puede ser ayudada por nuestras oraciones.


San Policarpo de Esmirna.


San Policarpo fue obispo de Esmirna, fue discípulo del Apóstol San Juan y murió martirizado en el año 155.
Arguyen una cita suya, de El Martirio de Policarpo, la cual es:
"Yo los bendigo a ustedes porque ustedes me han considerado a mí digno de este día y hora, de que yo pueda recibir un lugar entre el número de mártires en la copa de su Cristo, para la resurrección a vida eterna, tanto del alma y del cuerpo, en la incorruptibilidad del Espíritu Santo" (El Martirio de Policarpo, 14: 2).

Sin embargo, veamos lo que dice San Policarpo en su Carta a los Filipenses, capítulo 1:
"... lleva fruto para nuestro Señor Jesucristo, que sufrió para hacer frente incluso a la muerte por nuestros pecados, a quien Dios levantó, habiendo soltado de los dolores del Hades, a quien amáis sin haberle visto, con gozo inefable y glorioso; en cuyo gozo muchos desean entrar; por cuanto vosotros sabéis que es por gracia que somos salvos, no por obras, sino por la voluntad de Dios por medio de Jesucristo."


Está claro lo que es el Hades. No es la inexistencia, como dicen los testigos de Jehová, ni es una simple metáfora para referirse a donde habitan los muertos que dejaron de existir. Verdaderamente se creía que los difuntos seguían existiendo en espíritu, y que en espíritu iban al Hades, Infierno o Sheol (como gusten llamar). Esta era creencia judía, y así lo atestigua, por ejemplo, Flavio Josefo. También era la creencia de los fariseos (en contraposición a los saduceos, que no creían ni en los ángeles, ni en la inmortalidad del alma ni en la resurrección).

Por tanto, no hay que torcer lo que ellos expresaban. Policarpo en ningún momento quiere decir que el alma dejó de existir y volverá a existir, simplemente quiere dejar clara la fe en la resurrección, pues había quienes la negaban. Así lo deja claro:
"Porque todo el que no confiesa que Jesucristo ha venido en la carne, es anticristo; y todo el que no confiesa el testimonio de la cruz, es del diablo; y todo el que tergiversa las palabras del Señor para sus propios deseos carnales y dice que no hay resurrección ni juicio, este hombre es el primogénito de Satanás" (Filipenses 6).

Y precisamente, el decir que la resurrección será en alma y cuerpo, viene a fundamentar que lo que deja de existir es la persona, no el alma y el cuerpo, que por separado siguen existiendo. 
Tal cita no sirve para mostrar que Policarpo negaba la inmortalidad del alma. Utilicemos su misma lógica pero aplicado a otra doctrina. Por ejemplo, en su carta a los filipenses, capítulo 2, dice: 
"Ahora bien, el que le levantó a Él de los muertos nos levantará también a nosotros; si hacemos su voluntad y andamos en sus mandamientos y amamos las cosas que El amó". 
Si interpretamos esto como lo hacen aquellos que niegan la inmortalidad del alma, deberíamos concluir que San Policarpo dice que solo resucitarán los que hacen la voluntad de Dios, y no los injustos. Se ve lo absurdo de tal interpretación, pues sabemos que para Policarpo tanto justos como injustos resucitarán. 

Pero, de igual forma, acá tenemos el golpe definitivo que muestra que Policarpo SÍ creía en la vida después de la muerte. Carta a los Filipenses, capítulo 9:
"Por tanto, os exhorto a todos a ser obedientes a la palabra de justicia y a soportarlo todo, según visteis con vuestros propios ojos en los bienaventurados Ignacio, Zósimo y Rufo, sí, y en los otros también que han venido a vosotros, así como en el mismo Pablo y en el resto de los apóstoles; estando persuadidos de que todos éstos no corrieron en vano, sino en fe y justicia, y que están en su lugar debido en la presencia del Señor, con el cual han sufrido también. Porque no amaron al mundo presente, sino a Aquel que murió por amor a nosotros y fue resucitado por Dios para nosotros."

San Ignacio de Antioquía.

San Ignacio fue obispo (se cree) de Antioquia, y escribió cartas a varias Iglesias mientras iba como prisionero hacia Roma donde sufriría el martirio devorado por fieras, cerca del año 107.
Algunos quieren ver en sus palabras una negación de tal doctrina, y para eso se basan en tres citas suyas, las cuales son:

"Por este fin sufrió el Señor el ungimiento derramado sobre Su cabeza, para que Él pudiera inspirar la inmortalidad dentro de Su Iglesia" (Efesios 17).

"... compartiendo del único y mismo pan, que es la medicina de la inmortalidad, y el antídoto para prevenirnos de morir, pero [que hace] que nosotros vivamos para siempre en Jesucristo" (Efesios 20).

"Sed sobrios como un atleta de Dios: El premio puesto delante de vosotros es la inmortalidad y la vida eterna, de la cual vosotros estáis persuadidos" (Carta a Policarpo, 2).

