Un libertario verá esto y se le va a zafar un tornillo
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Libertarios |
Santo Tomás y los escolásticos |
Estado |
“Pero la diferencia fundamental entre los libertarios y otras
personas (…) [es] su visión del rol
del Estado, o sea, del gobierno. Para
los libertarios el Estado es el
agresor supremo, el eterno, el mejor organizado, contra las personas y
las propiedades del público” -Murray
Rothbard, Hacia una nueva libertad, c. 3.
“El
servicio al Estado excusa todas aquellas acciones que serían consideradas inmorales o criminales si
fueran cometidas por ciudadanos “privados”. La característica distintiva
de los libertarios es que aplican
serena e inflexiblemente la ley moral general a todos aquellos que forman
parte del aparato estatal, sin excepciones”. -Murray
Rothbard. Ídem.
“el poder es malo, quizás una
necesidad, pero una mala necesidad;
que es infinitamente corruptor; y que debe ser controlado, limitado, restringido
de todas las maneras compatibles con un mínimo de orden civil”. -Murray
Rothbard, Hacia una nueva libertad, c. 1. "En siglos pasados, los intelectuales afirmaban al público que el Estado o sus gobernantes eran divinos o, al menos, investidos de autoridad divina (...) En las últimas décadas, como lo de la sanción divina era algo trillado, los “intelectuales cortesanos” del emperador concibieron una apología cada vez más sofisticada: informaron al público que aquello que hace el gobierno es para el “bien común” y el “bienestar público”, que el proceso de imponer contribuciones y de gastar funciona (...) y que, en todo caso, una amplia variedad de “servicios” gubernamentales no podrían ser realizados de ninguna manera por ciudadanos que actuaran voluntariamente en el mercado o en la sociedad. El libertario niega todo esto: ve la variada apología como un medio fraudulento de obtener apoyo público para el gobierno del Estado, e insiste en que cualquier servicio que verdaderamente preste el gobierno podría ser suministrado en forma mucho más eficiente y moral por la empresa privada y cooperativa. Por lo tanto, el libertario considera que una de sus tareas educativas primordiales, y más desagradables, consiste en difundir la desmitificación y desacralización del Estado". -Murray Rothbard, Hacia una nueva libertad, c. 2. |
"Pues siendo natural al hombre el vivir en compañía de muchos, necesario es que haya quien rija esta muchedumbre (...) Esto conforme a la razón (...) el Rey es el que rige la muchedumbre de una ciudad o provincia, por el bien común" -Santo Tomás, Del Gobierno de los Príncipes, c. 1. "... cualquiera dominio, legítimo o tiránico, procede de la mano de Dios" -Santo Tomás, Del Gobierno de los Príncipes, c. 8. "El antiguo error puede ser referido en este lugar de ciertos judíos que tenían la costumbre de decir que Dios debe ser reconocido como una especie de príncipe y señor, porque parecen rechazar todo principado humano, y por lo tanto también el reino político, como contrario a la libertad humana (...) -Francisco Suárez, Defensio fidei catholicae, III, 1. "Además, la comunidad de hombres no se puede preservar sin justicia y paz, ni se puede preservar la justicia y la paz sin un gobernador que tenga el poder de ordenar y coaccionar; por lo tanto, en la comunidad humana es necesario un príncipe político para mantenerla firme en su deber (...) -Francisco Suárez, idem. Lo que es necesario y justo según la naturaleza, no puede ser una "mala necesidad" como dice Rothbard. Y por naturaleza, la autoridad civil tiene el poder de mandar y coaccionar, por lo que es absurdo considerar inmoral aquel poder que tiene por naturaleza y sin la cual no sería lo que es: autoridad civil. |
Sobre el fin del gobierno y la ley |
“John Locke planteó los derechos naturales de cada
individuo sobre su persona y su propiedad; el gobierno quedaba estrictamente limitado a defender esos Derechos”. -Murray Rothbard, Hacia una
nueva libertad, c. 1.
