lunes, 10 de diciembre de 2018

Refutando a Respuestas Evangélicas sobre el bautismo de niños.

Primeramente, tanto protestantes como católicos aceptamos que sin la fe no podemos agradar a Dios, y que somos salvos gratuitamente por su gracia.
Ahora, cuando se dice que el bautismo es necesario para la salvación se dice que por lo menos el deseo de recibirlo es condición, y para Dios el deseo del bautismo tenido como realizado.

Los argumentos de "Respuestas Evangélicas" están sacados de sus artículos.
Éstos son los de "Bautismo de bebitos, parte I".

Sus objeciones:

1.- Jesús dijo que dejen que los niños vayan a él (Marcos 10,14), el reino les pertenece, y en ningún momento se dice que necesiten del bautismo.
2.- Somos salvos por la fe, no por el bautismo (Juan 1,11-17; 3,16; Hechos 10,43; 13,38; 16,31; 26,28; Efesios 2,7; 4,32).
3.- El evangelio trae salvación (1 Corintios 15E,2) y el bautismo no es parte del evangelio.
4.- Sobre el bautizar familias enteras (Hechos 16,29-34), se dice que para salvarse es necesaria la fe (Romanos 10,17). La fe viene primero que el bautismo, por tanto el bautismo no es necesario para la salvación.

Respondo:

1.- Alguien no se puede salvar si no tiene la fe (Hebreos 11,6), como el mismo protestante acepta en el punto 2. Los niños no tienen fe, y por tal motivo son bautizados en virtud de la fe de los padres, tal como los niños de la antigua ley eran circuncidados en virtud de la fe de sus padres. Como dice David en el Salmo 51,6, en pecado lo concibió su madre; y Jeremías (1,5) como Juan (Lucas 1,41) fueron santificados en el seno de sus madres, por lo que antes no tenían la gracia santificante. Si no tenían la gracia santificante, no podían haberse salvado (Romanos 3,24). En la Antigua Alianza, los niños recibían la gracia santificante con la circuncisión, figura del bautismo (Colosenses 2,11-12). Si podía circuncidarse a los niños, puede bautizárselos.

Podrá objetarse que si Dios santificó a Juan y Jeremías en el vientre, lo mismo puede hacer con todos los niños y no necesitar la el bautismo. Ahora, a esto se responde que lo de Zacarías y Juan fue una gracia especial de Dios, no el modo ordinario. En su forma ordinaria, los niños nacidos no están en gracia, y por tal motivo necesitan ser bautizados, motivo por el cual se les confiere el bautismo. No bautizarlos es rechazar la gracia que Dios les da.

Podrá objetarse, también, que si basta la fe de los padres y de la Iglesia para que sean bautizados y tal sea válido, entonces basta también la fe de los padres para que reciban la gracia sin necesidad del bautismo. A esto se responde que, naciendo los niños y negándoselos el bautismo, ahí no hay intención de que se salven, pues precisamente se rechaza el bautismo que justamente les otorga la gracia santificante.

2.- Sí, somos salvos por la fe, por eso quien cree y hace contrición perfecta, aunque no pueda bautizarse pero sí tenga el deseo, ese tal se salva. Pero aquel que no tiene el deseo de bautizarse, no puede salvarse, ya que el bautismo nos salva, como dice explícitamente el apóstol San Pedro (1 Pedro 3,21) y nuestro Señor (Juan 3,5), y San Pablo (Romanos 6,3.7).  Santo Tomás de Aquino explica cómo alguien que no ha recibido el bautismo, puede salvarse:
"A uno le puede faltar el sacramento del bautismo de dos maneras. Una, de hecho y de propósito, como ocurre a los que ni están bautizados ni quieren bautizarse...
Otra, a uno le puede faltar el sacramento del bautismo de hecho pero no de propósito, como es el caso de quien desea recibir el bautismo pero inopinadamente es sorprendido por la muerte antes de recibirlo. Este puede conseguir la salvación sin el bautismo de hecho, por el deseo del bautismo, un deseo que procede de la fe que actúa por la caridad, por la que el hombre es santificado interiormente por Dios, cuyo poder no está limitado a los sacramentos. Por eso dice San Ambrosio a Valentiniano, muerto cuando era todavía catecúmeno: Yo perdí al que había de regenerar, pero él no perdió la gracia que había solicitado."
Y más adelante, dice:
"Se dice que el sacramento del bautismo es necesario para la salvación porque el hombre no se puede salvar si no tiene al menos deseo de recibirlo, el cual cuenta para Dios como realizado"