En lo que dice en ningún momento se niega la inmortalidad del alma. En la última cita, por ejemplo, no hay ningún inconveniente. Es lo mismo que dice Jesús en Juan 6, o lo que se dice en Misa ("Pan de vida"). La eucaristía es antídoto contra la muerte no en el sentido que entienden los negadores de la inmortalidad del alma (la inexistencia), sino el de la separación de Dios. Quien come de la Eucaristía tiene vida porque es fortalecido en la gracia de Dios (la vida espiritual), y evita así la muerte (la separación de Dios).


Ignacio no habla explícitamente de la inmortalidad del alma, pero sí implícitamente. Leyéndolo hay algunos esbozos y cosas interesantes para resaltar.

En su Carta a los efesios, dice:
"Solamente si somos encontrados en Cristo Jesús entraremos en la vida verdadera. Fuera de Él que nada tenga valor para vosotros, sino Aquél por quien yo llevo mis cadenas, perlas espirituales; quisiera resucitar con ellas, gracias a vuestra oración, de la que quisiera ser siempre partícipe para ser hallado en la herencia de los cristianos de Éfeso, que han estado siempre unidos a los apóstoles, por la fuerza de Jesucristo" (Efesios 11).

Lo que me interesó de este punto es que viene a confirmar lo dicho al principio, y que ya menciona San Pablo: la vida se tenía en Cristo, en nadie más; así las almas de los injustos no tenían vida, aunque no dejaran de existir. Porque la vida es concebida como la presencia en Dios, la participación de su divinidad, no el "existir".


"Yo sé quién soy y a quién escribo: yo soy un condenado; vosotros, habéis obtenido misericordia; yo estoy en el peligro; vosotros estáis seguros. Vosotros sois el camino por donde pasan aquellos que son conducidos a la muerte para encontrar a Dios, iniciados en los misterios con Pablo, el santo, quien ha recibido el martirio y es digno de ser llamado bienaventurado. Pueda yo ser encontrado sobre sus huellas cuando alcance a Dios; en todas sus cartas os recuerda en Jesucristo" (Efesios 12).

Bienaventurados los perseguidos a causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos, dice el Señor (Mateo 5,11). La bienaventuranza es el fin último a que está llamado el hombre, a Dios. Por lo que si San Pablo es bienaventurado, hemos de pensar que ha llegado a su meta, a Dios.
Como él mismo dice "Corro hacia la meta, para ganar el premio al que Dios nos llama arriba en Cristo Jesús" (Filipenses 3,14), "Deseo partir para estar con Cristo, lo cual sin dudas es mucho mejor" (Filipenses 1,23), "Cuando vivimos en el cuerpo estamos lejos del Señor... Pero tenemos ánimo e incluso preferimos exiliarnos del cuerpo y vivir junto al Señor" (2 Corintios 5,6-8).

Sigue Ignacio:
"No os equivoquéis, hermanos míos: aquellos que corrompen una familia "no heredarán el Reino de Dios". Así, si los que hacen eso son condenados a muerte, ¡cuánto más aquél que corrompe por su mala doctrina la fe de Dios, por la que Jesucristo ha sido crucificado! Aquél que así sea, irá al fuego inextinguible y lo mismo aquél que lo escuchare" (Efesios 16).

Otra vez, no habla de la inmortalidad del alma, pero contrapone el Reino de Dios, en el cual van los bienaventurados como San Pablo, al fuego inextinguible.


En su Carta a los magnesios, dice:
"... canto la alabanza de las iglesias; y ruego que pueda haber en ellas unión de la carne y del espíritu que es de Jesucristo, nuestra vida siempre segura: una unión de fe y de amor preferible a todas las cosas, y —lo que es más que todas ellas— una unión con Jesús y con el Padre; en el cual, si sufrimos con paciencia todas las asechanzas del príncipe de este mundo y escapamos de ellas, llegaremos a Dios" (Magnesios 1).


"¿cómo podremos nosotros vivir sin aquel a quien los mismos profetas, discípulos suyos ya en espíritu, esperaban como a su Maestro? Y, por eso, el mismo a quien justamente esperaban, una vez llegado, los resucitó de entre los muertos" (Magnesios 9).

Lo interesante de esto es que dice que resucitó a los profetas del Antiguo Testamento, que ya son discípulos suyos en espíritu. Esto podría ser porque Cristo les abrió las puertas del paraíso a las almas justas del Sheol (1 Pedro 3,19), haciendo que los espíritus de los justos llegaran a su perfección (Hebreos 12,22-24), porque el Evangelio fue predicado a los muertos (1 Pedro 4,6).


También escribió una Carta a los Romanos, en la que dice:
"Porque no quisiera que procurarais agradar a los hombres, sino a Dios, como en realidad le agradáis. Porque no voy a tener una oportunidad como ésta para llegar a Dios, ni vosotros, si permanecéis en silencio, podéis obtener crédito por ninguna obra más noble [...] Es bueno para mí emprender la marcha desde el mundo hacia Dios, para que pueda elevarme a Él" (Romanos 2).

"Escribo a todas las iglesias, y hago saber a todos que de mi propio libre albedrío muero por Dios, a menos que vosotros me lo estorbéis. Os exhorto, pues, que no uséis de una bondad fuera de sazón. Dejadme que sea entregado a las fieras puesto que por ellas puedo llegar a Dios.(Romanos 4).