“Por lo tanto, declaraba Cato, el poder debe mantenerse reducido y el público debe enfrentarlo
con una vigilancia y una hostilidad permanentes”. -Idem. "... para el libertario el “crimen” es un acto de agresión contra el derecho de propiedad de un hombre, sea sobre su propia persona o sobre sus posesiones materiales". -Murray Rothbard, Hacia una nueva libertad, c. 2. |
"La ley es, pues, una razón permanente y exenta de toda variación, emanada de la mente divina, que manda cosas buenas y saludables, y que prohíbe lo contrario". -Juan de Mariana, De rege et regis institutione, I, II. “El propósito de
todo legislador es hacer buenos a los ciudadanos (…) Resulta, pues, manifiesto
que es propio de la ley inducir a los súbditos a su propia virtud.
Por otra parte, la virtud es la que hace bueno a quien la posee (obj.1).
Luego el efecto propio de la ley es hacer buenos a sus destinatarios,
bien en un sentido absoluto, bien en un sentido meramente relativo”. -Santo Tomás, Suma Teológica,
I-II, 92, 1. “La ley prescribe las obras de fortaleza, de templanza
y de mansedumbre, y en general dispone en materia de virtudes y
vicios, preceptuando aquéllas y prohibiendo éstos”. -Suma Teológica, I-II, 96, 3,
contra esto. “La justicia legal tiene por
término la observación de todas las leyes, en las que,
estableciéndose todo género de virtudes, éstas se hallan contenidas en
todo el ámbito de aquella justicia, y por consiguiente la injusticia
legal abraza todos los vicios”. Juan de Mariana. De rege et regis institutione, III, XII.
"El efecto de la ley,
que principalmente debe mirar el legislador, es hacer buenos a sus
súbditos, por medio de la cual bondad consigan el fin humano, que es
nuestra felicidad (...) Efecto de la ley hacer a los hombres diligentes y
probos". -Domingo de Soto, De iustitia
et iure, I, c. 2, a. 1.
"sola la virtud moral puede hacer un hombre bueno. Por
tanto todas las leyes civiles, ya versen acerca de las
artes, ya acerca de otras cosas, todas se han de dirigir al
bien del alma, con el cual se labra nuestra felicidad" -Domingo de Soto, idem.
"Por tanto, los
príncipes, que claramente conocen la verdadera felicidad, a ella
deben enderezar todas las leyes. (...) Las leyes justas son
causa productora de la felicidad. Y no pueden los
ciudadanos conservar decoroso el estado de la república
con las acciones externas, si no están robustecidas con
los hábitos internos de las virtudes". -Domingo de Soto. "Porque el poder civil propiamente dicho se ordena por sí solo directamente al estado conveniente y la felicidad temporal de la república humana para el tiempo de la vida presente, (…) Pero como la felicidad temporal o civil debe referirse a la felicidad espiritual y eterna, puede suceder que la materia misma del poder civil deba dirigirse de otra manera y regirse para el bien espiritual, que sólo la razón civil parecería exigir". -Francisco Suárez, Defensio fidei catholicae, III, 5. |
Coacción del gobierno |
“Y puesto que los
libertarios rechazan de modo fundamental toda agresión contra los
derechos de la persona y de la propiedad, se oponen a la institución del Estado por ser inherentemente el mayor enemigo de esos preciados derechos”. - Murray Rothbard, Hacia una nueva
libertad, c. 3. "la guerra equivale al asesinato masivo, el servicio militar obligatorio es esclavitud y los impuestos son robos". - Murray Rothbard, Hacia una nueva libertad, c. 2. "... los místicos arreos de la “soberanía” han enmascarado de tal modo al proceso que sólo los libertarios son capaces de llamar al cobro de impuestos como lo que es: robo legalizado y organizado en gran escala". -ídem. |
“A los hombres bien dispuestos se les induce más
eficazmente a la virtud recurriendo a la libre persuasión que a la
coacción. Pero entre los mal dispuestos hay quienes sólo por la
coacción pueden ser conducidos a la virtud” (Suma Teológica, I-II, 95, 1,
res. obj. 1).