3.- El bautismo sí es parte del Evangelio (Mateo 28,19), ya que la salvación solo es para el que cree, se arrepiente y es bautizado (Marcos 16,15-16; Juan 3,5).

4.- Lo mismo que la respuesta 2.

Este es el siguiente artículo: "El bautismo de bebitos, parte II."

Sus objeciones:

5.- Las personas no reciben el Espíritu Santo (por tanto regeneradas y salvas) con el bautismo, sino antes (Hechos 10,44-46).6.- El sello es el Espíritu Santo (Efesios 1,13; 4,30; 1 Corintios 1,21-22).
7.- El bautismo no limpia los pecados, sino el arrepentimiento (Hechos 2,38).
8.- Creer nos quita el pecado y nos da el Espíritu, no bautizarse (Hechos 10,43).
9.- Sobre Hechos 10,43, un católico respondió que en el v.47 se deja claro que a quienes han recibido el Espíritu Santo no se les puede negar el bautismo de agua. Ergo, el católico acepta que el bautismo no es necesario y se contradice.
10.- No puede alegarse la circuncisión, porque en la nueva alianza primero hay que creer y luego bautizarse.
11.- Efesios 2,6-19, citado por los católicos para decir que el bautismo nos hace miebros de Cristo, en ningún momento se nombra el bautismo.
12.- Si el bautismo infantil fuera bíblico, ¿por qué no lo encontramos en la Biblia? Y si era necesario para la salvación, ¿por qué Jesús no bautizó a nadie?
13.- Hechos 22,16, utilizado por los católicos, dice que somos lavados de los pecados por invocar el nombre de Jesús, no por el bautismo.
14.- Tito 3,5, utilizado por los católicos, no dice que somos regenerados por el bautismo, sino que habla de un regeneramiento espiritual. La regeneración es el lavamiento de las culpas.
15.- Aunque es cierto que somos concebidos en pecado original, no se necesita el bautismo para salvarse. Jesús dice que dejemos que los niños vayan a él (Marcos 10,14). Ellos son inocentes, por lo que no necesitan el bautismo.
16.- Somos salvos por la fe en el sacrifico de Cristo, no por el bautismo (1 Juan 1,7; 1 Corintios 15,3).

Respondo:

5.- San Pablo enseña que somos sepultados al pecado en el bautismo, y sepultados somos justificados (Romanos 6,3-7), por lo que tenemos una "contradicción". Quienes reciben el Espíritu Santo antes del bautismo reciben la gracia, sí, pero no de modo absoluto, pues hay que creer y luego ser bautizado (Marcos 16,15-16; Juan 3,5). Aquel que cree pero no se bautiza ni tiene el deseo de hacerlo, no puede salvarse, ya que el bautismo es necesario para la salvación (1 Pedro 3,21).
En los adultos, para recibir el bautismo que salva primero hay que creer y arrepentirse, y con eso tienen el deseo del bautismo. Por eso siempre aparece que creyeron y luego los bautizaron, porque el bautismo, otra vez, es necesario, pero no tendría ningún efecto si la persona anteriormente no creyera ni se arrepintiera.

6.- Y el Espíritu Santo se recibe en el bautismo, bastando el deseo de recibirlo, que cuenta como realizado.