"Los dolores de un nuevo nacimiento son sobre mí. Tened paciencia conmigo, hermanos. No me impidáis el vivir; no deseéis mi muerte." (Romanos 6).

"Mis deseos personales han sido crucificados, y no hay fuego de anhelo material alguno en mí, sino sólo agua viva que habla dentro de mí, diciéndome: Ven al Padre" (Romanos 7).

Como se ve, para Ignacio la muerte es entrar en la vida, es una ganancia (Filipenses 1,21), porque llega a su meta y va a Dios, igual que San Pablo.


También escribió una Carta a Policarpo, y dice en el capítulo 2:
"Sé prudente como la serpiente en todas las cosas e inocente siempre como la paloma. Por esto estás hecho de carne y espíritu, para que puedas desempeñar bien las cosas que aparecen ante tus ojos; y en cuanto a las cosas invisibles, ruega que te sean reveladas, para que no carezcas de nada, sino que puedas abundar en todo don espiritual. Los tiempos te lo requieren, como los pilotos requieren vientos, o un marino zarandeado por la tormenta (busca) un asilo, para poder llegar a Dios. Sé sobrio, como atleta de Dios. El premio es la incorrupción y la vida eterna, con respecto a la cual ya estás persuadido."


Y en el capítulo 6:
"Prestad atención al obispo, para que Dios también os tenga en cuenta. Yo soy afecto a los que están sometidos al obispo, a los presbíteros y a los diáconos. Que me sea concedido el tener mi porción con ellos en la presencia de Dios." 

Dice Ignacio que estamos hechos de carne y espíritu, que el espíritu es invisible, siendo el premio la incorrupción y la vida eterna. Y que él desea tener su porción en la presencia de Dios. No hay nada en Ignacio que haga pensar que él creyera que el alma muere sino que al contrario, hay razones para afirmar que él creía en la inmortalidad del alma.






sábado, 10 de noviembre de 2018

Refutando al Islam

Para responder a los argumentos de los musulmanes, me baso en esto:
https://www.islamreligion.com/es/articles/200/las-profecias-sobre-muhammad-en-la-biblia-parte-1-de-4/

El artículo en cuestión dice:
"Jesús y los apóstoles hablaban arameo, el arameo continuó siendo una lengua muy utilizada hasta alrededor del año 650 DC, cuando lo suplantó el árabe[2].  De cualquier forma, las ediciones modernas de la Biblia no son traducciones de los textos originales en arameo, sino que se basan en versiones en griego y latín.
Por estas razones, los musulmanes no aceptan que las versiones actuales de la Biblia sean palabra de Dios. "


¿De dónde sacan que la Biblia se escribió en arameo?
Las Escrituras se escribieron en hebreo y en griego, NO EN ARAMEO. Lo único que se dice que se escribió en arameo es el Evangelio de Mateo, NADA MÁS. Y de hecho, ni siquiera se sabe si es así, pues se dice también que se escribió en hebreo y no en arameo. En cualquier caso, se tradujo al griego inmediatamente después de ser escrito.

Dicen:
"No es absolutamente necesario para confirmar la veracidad de un profeta, que su llegada haya sido anunciada por profetas anteriores.  Moisés, fue el profeta enviado al Faraón, sin que su llegada fuera anunciada por un profeta anterior. Abrahám fue enviado por Dios en la época de Nimrod, sin haber sido profetizada previamente su llegada.  Noé, Lot y otros profetas verídicos, fueron enviados por Dios sin que se anunciara anteriormente su arribo.  Por esto, no se puede decir que sea condición para confirmar la veracidad de un profeta el que se lo encuentre mencionado en revelaciones anteriores a él, aunque en los Mensajes de los profetas verídicos, existe una solución de continuidad, y un mismo mensaje."


Utilizar el ejemplo de Moisés, Noé y Lot simplemente es una falacia de falsa analogía.
Jesús fue bien claro en sus enseñanzas, y éstas fueron guardadas por SU Iglesia. En caso de que surgiera algún profeta, tal profeta debería estar en concordancia con las enseñanzas de Jesús. Bien:
¿Celebran los musulmanes la Eucaristía, sacrificio de Cristo? No.
¿Tienen sacerdotes los musulmanes, con autoridad para bautizar, confirmar, consagrar, bendecir, excomulgar, enseñar, interpretar y perdonar pecados? No.
¿Tienen una cabeza visible? No.

Y de hecho, vayamos a lo básico:
¿Creen que Jesús es Hijo de Dios? No.
¿Creen que es consubstancial al Padre? No.
¿Creen que murió por nuestros pecados? no.
¿Creen que resucitó al tercer día? No.
Es decir, ni siquiera profesan el corazón de la enseñanza cristiana, la buena nueva: el kerygma.
Entonces si Mahoma era un profeta, era un falso profeta.
Y con esto se podrán excusan con "Bueno, bueno. Es que las Escrituras están corruptas". Aunque tomemos como cierta dicha afirmación, la corrupción no sería de tal alcance para torcer lo más central de la doctrina cristiana. Lo que los protestantes creen (que la verdad se corrompió y deformó en la Iglesia Católica) los musulmanes lo llevan al extremo. Que Jesús fuese crucificado es algo tan básico y universal que es imposible de que sea una corrupción. Ireneo, Justino, Policarpo, Hermes, Papías, Ignacio, la Didaché; Flavio Josefo, Tácito... todos estos testimonios, remontados incluso hasta el siglo I, en contra de los musulmanes. Así que sería interesante saber cuándo se corrompió la verdad.