“Ya dijimos (q.63 a.2) que hay dos clases de
virtud, la adquirida y la infusa. Para una y otra resulta
provechosa la costumbre, aunque de distinta manera, porque respecto de la
adquirida es causa, mientras que, para la infusa, concurre primero como
disposición y, una vez que se la posee, la conserva y desarrolla. Y
como la ley se da para dirigir los actos humanos, cuanto más estos actos
contribuyen a la virtud tanto más la ley hace buenos a los hombres. Por eso
dice el Filósofo en II Polit. que los legisladores hacen buenos a los
hombres suscitando costumbres” (Suma Teológica, I-II, 92, 1, res. obj.
1). “Además, si algunos recibieron
honores militares, prefecturas o prelacías de las iglesias, u otros destinos
y magistraturas, a éstos deberá imponérseles la obligación, con
la venia de los obispos, si fuere necesaria, de gastar parte de sus
rentas y productos en los adornos públicos, en la construcción de
puentes y en la edificación de hospitales y hospicios, para
alivio de los enfermos y pobres” -Juan de Mariana, De rege et regis institutione, III, X.
"Si bien el temor del
castigo no es simplemente virtud, con todo es la aguja que
introduce el hilo del amor: y por eso conviene atraer al camino a
los hombres corrompidos y desviados del sendero por el temor
del castigo, para que en adelante con la práctica de las virtudes
comiencen a hacérseles suaves las obligaciones de ellas" -Domingo de Soto, De iustitia
et iure, I, c. 2, a. 2. |
Justicia social o distributiva
mediante impuestos |
"...no importa cuán baja sea la carga impositiva o cuán igualitaria su distribución, por su misma naturaleza éste crea dos clases desiguales e inherentemente conflictivas en la sociedad: aquellos que pagan en forma neta los impuestos (los “contribuyentes”), y aquellos que viven en forma neta de los impuestos (los “consumidores de impuestos”)". -Murray Rothbard Hacia una nueva libertad c. 3. |
"Por lo cual el primer
objeto debe ser amparar la indigencia y aliviar al pueblo. Si se obligase a
los ricos a repartir equitativamente las riquezas que acumularon, en
este caso participarán todos de ellas y nunca habría escasez del pan que nace
para todos" -Juan de Mariana, De
rege et regis institutione, III, XIV. “Nunca, ni en los años de escasez,
deja la tierra de dar frutos para todos, y no habría miseria si las
reservas de trigo y dinero acumulados por los poderosos se entregaran en
beneficio común y alimento de los pobres. Así lo quiere Dios y lo
sancionan sus leyes”. “será más útil y saludable su
destino, si se invierte en usos públicos, y en socorrer la necesidad y
pobreza de los indigentes” -Juan de Mariana, De rege et regis institutione, III, X. "en la nueva ley [los
diezmos] son más cuantiosos, porque el Señor no sólo manda entregar a los pobres la décima parte, sino todo lo
superfluo, según aquel texto de Lc 22,41: Lo que os sobra, dadlo como
limosna. Incluso los mismos diezmos que se dan a los ministros deben ellos
distribuirlos, poniéndolos al servicio de los pobres" (Suma Teológica,
II-II, 87, 1, ad. 4). |
Intervención del Estado en la
economía |
“… lucharon
abiertamente por lograr la virtual
eliminación del gobierno de la vida estadounidense. Debía ser un gobierno
sin ejército o armada permanentes; un gobierno sin deudas y sin gravámenes federales directos ni
impuestos confiscatorios, y prácticamente sin aranceles a la importación –es decir, con niveles ínfimos de
impuesto y gasto–, un gobierno que no
se comprometiera en obras públicas o mejoras internas, que no controlara ni regulara, que dejara
al dinero y al sistema bancario en libertad” -Murray
Rothbard, Hacia una nueva libertad, c. 1. "como el libertario se opone a la invasión de los derechos de propiedad privada, esto también significa que desaprueba con el mismo énfasis la interferencia del gobierno en los derechos de propiedad o en la economía de libre mercado a través de controles, regulaciones, subsidios o prohibiciones" -Murray Rothbard Hacia una nueva libertad, c. 2. |