7.- Lo mismo que el punto 5, en el bautismo morimos sepultados al pecados (Romanos 6,3-4), y por tanto nos da la gracia santificante, salvándonos (1 Pedro 3,21). El mismo versículos de Hechos 2,38 muestra que viene el arrepentimiento y luego el bautismo para el perdón de los pecados. El arrepentimiento no sirve de nada si no existe el deseo del bautismo. Y, como dice Santo Tomás de Aquino, cuando se dice que el bautismo es necesario para la salvación se refiere a que por lo menos hay que tener el deseo, lo cual para Dios cuenta como realizado.

8.- Lo mismo que todo lo anterior.

9.- El católico no se contradice porque cuando afirma que el bautismo es necesario para la salvación dice que tiene que tener por lo menos el deseo del bautismo, el cual le es tenido como realizado.
10.- En la antigua alianza también había que creer, pero bastaba la fe de los padres. Ergo, no hay diferencia en eso.

11.- Efesios 2,5-6 dice que estamos muertos en el pecado para vivir en Cristo, lo mismo que dice Pablo en Romanos 6 sobre el bautismo. El bautismo nos confiere la gracia santificante, gracias a la Pasión de Cristo, por la cual Dios reconcilió al mundo y rompió la barrera de la enemistad (Efesios 2,16), y así por el bautismo entran a la familia de Dios (Efesios 2,19).
 Además, es cierto que por el bautismo entran a formar parte del cuerpo de Cristo. Como se dejó claro, la circuncisión era figura del bautismo (respuesta 1), y si por la circuncisión obtenían la gracia santificante y entraban a formar parte del pueblo de Dios, por el bautismo igualmente les es conferida la gracia y pasan a formar parte de Cristo.

12.- Existen verdades explícitas y verdades implícitas. Con dejar claro que el bautismo es necesario para la salvación y que de ello los niños no están exentos, no es necesario que exista un ejemplo de bautismo de niños en la Biblia.  Y sobre la segunda cuestión: Jesús sí bautizó, siendo que el bautismo fue instituido cuando Cristo fue bautizado. Pero la obligación del bautismo comenzó después de la Pasión y Resurrección, al establecerse la Nueva Alianza.

13.- El bautismo precisamente es invocando el nombre del Señor: "Yo te bautizo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo", tal como dice Jesús mismo (Mateo 28,19). La invocación se hace en el bautismo. Y que sea el bautismo el que nos lave lo deja claro San Pablo en Romanos 6,3-7, San Pedro en 1 Pedro 3,21 y Jesús en Juan 3,5.

14.- Otra vez, el bautismo es precisamente el que nos lava y nos quita las culpas, como ya quedó demostrado.  Y el hecho de que no se realizara el bautismo todavía y la persona fuera perdonada, no demuestra en nada que no sea el bautismo quien lave, porque, como se dijo, cuando se dice que el bautismo es necesario se refiere también a por lo menos el deseo de recibirlo. Es interesante lo que dice San Ambrosio sobre el emperador Valentiniano II, el cual había muerto sin el bautismo: "¿No obtuvo la gracia que deseaba? ¿No obtuvo lo que pidió? Ciertamente lo obtuvo porque lo pidió".

15.- Afirmación gratuita el decir que, a pesar de estar en pecado, no necesitan del bautismo. Y por otro lado, dejar que los niños se acerquen a Cristo es precisamente acercarlos el bautismo, fuente de la gracia, que nos hace miembros de su cuerpo.
Además, los niños son inocentes de pecados personales, pero no tienen la gracia, ya que tiene el pecado original. Si aceptamos que no necesitan el bautismo porque son inocentes, entonces aceptan la inmaculada concepción de María. Y no solo la de María, sino la de toda la humanidad.

16.- Los versículos que cita solo dicen que la sangre de Cristo nos lava de nuestros pecados, cosa que es completamente cierta. El bautismo precisamente tiene efecto en virtud del sacrificio de Cristo. De la pasión de Cristo brotó la sangre y el agua, por la cual somos lavados.



Siguiente y último artículo: "El bautismo de bebitos, parte III."