Siguiendo con el tema. ¿Hablamos de que Dios envía hombres para anunciarlo, para que el hombre se arrepienta, para que se convierta, para reavivar la fe? Entonces podemos estar de acuerdo. Dios dijo a San Francisco de Asís "Ve y reconstruye mi Iglesia". Sin embargo, San Francisco no se inventó nuevas doctrinas ni fundó una nueva Iglesia ni cambió nada: su fe era la misma que la de aquellos que le precedieron.
Con la excusa de que "Ay, no todos los profetas tienen que aparecer en la Escritura, y la Escritura se ha corrompido" hasta Lutero es un profeta de Dios.

Luego dice que varios judíos y cristianos concuerdan en que se esperaba a un gran profeta, y que éste era Muhammad. Ajam, linda afirmación gratuita.
Si esperaban a un gran profeta que cambiara su doctrina, entonces no eran cristianos.

Por otro lado, es completamente absurdo justificar que las Escrituras se corrompieron en el hecho de que había variaciones entre las versiones de la Biblia. Las variaciones entre las copias más antiguas de las Escrituras del Nuevo Testamento y las actuales son MÍNIMAS e irrelevantes. Las que hay, son generalmente alteraciones en el orden de las palabras, como por ejemplo poner "Cristo Jesús" en vez de "Jesucristo". Y otra vez, las variaciones no llegan a la magnitud de torcer toda la doctrina de Cristo.


El artículo que continúa es este:
https://www.islamreligion.com/es/articles/199/las-profecias-sobre-muhammad-en-la-biblia-parte-2-de-4/

Dicen que el Profeta prometido en Deuteronomio 18,15-18 es Muhammad y no Jesús.
¿En qué quedamos? ¿van a aceptar las Escrituras cristianas o las van a interpretar a antojo, tomando lo que les gusto y rechazando lo que les contradice?
En el Nuevo Testamento se dice que aquél es Jesús:
Hechos 3,22.
Hechos 7,35.
Juan 1,17.
Juan 1,45.
Juan 5,45.
(Ya luego vuelvo sobre este punto).

Luego, ponen un cuadro en donde comparan a Moisés con Jesús y Muhammad. Y claro, si el profeta que suscitaría Dios se parecería a Moisés, Muhammad se parece más a Moisés que Jesús. Es gracioso que los musulmanes utilicen esto refiriéndose a Muhammed, y simplemente basándose en que dice "semejante a ti (Moisés)".
Pero ignoran completamente que el mismo texto está diciendo que el profeta sería suscitado de entre SUS HERMANOS, es decir, DEL PUEBLO DE ISRAEL, de donde sí venía Jesús y no Muhammad.
Además, este "semejante a ti" no tiene porqué referirse a los aspectos más comunes de la vida. Será semejante a Moisés porque librará al pueblo y establecerá una nueva alianza, cosa que hizo Jesús. Pero en fin, veamos los puntos.

Hay 12 puntos a comparar.
1.- Nacimiento.
Moisés y Muhammad nacieron de forma natural, mientras que Jesús nació de forma milagrosa.
Nada que objetar, un simple dato irrelevante que no demuestra en nada que Muhammed sea el profeta.
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2.- Misión.
Moisés y Muhammad serían profetas, mientras que Jesús dijo ser Hijo de Dios.
Acá se puede ver que quien ha escrito el artículo desconoce la fe cristiana. Jesús, para los cristianos, es sacerdote, profeta y Rey.
Jesús mismo dice ser Profeta, en Marcos 6, 4, cuando no fue bien recibido en Nazaret, su tierra: "Mas Jesús les decía: No hay profeta sin honra sino en su propia tierra, y entre sus parientes, y en su casa".
También lo dice en Lucas 13,33; y lo dicen las multitudes en Juan 6,14; Lucas 7,16-17; Juan 16,19 y Lucas 24,18.
Así que si es por esto, Jesús coincide con Moisés.

3.- Padres.
Dicen que Moisés y Muhammad tuvieron padre y madre, mientras que Jesús solo tuvo padre.
Pues bien, se ve que solo ponen puntos que les convienen. Como ponen esto, podrían también poner cualquier cosa: ni Moisés ni Muhammad caminaron sobre las aguas y Jesús sí. Es así como están actuando.
En fin. Jesús no tenía solo madre, Jesús tenía Padre (Mateo 8,29; Marcos 1,1; Lucas 1,35). Era Hijo de Dios por naturaleza, e hijo de José ante la ley (Mateo 13,55).

4.- Vida familiar.
Moisés y Muhammad se casaron y tuvieron hijos, mientras que Jesús no. Más de lo mismo.
Sin embargo, la Esposa de Cristo es la Iglesia (Apocalipsis 18,23), y sus hijos son los cristianos (Apocalipsis 12,17).