“Suelen mercaderes codiciosos
aumentar el precio de los objetos valiéndose de malas mañas y
vendiendo una cosa cien veces en el mismo punto; mas esto es también
preciso prohibirlo por medio de una ley, pues no es justo que por la
desenfrenada ambición de unos pocos deban pagar muchos con usura objetos que
son indispensables”. “El deseo del mercader es (…)
vicioso (…): querer mercar barato y vender caro. (…) El deseo de la república
es, al contrario, que se venda lo más barato que se pudiere (…) De aquí es
que tiene autoridad [la república]
para tres cosas: La primera: Para expeler y quitar de las ciudades a los
mercaderes Lo segundo, tiene autoridad, ya
que admita mercaderes, para reservar
para sí la traída, entrada y venta de algunas mercaderías o bastimentos (…) Lo tercero, tiene facultad para establecer y promulgar leyes que se guarden
en los contratos y tasar y poner los
precios en la ropa…” -Tomás de Mercado, Suma de Tratos
y Contratos, c. VI. |
Impuestos |
“Durante siglos, [el Estado] ha robado a la gente a
punta de bayoneta y ha llamado a esto
“recaudación de impuestos”. -Murray Rothbard, Hacia una nueva
libertad, c. 3. |
“Si los príncipes exigen a los
súbditos lo que conforme a justicia se les debe para conservar el
bien común, no cometen rapiña, aunque empleen la violencia” -Santo Tomás, Suma Teológica,
II-II, 66, 8, ad. 3. “En efecto, la razón
natural dicta que el pueblo provea de lo necesario a los ministros encargados
para bien del mismo del culto divino; al igual que debe sostener a su
costa a quienes cuidan del bien común, como son los príncipes, los
soldados y cualesquiera otros” –Santo Tomás, Suma Teológica, II-II, 87, 1.
“Impónganse solo módicos
tributos sobre los artículos de primera necesidad, el vino, el trigo, la
carne, los vestidos de lana y lino, principalmente cuando no haya en ellos
una delicadeza extrema; grávese, por lo contrario, con lo que en esto
se disminuya los artículos de puro recreo y lujo, los aromas, el azúcar,
la seda, el vino generoso, la carne de pluma y otros muchos que, lejos de ser
necesarios para la vida, no hacen más que afeminar los cuerpos y corromper
los ánimos. Favoreceríase así a los pobres, de que hay en España tan gran
número, se pondría freno al desenfrenado lujo de los ricos, se evitaría que
disipasen sus tesoros en los placeres de la mesa, y ya que esto no se
alcanzase, se haría redundar cuando menos su locura en favor de la
república. No se estrujaría así a los pobres dando con esto pie a nuevos
y graves trastornos, ni se permitiría que aumentasen excesivamente su poder y
riquezas los que ya están opulentos”. -Juan de Mariana.De rege et regis
institutione, III, VII. |
Libre comercio |
“Los nuevos conservadores sustituyeron
el antiguo odio (…) hacia las masas por el engaño y la demagogia, cortejándolas con los siguientes argumentos: “(…) debemos sustituir la rapacidad del
mercado libre (…) debemos reemplazar
los principios liberales de paz y libre comercio” -Murray Rothbard |
"Mas sobre todo, donde quiero
que esto se observe con especialidad, es con los vestidos que vienen
de otros reinos, los que no deben venderse sin imponerles un grande tributo". -Juan de Mariana.De rege et regis
institutione, III, VII. |
Derecho a la libertad |
“La Iglesia y el Estado fueron rigurosamente separados en los nuevos
Estados, y se estableció la libertad
de culto”. -Murray Rothbard, Hacia una nueva
libertad, c. 1. “En este sentido podemos calificar
al liberalismo de indiferente o
agnóstico (…) Los liberales rechazan resueltamente todo sistema
teocrático, pero nada tienen que oponer a las creencias religiosas mientras éstas no interfieran en los asuntos sociales, políticos y económicos”. -Ludwig von Mises, La acción
humana.