Sus objeciones:

17.- Hechos 16,31-33 no sirve para mostrar que a través de la fe de los padres se puede bautizar a un niño, ya que dice que se dice que la salvación es a través de la fe. Primero se cree y luego se bautiza.
18.- La salvación y el ser parte de la Iglesia es acto personal, por lo que no se puede obtener en el bautismo de infantes.
19.- Los ejemplos de Mateo 15,22-28; 17,15-19; 8,8-12 no sirven porque no hablan de la salvación ni sobre el bautismo. Nadie es salvo por terceros.

Respondo:
17.- Otra vez se exponen los argumentos ya respondidos en las respuestas 1, 2 , 5 y 7.

18.- Refutado ya en la respuesta 1. Además, vemos la contradicción. Dicen que la salvación es personal pero antes dicen que los niños no necesitan el bautismo, ni el creer para salvarse, y que tienen la gracia. Ahora, si para querer salvarse hay que tener fe, pero no les es tenida en cuenta la fe de los padres ¿cómo es que, siendo concebidos en pecado y estando destituidos de la gloria de Dios por eso, es que tienen la gracia santificante, sino precisamente en virtud de la fe de los padres, tal como en la antigua alianza? Por otro lado, aunque la fe es personal, eso no quita que los padres estén obligados a educar a sus hijos en la la fe cristiana.

19.- Parece no entenderse el argumento central. Se dice que en tales versículos la fe del padre en favor de su hijo es suficiente y le es tenida en cuenta.
Decir que nunca nadie fue salvo por terceros es falso, la circuncisión en el antiguo pacto lo refuta, y la circuncisión es figura del bautismo.


Apéndice. 

Respondiendo a las autoridades que citan los protestantes en contra del bautismo de niños.

Ahora, es gracioso cómo quieren poner en nuestra contra a los Padres de la Iglesia, diciendo que nunca hablaron del bautismo de niños, y citándolos como si ellos estuvieran a su favor, como si hubiesen sido protestantes, cuando en realidad los mismos que citan terminan afirmando la doctrina católica.

Citan la Epístola de Bernabé, cuando dice:
"Daos cuenta cómo definió en uno el agua y la cruz. Pues lo que dice es esto: Bienaventurados quienes, habiendo puesto su confianza en la cruz, bajaron al agua; porque su recompensa dice que será en el tiempo debido. Entonces—dice—daré la paga. Lo que luego añade sobre que las hojas no caerán significa que toda palabra que saliere de vuestra boca en fe y caridad, será para conversión y esperanza de muchos" (Bernabé 11,8).

Y aunque no se refiera a niños, igual está diciendo algo que los protestantes no aceptan, que el bautismo nos lava de los pecados y nos salva, y lo dice seguidamente:
"Además, otro profeta dice: Y era la tierra de Israel celebrada sobre toda otra tierra. Lo que quiere decir: El Señor glorifica el vaso de su Espíritu. ¿Qué dice seguidamente? Y el río fluía por la derecha y brotaban de él hermosos árboles; y quien comiere de ellos vivirá para siempre. Esto quiere decir que nosotros bajamos al agua rebosando pecados y suciedad, y subimos llevando fruto en nuestro corazón, es decir, con el temor y la esperanza de Jesús en nuestro espíritu. Y el que comiere de ellos, vivirá para siempre, quiere decir: quien escuchare, cuando se le hablan estas cosas, y las creyere, vivirá eternamente" (Bernabé 11,9-11).

Y antes ya había dicho:
"Mas inquiramos si tuvo el Señor interés en manifestarnos anticipadamente algo acerca del agua y de la cruz. Ahora bien, acerca del agua se dice contra Israel cómo no habían de aceptar el bautismo, que trae la remisión de los pecados, sino que se construirían otros lavatorios para sí mismos. Dice, en efecto, el profeta: Pásmate, oh cielo, y erícese aún más sobre esto la tierra: Dos males ha hecho mi pueblo: A mi me abandonaron, fuente de vida, y para sí se cavaron pozo de muerte. ¿Acaso es una roca desierta mi monte santo de Sinaí? Porque seréis como los polluelos de un ave, que se echan a volar cuando se les quita el nido" (Bernabé 11,1-3).