5.- Aceptación de su pueblo.
Dicen que Moisés fue aceptado por su pueblo, los judíos; al igual que Muhammad fue aceptado por los árabes; mientras que Jesús no fue aceptado por su pueblo.

6.- Autoridad política.
Tanto Moisés como Muhammad tuvieron autoridad política, y Jesús no.
Bueno, pero Jesús bien dijo "Toda autoridad se me ha dado en el cielo y en la tierra" (Mateo 28,18), y que, siendo Dios, él confiere toda autoridad a los hombres. "No tendrías ninguna autoridad sobre mí si no se te hubiese dado de lo alto", responde Jesús a Pilatos.

7.- Victoria sobre sus oponentes.
Moisés venció al Faraón y Muhammad a los mecanos, mientras que a Jesús... le crucificaron.
Según los musulmanes, la muerte de Cristo es una derrota.
"Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, ya reconciliados, seremos salvos por su vida".
"Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo, Jesús, me ha librado de la ley del pecado y de la muerte" Romanos 8,12.
"Así también el Cristo es ofrecido una vez para agotar los pecados de muchos; la segunda vez se manifestará para salud a los que sin pecado lo esperan" Hebreos 9,28.
La muerte de Cristo es su triunfo sobre el pecado, no una derrota. Así que si es por eso, Cristo venció más perfectamente que Muhammad, pues Jesús pudo hacer ni lo que Muhammed podía.

8.- Muerte.
Tanto Moisés como Muhammad tuvieron muerte natural, mientras que Jesús murió crucificado.

9.- Entierro.
Tanto Moisés como Muhammad fueron enterrados en una tumba, mientras que la de Jesús está vacía.

10.- Divinidad.
Ni Moisés ni Muhammad dijeron ser divinos, y de Jesús se dice que lo era.
Más de lo mismo, tomar datos a conveniencia ¿por qué no tomaron también que Jesús convirtió el agua en vino y que ni Moisés ni Muhammad lo hicieron, y ahí tienen otra coincidencia?

11.- Edad de inicio de su misión.
12.- Resurrección.
Y éstas ya sabemos, van a terminar en la misma conclusión.


Ahora, sería interesante repasar las similitudes entre Jesús y Moisés.
1.- Ambos salieron del pueblo de Israel.
2.- Ambos tuvieron que esconderse por la persecución siendo niños (Éxodo 1,15-16; Mateo 2,16).
3.- Ambos volvieron para liberar a su pueblo de la esclavitud (Oseas 1,11; Mateo 2,13-15).
4.- Ambos establecieron una Alianza.
5.- Como Moisés libró a los judíos de la esclavitud del faraón haciéndoles cruzar las aguas del mar rojo, del mismo modo Jesús libró a los hombres de la esclavitud del demonio mediante las aguas del bautismo.
6.- Así como Moisés levantó en un palo la serpiente en el desierto para sanar a aquellos que le miraran, del mismo modo Jesús fue levantado en el leño de la cruz para salvar a todo aquel que le aceptare (Juan 3,14-15).
7.- Así como Moisés selló la alianza rociando al pueblo con la sangre del sacrificio, Jesús selló su alianza con su sangre "derramada por ustedes y por muchos".
8.- Moisés contó con 70 hombres para gobernar Israel (Números 11,16-17) y Jesús contó con 70 discípulos (futuros presbíteros para regir la Iglesia. Lucas 10,1).
9.- Así como Moisés envió 12 espías a Canaán (Deuteronomio 1,22-23), Jesús envió 12 Apóstoles a los confines de la tierra (Marcos 3,14; Mateo 28,19).
10.- Así como Moisés ayunó 40 días (Éxodo 34,28), de igual manera Jesús (Mateo 4,2-3).
11.- Ambos tenían dominio sobre el agua (Éxodo 14,21; Mateo 8,24-26).
11.1.- Y uno la convirtió en sangre (Éxodo 7,20) y el otro en vino (Juan 2,7-10).
12.- Moisés resplandeció (Éxodo 34,29), y Jesús se transfiguró (Mateo 17,2).
13.- Moisés rechazó convertirse en gobernante (Hechos 11,24-25), al igual que Jesús (Mateo 4,8-9).
14.- Ambos crecieron en sabiduría (Hechos 7,22; Lucas 2,52).
15.- Moisés murió en el monte Moab (Deuteronomio 34,1-5), y Jesús en el monte Gólgota (Juan 19,17-18).
16.- Moisés dio de comer el maná del cielo (Juan 6,31), sin embargo Jesús da de comer el pan de vida (Juan 6,35).
17.- Tanto Jesús como Moisés fueron jueces (Éxodo 19,7; Mateo 5,17).


En definitiva, las cosas más relevantes que hizo Moisés, las hizo también Jesús. Si Muhammad es el profeta por los 12 puntos que mencionaron, entonces Jesús lo es más por todos esos puntos.