“Hasta el advenimiento del mundo
moderno, esos intelectuales fueron inevitablemente los clérigos (o los hechiceros),
los custodios de la religión. Era una cómoda
alianza esta antigua sociedad entre la Iglesia y el Estado; la Iglesia informaba
a sus engañadas huestes que el rey
gobernaba por mandato divino y, por lo tanto, había que obedecerlo; a
cambio, el rey encauzaba gran parte de
los ingresos impositivos hacia las arcas de la Iglesia. De ahí viene la gran importancia, para
los liberales clásicos libertarios, del éxito en su objetivo de separar la
Iglesia y el Estado”. -Murray Rothbard. "En realidad, no hay derechos humanos que sean separables de los derechos de propiedad. El derecho humano a la libertad de expresión es sencillamente el derecho de propiedad para alquilar un recinto de reunión a sus dueños, o para poseer uno; el derecho humano a la libertad de prensa es el derecho de propiedad para comprar materiales y luego imprimir folletos y libros y venderlos a quienes estén dispuestos a comprarlos (...) Esos derechos siguen siendo absolutos, pero son derechos de propiedad. Aquel que con intención maliciosa grita “fuego” en un teatro lleno es en verdad un criminal, pero no porque su llamado “derecho a la libertad de expresión” deba ser pragmáticamente restringido en nombre del “bienestar público”; es un criminal porque ha violado clara y obviamente los derechos de propiedad de otra persona.". -Murray Rotbhard, Hacia una nueva libertad, c. 2. |
“Si piensan que a ellos [a los
gobernantes] les es lícito y que pueden dar preceptos contrarios a la
religión verdadera son herejes o ciertamente ateos, pues quien cree que
existe Dios no puede menos de creer que sus preceptos deben ser antepuestos a
los mandatos de los hombres, siendo como es la jurisdicción de Dios muy
superior" -Francisco de Suárez, Tractus de
legibus ac Deo Legislatore, III, XII, 5. “No hay, en cambio, razón alguna para tolerar los ritos de los
infieles, que no nos aportan ni verdad ni utilidad, a no ser para evitar algún mal, como es el escándalo, o la
discordia que ello pudiera originar, o la oposición a la salvación de
aquellos que, poco a poco, tolerados de esa manera, se van convirtiendo a la
fe” -Santo Tomás, Suma Teológica,
II-II, 10, 11. "Los males no tienen término
desde el momento que se abre la puerta a una religión nueva; y el
mismo día que se diese libertad a nuevas opiniones, en el mismo se pondrá fin
a la felicidad de la república, y el nombre de la libertad,
hermoso en la apariencia, y que en todos tiempos ha seducido a millares de
hombres, será un nombre vacío y sin significado". -Juan de Mariana, De rege, III,
XVII. “Juzgo, pues, que la
licencia del teatro es una terrible peste para los cristianos, y una
ignominia gravísima al nombre que llevan. Juzgo, igualmente, que el
príncipe (…) y si le fuere posible desterrará esta
truhanería en todos sus dominios, y no permitirá que las costumbres de
sus súbditos se manchen con tal inmundicia (...) No [hay que] conceder a los
cómicos una licencia poco juiciosa para hacer lo que mejor les parezca; para lo
cual conviene que se den ciertas leyes que circunscriban los
términos de los que no les sea lícito pasar impunemente.” -Juan de Mariana, De rege, III,
XVI. |
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