Así que Bernabé aceptaba lo que los protestantes no.
Y como ya se ha dicho (respuesta 12), existen verdades explícitas y verdades implícitas. Explícito es que todos necesitan el bautismo, que todos nacen en pecado y que necesitan la gracia de Dios para salvarse. Y aunque el bautismo de niños no lo hubiesen practicado los Apóstoles, igual hubiese sido y es una práctica coherente con el Evangelio, ya que no niega ninguna verdad de fe. Además, si parece que nunca mencionan el bautismo de niños es porque se está en una sociedad de completos paganos, no es el mismo contexto de la actualidad. Por eso es que cuando se habla del bautismo se va dirigido a adultos, adultos que vienen del judaísmo o del paganismo. No hay nada en contra de esta idea, como no hay nada en contra del bautismo de niños.

 Luego citan a Justino Mártir, cuando su Primera Apología, capítulo 61, dice "Se nos instruye a orar y suplicar a Dios con ayuno", y "se pronuncia sobre el que elige nacer de nuevo, y se ha arrepentido de sus pecados , el nombre de Dios el Padre y Señor del universo".

 Sin embargo, se oculta maliciosamente que el mismo Justino acepta la doctrina católica: que somos regenerados en el bautismo y que nos lava de los pecados. Acá el capítulo completo para que vean realmente qué dice:
"También relataré la manera en que nos dedicamos a Dios cuando fuimos renovados por medio de Cristo; no sea que, si omitimos esto, parezcamos ser injustos en la explicación que estamos haciendo. Todos los que estén persuadidos y crean que lo que enseñamos y decimos que es cierto y nos comprometemos a vivir en consecuencia, se nos instruye a orar y suplicar a Dios con ayuno, por la remisión de sus pecados pasados, oramos y ayunamos con ellos. Luego son traídos por nosotros donde hay agua, y se regeneran de la misma manera en que nosotros mismos fuimos regenerados. Porque, en el nombre de Dios , el Padre y Señor del universo , y de nuestro Salvador Jesucristo , y del Espíritu Santo, luego reciben el lavado con agua. Porque Cristo también dijo: A menos que nazcas de nuevo, no entrarás en el reino de los cielos ( Juan 3: 5). Ahora, que es imposible para aquellos que una vez han nacido para entrar en el vientre de sus madres, es manifiesto para todos. Y cómo aquellos que han pecado y se arrepienten escaparán de sus pecados, es declarado por el profeta Isaías, como escribí arriba; él habla así: Lávate, hazte limpio; guarda el mal de tus obras de tus almas; aprende a hacer bien; juzga al huérfano, y ruega por la viuda : y ven y discutamos juntos, dice el Señor. Y aunque tus pecados sean como escarlata, los haré blancos como la lana; y aunque sean de color carmesí, los haré blancos como la nieve. Pero si te niegas y te rebelas, la espada te devorará; porque la boca del Señor lo ha hablado (Isaías 1: 16-20).
Y para este [rito] hemos aprendido de los apóstoles esta razón. Ya que en nuestro nacimiento nacimos sin nuestro propio conocimiento o elección, nuestros padres se unieron, y se criaron en malos hábitos y entrenamiento malvado; para que no seamos hijos de la necesidad y de la ignorancia, sino que podamos convertirnos en hijos de elección y conocimiento , y podamos obtener en el agua la remisión de los pecados anteriormente cometidos, se pronuncia sobre el que elige nacer de nuevo, y se ha arrepentido de sus pecados , el nombre de Dios el Padre y Señor del universo; el que conduce al lavabo a la persona que se lava, llamándolo por este nombre solo. Porque nadie puede pronunciar el nombre del Dios inefable; y si alguien se atreve a decir que hay un nombre, se enloquece con una locura sin esperanza . Y este lavado se llama iluminación, porque aquellos que aprenden estas cosas se iluminan en sus entendimientos. Y en el nombre de Jesucristo , que fue crucificado bajo Poncio Pilato, y en el nombre del Espíritu Santo , que por medio de los profetas predijo todo acerca de Jesús, el que está iluminado es lavado."