Con ese punto aclarado, pasemos a lo que sigue afirmando el artículo:
"Aquí se dice que el Profeta surgiría de entre los hermanos de los judíos. Abrahám tuvo dos hijos: Isaac e Ismael, los judíos son la descendencia de Jacob, el hijo de Isaac y los árabes la descendencia de Ismael.
“Y él (Ismael) habitará frente a sus hermanos” (Génesis 16:12)
“Y él (Ismael) murió frente a sus hermanos” (Génesis 25:18)
Por tanto, los descendientes de Isaac son hermanos de los de Ismael, y Muhámmad, era descendiente de Ismael."

Vemos cómo tuercen las Escrituras para hacer coincidir lo que ellos quieren.
Cuando se habla de "hermanos" se habla del pueblo judío, no de los descendientes de Ismael. Por eso el versículo 15 dice "De en medio de ti". ¿Estaba Muhammad en medio de los judíos? No.
¿Qué significa "en medio de ti"? En medio del pueblo de Dios, de las 12 tribus de Israel. "En medio de ti", ahí no había ismaelitas, sino israelitas. Por eso Dios siempre dice que es el "Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios de Jacob". ¿Dónde queda Ismael? en ningún lado.

Luego, es gracioso cómo ponen los testimonios de musulmanes:
"El primero ‘Abdul Áhad Dawud, conocido antes de islamizarse como el Reverendo David Benjamín Keldani, era un sacerdote católico romano de la secta unitaria-caldea, y escribió el libro “Muhámmad en la Biblia”, donde dice sobre esta profecía:
Si estas palabras no se aplican a Muhámmad, la profecía no se ha cumplido.  Jesús nunca dijo ser el Profeta al que se refieren estas palabras, incluso los propios discípulos de Jesús sostuvieron este punto de vista, esperando que se cumpliría antes de la segunda vendida de Jesús.  (ver Hechos 3: 17,24).  Queda claro que Jesús en su primera venida no es el Profeta indicado, por lo que esta profecía debería cumplirse entre la primera y la segunda venida de Jesús.  Tal como afirma su iglesia, Jesús no trajo nuevas leyes, sino que vendría como juez, aunque anunció a otro, que traería una ley en su mano derecha."

Yo no sé si los musulmanes están ciegos o toman lo que se les antoja de las Escrituras.
Hechos 3:22
"Porque Moisés dijo a los padres: El Señor vuestro Dios os levantará profeta de entre vuestros hermanos, como a mí; a él oiréis en todas las cosas que os hable".

Bien, no lo dice Jesús, pero ¿En qué quedamos? ¿Vamos a seguir a Jesús sí o no? Dicen aceptar las Escrituras cristianas y sin embargo lo que no les gusta, lo rechazan. Sería interesante saber en base a qué toman las Escrituras de los discípulos de Jesús pero a su vez rechazan lo que decían los discípulos de Jesús. ¿Dónde está la lógica en eso?
Así, va a ser inspirado todo lo que ellos quieran y va a estar torcido y deformado lo que a ellos se le ocurran, dependiente el gusto.
¿Ignoran, acaso, que Jesús le dijo a sus Apóstoles "Quien a ustedes escucha, a mí me escucha" (Lucas 10,16); que les enviaría el Espíritu de la verdad, que estaría con ellos; y que el Espíritu hablaría por ellos? ¿Ignora que Jesús sopló sobre ellos y les dio el Espíritu Santo? ¿ignoran que Jesús les envió el Espíritu de la verdad en Pentecostés? ¿De verdad se puede ser tan necio? Ah, cierto, es que para los musulmanes el Espíritu de la verdad es Muhammad.
Las enseñanzas de Jesús no se pueden separar de las enseñanzas de sus discípulos. O se aceptan ambos, o se rechazan ambas.

Y por otro lado, no se ve en dónde no queda claro que Jesús es el Profeta de Deuteronomio 18,15 siendo que tiene más coincidencias con Moisés que Muhammad, y eso ya lo mostramos arriba.
De Muhammad las únicas coincidencias son cosas básicas y nada sorprendentes: tuvo padres, tuvo esposa e hijos, murió de forma natural, está enterrado ¿acaso eso son similitudes para mostrar que es el Profeta? ¿de verdad?
En fin.

https://www.islamreligion.com/es/articles/201/las-profecias-sobre-muhammad-en-la-biblia-parte-3-de-4/

Los musulmanes llegan al colmo. Quieren basarse en el Evangelio de Juan para justificar que el Paráclito no sería el Espíritu Santo sino Muhammad, y eso lo quieren hacer torciendo completamente la Escritura tomando solamente lo que les conviene y no todo lo que dice.

En fin, veamos lo que dicen:
"Este vocablo griego significa alguien que pide por otros, un intercesor, necesariamente una persona física, no un ente incorpóreo.  En griego los sustantivos siempre poseen género, que pueden ser masculinos, femeninos o neutros.  En el evangelio de Juan, capítulos 14, 15 y 16, el Paráclitos es nombrado como persona.  En idioma griego, todos los pronombres guardan consonancia con el sustantivo, el pronombre “El” es usado en referencia al Paráclito.  El nuevo testamento utiliza la palabra pneuma que significa “aliento” o “espíritu”, es el equivalente a ruah, palabra del hebreo utilizada en el antiguo testamento.  Pneuma, a diferencia de Paráclito, tiene género neutro, y se corresponde con un pronombre neutro."