Citan a Tertuliano pero rechazan a Orígenes, a pesar de que ambos escribieron más o menos en la misma época, y Orígenes precisamente le responde a Tertuliano y a aquellos que niegan la validez del bautismo de niños. Si lo de Orígenes no es válido, lo de Tertuliano tampoco.

Cuando se les cita a Ireneo de Lyon, se excusan diciendo que "no habla de bautismo", sin olvidar que la cita en cuestión dice que los bebés son regenerados, y la regeneración es precisamente el bautismo, como se ha demostrado (respuestas 5, 7, 11).
La cita en cuestión es esta:
"Porque vino a salvar a todos: y digo a todos, es decir a cuantos por él renacen para Dios, sean bebés, niños, adolescentes, jóvenes o adultos. Por eso quiso pasar por todas las edades: para hacerse bebé con los bebés a fin de santificar a los bebés; niño con los niños, a fin de santificar a los de su edad, dándoles ejemplo de piedad, y siendo para ellos modelo de justicia y obediencia; se hizo joven con los jóvenes, para dar a los jóvenes ejemplo y santificarlos para el Señor” (San Ireneo, Adversus haereses 2, 22,4).

Sin embargo, solo tienen una cita para argüir en contra:
"¿Quiénes se salvaron y recibieron la herencia? Aquellos que creían en Dios y se mantuvieron en el amor a él, como Caleb hijo de Jefoné y Josué hijo de Nun, así como los niños inocentes que ni siquiera tenían el sentido de la malicia (Números 14,30-31). ¿Y quiénes se salvan ahora y reciben la vida? ¿Acaso no son aquellos que aman a Dios, creen en sus promesas, y se han hecho "niños en la malicia" (1 Corintios 14,20)?"
Adversus haereses 4, 28,3.

Ignoran que si tomamos en cuenta lo que dicen, entonces debemos aceptar que todos somos inmaculados, y por tanto han de aceptar la inmaculada concepción de María. Sin embargo, no se entiende entonces cómo es que luego vienen a argüir contra la doctrina de la Inmaculada Concepción el versículo de Romanos 3,23. Ni son coherentes con ellos mismos.
Los niños son inocentes en cuanto a pecados personales, pero tienen pecado original, de la cual no tienen culpa. Aún con pecado original, están desheredados del reino, pues con el pecado original no tienen la gracia santificante, gracia que se les da en el bautismo.
Así que tal cita no demuestra nada, es completamente ortodoxa.
Y desde ya, convengamos que al único que pueden citar en contra del bautismo de niños es a Tertuliano. Después de él, todos lo aceptan: Hipólito de Roma, Orígenes, Cipriano de Cartago, Ireneo de Lyon (sí, aunque digan que no) y de ahí todos en adelante.
Si por el hecho de que la Didajé no menciona el bautismo de niños y por el hecho de que hasta el siglo V vemos que había cristianos que todavía no lo practicaban significa que debemos rechazarlo como parte de la Tradición Apostólica, entonces yo, por el hecho de ser mencionado por los que nombré anteriormente (sumados San Gregorio Nacianceno, San Agustín, San Basilio y San Juan Cristóstomo), por el hecho de no ser contraria a lo enseñado por la Escritura (como ya se demostró), y por el hecho de ser aceptado y definido como válido por la Iglesia de Cristo, lo acepto.



Terminemos con la cita de un gran Doctor de la Iglesia.
“Todo el que niega que los niños son arrancados, al ser bautizados, de esta potestad de las tinieblas, de las que el diablo es el príncipe, es decir, de la potestad del diablo y de sus ángeles, es refutado por la verdad de los mismos sacramentos de la Iglesia. Ninguna novedad herética puede cambiar o destruir algo en la Iglesia de Cristo, ya que la cabeza dirige y ayuda todo su cuerpo, tanto a los pequeños como a los grandes”
San Agustín, El Matrimonio y la concupiscencia, Libro I, XX, 22.

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