1.- ¿Acaso no conocen la doctrina cristiana, que dice que el Espíritu Santo es una Persona?
No sé qué entienden los musulmanes por "ente incorpóreo". "Incorpóreo" es precisamente un Espíritu, lo que está diciendo Jesús (Lucas 24,39: "ved; que un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo").
 Por otro lado, ¿cuándo negamos que el Espíritu Santo intercede? Es precisamente lo que dice San Pablo: "Y de la misma manera, también el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; porque no sabemos orar como debiéramos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecible" (Romanos 8,26).

2.- Ignora completamente el hecho de que el pronombre "El" también es utilizado con el Espíritu Santo, como en el versículo que acabo de poner arriba. Así que eso no es ningún argumento que niegue que el Paráclito sea el Espíritu Santo.

Siguen diciendo:
"Las versiones actuales de la Biblia combinan los manuscritos antiguos, sin una regla clara que pueda usarse como referencia.  Los traductores de la Biblia han debido decidir cuál es la versión correcta de las escrituras en estos manuscritos.  Por esto, al no existir un manuscrito considerado unánimemente correcto, existen múltiples versiones de los mismos pasajes.  Tomemos Juan 14:26 como ejemplo.  Juan 14:26 es el único versículo que relaciona al Paráclito con el Espíritu Santo, pero en los “antiguos manuscritos” no se relaciona al Paráclito con el Espíritu Santo.  Por ejemplo, el famoso Códex Siriacus, escrito aproximadamente en el Siglo V DC y descubierto en 1812 en el Monte Sinaí, en el verso 14: 26 leemos: “El Paráclito, El espíritu” y no “El Paráclito, El Espíritu Santo”."


¿De verdad se puede ser tan estúpido para negarlo?
Lo único que tienen para negar que el Paráclito sea el Espíritu Santo es que se dice "El Paráclito, el Espíritu" y no "El Espíritu Santo".  Si van a basarse en esa estupidez, entonces bien. Apliquemos su misma lógica: Ahí tampoco dice "El Paráclito, Muhammad". ¿Ven qué estúpido suena? No hay que ser muy listo para darse cuenta que esa objeción es estúpida.

Ahora, ¿que Juan 14,26 es el único versículo que relaciona al Paráclito con el Espíritu Santo?
1.- Juan 14,16 dice que Jesús enviará el Paráclito A SUS APÓSTOLES, no a sus seguidores 600 años después. Y dice que estará con ellos PARA SIEMPRE.
2.- Juan 14,17 dice que el mundo no lo conoce, pero que los Apóstoles LO CONOCEN porque CON ELLOS PERMANECE Y PERMANECERÁ. Y ahí mismo se dice que es el Espíritu de la verdad. Es el mismo Espíritu que asistió a los Apóstoles en el concilio de Hechos 15,28: "Ha parecido bien al Espíritu Santo y a nosotros no imponerles otra carga".
3.- Juan 14,26 dice que el Paráclito, el ESPÍRITU (que es lo más acorde a alguien que está para siempre, que se conoce y que permanece), le enseñará a los Apóstoles todo lo que Cristo les ha dicho. Acá, otra vez, se habla A LOS APÓSTOLES, no a gente mucho después.
4.- Juan 20,21-23 dice que Jesús, luego de dar la paz, les dio el Espíritu Santo a sus Apóstoles. En Juan 14 Jesús había prometido enviar el Paráclito y había dicho "Mi paz les dejo, mi paz les doy". Y aquí, en Juan 20, es donde tal cosa se cumple: Jesús les da la paz y les concede el Espíritu.
5.- Marcos 13,11 y Lucas 12,11 viene a decir lo mismo que Juan 14.
6.- Juan 15,26 dice que el Paráclito, ESPÍRITU de la verdad, dará testimonio de Jesús. Ahora, ¿qué testimonio da Muhammed, si vino a negar toda la doctrina cristiana de principio a fin?


Ahora, ciertamente la dispensación del Espíritu Santo no se limita a los Apóstoles, sino que se extiende a la Iglesia de Cristo, a la sociedad jerárquica y visible que él mismo instauro para la preservación de su mensaje. Por eso San Pablo dice que la Iglesia es columna y baluarte de la verdad (1 Timoteo 3,15), porque ella es custodia de la doctrina de Cristo y por ella se da a conocer la multiforme sabiduría de Dios (Efesios 3,10).
Y Éste Espíritu que promete Cristo, es el Espíritu Santo que santifica a la Iglesia.


Siguiendo con el artículo, dicen que "Espíritu" en lenguaje bíblico significa "profeta".
Bien, si Jesús hubiese querido decir tal cosa, hubiese dicho de forma explícita que sería un profeta y no un Espíritu, sabiendo lo que eso significa y cuando podría confundirse con el "Espíritu Santo" que precisamente habla por los creyentes, les enseña, intercede y fue enviado por Cristo.
Es gracioso cómo tienen que hacer malabares para sostener doctrinas inventadas.

Dicen que Jesús afirmó que el Paráclito sería un ser humano por el hecho de que dice que "Él hablará", y porque el Espíritu Santo ya estaba con los Apóstoles..
Bueno, en ese caso la esencia Divina (Es decir, Dios mismo) es un ser corpóreo por la inmensa cantidad de veces que aparece en el Antiguo Testamento: "Dijo Dios", "Palabra del Señor"... ¿ven qué estúpido suena?
Por otro lado, ya queda claro, por Hechos 15,28; el Espíritu Santo "hablaba", porque "Ha parecido bien al Espíritu Santo y a nosotros no imponerles otra carga".

Ahora, sobre el hecho de que el Espíritu Santo ya estuviera con los Apóstoles. Bueno, Jesús en Juan 20,23 les da el Espíritu Santo, y sin embargo reciben al Espíritu Santo en Pentecostés (Hechos 2,1-4).
¿Cómo explicarán esto los musulmanes? ¿Cómo recibieron el Espíritu Santo en Pentecostés si ya lo tenían?
Para complicar aún más las cosas, los católicos tenemos los 7 sacramentos.
Bien, cuando alguien recibe al Espíritu Santo en el sacramento de la confirmación ¿cómo le hace? ¿acaso no tenía el Espíritu Santo antes del sacramento de la confirmación? ¿qué pasó?
En definitiva... ¿se ve lo absurdo de la objeción de los musulmanes?
Ah, y no olvidarse de que el mismo Señor dice que les enviaría el Espíritu Santo que hablaría por ellos, en los versículos que ya puse (Marcos 13,11; Lucas 12,11).


Siguen diciendo:
"En Juan 16:13, Jesús se refiere al Paráclito como a una persona y no como a una cosa, en siete menciones, ningún otro versículo de la Biblia contiene siete pronombres, por lo tanto, no cabe duda de que el Paráclito es una persona, y no el Espíritu Santo."


Por esto se ve que hablan de lo que no saben.
Según la doctrina  cristiana, el Espíritu Santo no es una cosa, es una Persona. Que no sea humana es tema aparte, pero un ser personal es. Los ángeles también son seres personales.

Luego dicen que la divinidad de Jesús es un invento muy posterior, aceptada por el concilio de Nicea en el año 325. Bueno, yo le recomiendo a quien escribió el artículo que lea a Tertuliano (del año 200) o que lea a Ignacio de Antioquia (año 107) que ya hablan de la divinidad del Hijo.

Dice que todos coincidían en que fue un profeta, no Dios, y en eso se basan en Mateo 21,11 y Lucas 24,16. Si es así, yo le recomiendo leer Juan 1,1 o Filipenses 2,5-14.


https://www.islamreligion.com/es/articles/198/las-profecias-sobre-muhammad-en-la-biblia-parte-4-de-4/

Ya aquí, pasan a describir la función del Paráclito.
Juan 16:13: “Él os guiará a la verdad”
Juan 16:14: “Él me glorificará”
Juan 16:8: "él convencerá al mundo de su pecado, y de la rectitud de Dios, y de la proximidad del juicio"
Juan 16:13: "Él no hablará de sí mismo, dirá lo que le es inspirado y deberéis oírlo"
Juan 14:26: "Y les recordará todo aquello que yo he dicho"
Juan 16:13: "Y Él les dirá lo que está por venir…"
Juan 14:16 "Él les dará algo que quedará con ustedes por siempre…"
Juan 14:17: "Él será el espíritu veraz"
Juan 14:17: "El mundo no lo verá"
Juan 14:17: "No sabrán de Él"
Juan 14:26: "El intercesor (Paráclito)"


Bien, si todo eso se lo van a atribuir a Muhammad, también se lo podemos atribuir a Arrio, a Nestorio, a Marción, a Valentín, a Sabelio, a Lutero, a Calvino, a Adam Smith y a cualquiera que venga a decir lo que se le antoje.

¿Lutero guió a la verdad? Según él, pues sí (Ah, qué curioso, según Muhammad él tenía la verdad ¡vaya coincidencia!).
¿Lutero glorificó a Dios? Pues sí, hasta la "Misa" celebraba para gloria de Dios.
¿Lutero convenció al mundo del pecado? A los "papistas" les acusó de todo.
¿Hablaba por sí mismo? "Mi doctrina la he recibido del cielo" decía Lutero.
¿Lutero vino a recordar todo lo que Jesús dijo? Según él, puff vino a restaurar el verdadero cristianismo, corrompido por la Roma papista.
¿Lutero era verídico? Según él y sus seguidores, Puff el enviado de Dios.
¿Cuánta gente conoce a Lutero? ¿cuántos luteranos hay en el mundo? Puff, si ese es el caso, los luteranos tienen más a su favor para decir que es Lutero y no Muhammad el Paráclito.

En fin, es bien absurdo lo que plantean, porque a las demás partes de la Escritura en donde se refiere al Espíritu Santo, las ignoran olímpicamente. Entonces, es ahí donde aplica el criterio musulmán: "No, no, no; esto está corrompido.... Ah, pero lo del Paráclito no lo está"
¿Acaso no saben los musulmanes que no pueden entender un texto si no es analizando el mismo texto? ¿Qué dice la Escritura del Paráclito y del Espíritu Santo?
Bueno, en cualquier caso, ya está más que demostrado que SÍ es el Espíritu Santo.